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Descubre el origen de la dona



Viernes 02 de Junio de 2017 7:57 pm

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La dona ha sido desde un pan obrero hasta una recompensa de puro confort. Conoce su historia.


La forma en cómo comemos y lo que comemos dice mucho sobre nuestra cultura. En cierta medida, la dona -ese pastelillo cuya esponjosidad se interrumpe por un caprichoso agujero en el centro- encierra, en la perfección de su circunferencia, la eterna tentación del placer culposo y la irresistible maquinaria de consumo de la sociedad contemporánea. Porque ante una caja llena de donas, la boca saliva y cualquier intento de resistencia desfallece. Habría que replicar con una frase pedante como la que Luddite ofrece a Droppy en el sketch “La última dona”, del programa de comedia Mr. Show: “No. Yo no como donas.

Ni hamburguesas. O cualquier otra comida que ha sido aprobada por las masas. "Bien por ti. Más donas para nosotros los débiles. De acuerdo con Paul R. Mullins en el libro Glazed America: A History of the Doughnut, el origen de la dona moderna se traza en el siglo XVIII, cuando la tradición pastelera holandesa tocó las costas de Nueva York. La primera mención de una receta de donas se incluye en un apéndice de recetas americanas en 1803. Este pastelillo se conoció primero como olykoeks, es decir “pasteles grasosos” en holandés y para mediados del siglo XIX apareció la versión de Elizabeth Gregory, la madre de un capitán de barco de Nueva Inglaterra, quien elaboraba la masa con nuez moscada, canela y ralladura de limón.

Además, la señora Gregory colocaba avellanas o nueces en el centro de la masa y, de una forma bastante literal, la bautizó: dough -masa-, nuts -nueces-. La primera máquina para hacer donas apareció en Nueva York, en el año 1920. El ruso Adolph Levitt comenzó a vender donas fritas en su panadería y, debido a que ésta se ubicaba en el distrito de los teatros neoyorkinos, tuvo que idear una maquinaria para hacer los oricios de las donas de manera eciente, pues la demanda era demasiada.

El New Yorker describió la línea de producción de esta panadería de Broadway así: “las donas otan en un ensueño a través de un canal de aceite al interior de la máquina, luego caminan, perezosas, hacia la rampa, y se caen golosas en la canasta. "David A.Taylor, del Smithsonian , arma que la producción en serie de las donas borró el prejuicio que existía hacia estos pastelillos fritos, para convertirlos en un bocado ligero, esponjoso y, sobre todo, un producto del progreso.

De esta forma, la dona arriba al siglo XX como un símbolo del futuro y de las virtudes de la era industrial. En 1934 fue la imagen de la Feria Mundial que se llevó a cabo en Chicago, bajo el slogan: el hit de la comida en el Siglo del Progreso.

A diferencia de los bagels (cuya manofactura estaba controlada por sindicatos), desde su nacimiento, la dona se produjo de manera masiva, tanto en los hogares como en los establecimientos de comida estadounidenses y con el paso del tiempo, cadenas de la “dona rápida”iniciaron operaciones: Krispy Kreme en 1937 y Dunkin Donunts en 1950. Ambas marcas de donas son, quizás, las mas conocidas a nivel mundial. 

El Universal



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