Los retos del cambio
ROSA EVELIA VILLARRUEL FIGUEROA
Viernes 06 de Julio de 2018 7:57 am
EL reciente triunfo del partido Morena
a niveles nunca vistos es, y tendrá que ser histórico. Muchos factores
confluyeron para que esto fuera una realidad, y sucedió. Me enorgullece ser
parte de ello, pero, ¿qué sigue? Desde mi punto de vista, el compromiso en
puerta es enorme, sobre todo cuando la base del éxito obtenido es el número de
votantes, y los que no, también, que esperan el cabal cumplimiento de lo
prometido. Cuando se integró la alianza
Morena-PES-PT, mucha militancia de Morena estuvimos en contra, principalmente
sabedores del origen de dichos partidos, que de ninguna manera se ajustaban
mínimamente a los principios de Morena. La resistencia fue evidente, sin
embargo, el deseo íntimo de lograr un cambio para el país fue más fuerte,
sobreponiendo lo personal a lo colectivo, y todo el trabajo lo orientamos para
lograr llegar a donde hoy día estamos. En esta avalancha electoral, fueron
postuladas a cargo de elección popular personas no sólo pertenecientes a la
alianza, sino de otros partidos que han sido, de siempre, considerados
oponentes ideológicos, y que la lucha se ha centrado en su destitución,
circunstancia que de igual manera no fue bien recibida por la militancia; hubo
brotes de inconformidad pública en algunos estados, pero al final seguimos
caminando y trabajando, en aras de lograr llevar a Andrés Manuel López Obrador
a la Presidencia de la República y lograr el ansiado cambio. Soy consciente que ya en la práctica
cotidiana, los principios de Morena sólo los podemos defender quienes de origen
entramos al partido por voluntad propia, trabajamos arduamente para su
construcción y consolidación, o los adoptamos como hilos conductores para
nuestro trabajo diario, como luchadores o luchadoras sociales, y también porque
éstos se ajustan más a una ideología de izquierda tan anhelada y de por sí
desdibujada en estos tiempos. Y como dijo Andrés Manuel: “Morena es sólo un
instrumento de lucha”. Morena ha recibido en sus manos una
papa caliente, que se irá enfriando en la medida en que el trabajo y la
consistencia en la participación de todos y todas se vaya concretando e
integrándose al proyecto común. Roma no se hizo en un día, así que no esperemos
los anhelados cambios de la noche a la mañana. Muchas piedras habrá en el camino,
espero que la inteligencia y solidaridad permee este proceso, y en lugar de
patear esas piedras para quitarlas del camino, las invitemos a integrarse y ser
parte de este sendero que ya se inició. Como fundadora del partido, y porque
lo he constatado en numerosas ocasiones, me preocupa enormemente que los egos y
la soberbia aparezcan en las personas que ganaron la elección y sienten que fue
por mérito propio su triunfo, cuando estrictamente no es así, y Andrés Manuel
lo sabía muy bien, por eso su llamado al pueblo de México al “voto parejo”.
Luego entonces, ganó el voto masivo del pueblo, atendiendo al llamado de su
líder moral. En este proceso de cambio, lo que más
convendría que se pusiera en práctica es la madurez política, algo de lo que se
ha carecido siempre, pues la revancha es la acción inmediata que aparece, luego
de que alguien se siente perdedor. En este caso específicamente, ayudaría mucho
que toda la población se sintiera ganadora y coadyuvara para apoyar en lo que
viene, y que el beneficio se reparta equitativamente. Puede que sea un sueño,
pero se vale soñar, pues estoy convencida que sólo se necesita voluntad. Todo cambio beneficia, siempre y
cuando estemos preparados o preparadas para ello. Lo que sucedió en nuestro
país también lo han vivido otros pueblos y han salido airosos, con métodos
diferentes quizá, pero con las mismas intenciones de saltar hacia otro estado
de cosas, donde los beneficios sean mejor repartidos entre sus pobladores.
México, con su líder a la cabeza, eligió acertadamente llevarlo a cabo vía
electoral y pacífica, y nos resultó; ojalá podamos ser un referente para otras
Naciones.
*Ex secretaria de Mujeres de Morena
Colima