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Al rescate del lobo mexicano



FOTO CONACYT

Miércoles 23 de Agosto de 2017 4:28 pm

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Actualmente, el lobo mexicano (Canis lupus baileyi), también conocido como lobo gris mexicano (Mexican gray wolf) en Estados Unidos, es una especie considerada dentro de la categoría “Probablemente extinto en el medio silvestre”.


Actualmente, el lobo mexicano (Canis lupus baileyi), también conocido como lobo gris mexicano (Mexican gray wolf) en Estados Unidos, es una especie considerada dentro de la categoría “Probablemente extinto en el medio silvestre”, de acuerdo con la Norma Oficial Mexicana (NOM) 059-SEMARNAT-2010 de protección ambiental de especies nativas de México de flora y fauna silvestres, al no encontrar individuos de este tipo en vida libre.

Hoy en día, más de 50 instituciones de México y Estados Unidos, a través del Programa Binacional para la Recuperación del Lobo Mexicano, trabajan arduamente en la protección de esta especie. 

El Museo del Desierto (Mude) es parte de este proyecto binacional y participa exitosamente en la conservación y reproducción de este carnívoro nativo del norte de México y sur de Estados Unidos, para lograr, en un futuro, su completa reintroducción en su hábitat.

“El lobo mexicano es una especie que se considera extinta en vida libre, desafortunadamente hubo una campaña de erradicación hace años que fue 'exitosísima' y acabaron prácticamente con todos los lobos y, de ahí, inicia un programa binacional para su recuperación; cuando se dieron cuenta que ya no había lobo, decidieron que hay que cuidarlo”, comentó Fernando Toledo González, responsable de Fauna y encargado del proyecto Desierto Viviente del Mude.

El Programa Binacional para la Recuperación del Lobo Mexicano inició con algunos individuos de esta especie, pero muy pocos en linaje para tratar de lograr su recuperación.

“Después de las masacres que se dieron en los sesenta y los setenta, se logró recuperar un total de siete lobos mexicanos que venían de libertad y fueron capturados para reiniciar el programa de recría. Obviamente esto hace que la variabilidad genética de solamente siete individuos sea muy pequeña y que las cruzas que se hagan traten de mantener lo más posible la variabilidad genética, que, aunque sea reducida, es la que se tiene”, explicó el doctor Miguel Ángel Armella Villalpando, profesor titular del Departamento de Biología, en la división de Ciencias Biológicas y de la Salud en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Iztapalapa.

Año con año, se organiza la Reunión Binacional México-Estados Unidos para la Recuperación del Lobo Mexicano, con la participación de más de 30 instituciones involucradas en Estados Unidos y 20 en México, en la que se desarrollan las políticas de planeación para la recuperación del lobo, tanto la reproducción en cautiverio, que es esencial para poder mantener la diversidad genética, como poblaciones que van a ir a libertad, en Estados Unidos y en México, a través de un plan maestro.

“Lo que hacemos es básicamente, con apoyo de genetistas y programas de cómputo especializado, buscar aquellas parejas cuya descendencia nos ayude a mantener la mayor diversidad genética de las poblaciones que tenemos así, por ejemplo, se asigna una pareja reproductora, y una vez que se asigna la pareja reproductora se ve cuál de las instalaciones, como zoológicos que se tienen a disposición, es la más adecuada para tenerla”, detalló el científico Armella Villalpando.

La XXIII Reunión Binacional del Programa para la Recuperación del Lobo Mexicano fue realizada el pasado mes de julio, en Cananea, Sonora, en México, donde se informó que actualmente existen alrededor de 280 lobos mexicanos en el país, 31 de ellos en vida silvestre mediante programas de reintroducción en territorio mexicano. Además, se autorizaron 32 parejas reproductivas entre México y Estados Unidos para mantener la población.

A pesar que podría considerarse que se logró el primer objetivo del programa que era salvar de la extinción a la especie y obtener al menos algunas poblaciones en libertad, todavía son poblaciones hasta cierto punto experimentales y se monitorea su comportamiento y desarrollo en libertad.

“En este momento, la situación del lobo mexicano está en un punto crítico, ya existen algunos ejemplares en una población de libertad pero todavía podemos considerar que es experimental (…) Dimos un par de pasos hacia la recuperación pero no podemos cantar victoria”, aclaró el investigador Armella Villalpando.

Conacyt



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