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La ciudad de las parotas



ALEJANDRO MORALES

¿Ola Morena, adiós PRI?


Sábado 07 de Julio de 2018 9:37 am


LA de 2018 superó por mucho la ola de 2000. La de hace 18 años con Fox, la de esta semana con López Obrador. Vicente Fox no tuvo (y tampoco Felipe Calderón 6 años después) la mayoría que ostentará Morena en el Congreso. 

Si las expectativas fueron muy altas en aquella primera transición, y las desilusiones con el tiempo aun mayores (el PRI terminó por regresar, y en muchas entidades, entre ellas Colima, nunca se fue), en esta ocasión Andrés Manuel no sólo obtuvo más votos que Fox aquella ocasión, sino que también las expectativas que ha despertado son proporcionalmente mayores, así como la responsabilidad que el mismo López Obrador dice reconocer.

Nada más en Colima, la elección ofrece números y resultados muy diferentes a los del año 2000. En aquella ocasión, Colima vivió dos elecciones en una. Por un lado, la Alianza por el Cambio arrasó en las elecciones federales. Fox ganó por más de 11 puntos la Presidencia de la República en la entidad, se hizo de una de las dos diputaciones federales, y por un escaso margen desbancó al PRI de las senadurías. Por el otro, el PRI remontó terrenos perdidos en la elección local de 1997, cuando por primera vez perdió la mayoría en el Legislativo estatal (el famoso Congreso del empate), y recuperó la mayoría de la Cámara de Diputados y municipios.

En el año 2000, en Colima, el PRI perdió en lo federal, pero en local se recuperó: el PRI ganó 12 de 16 diputaciones por mayoría, y el PAN cuatro, con lo que se rompió el empate legislativo de 10 diputados del PRI y 10 diputados del bloque opositor PAN-PRD. Respecto a esto, el entonces gobernador priista, Fernando Moreno Peña, se manifestó satisfecho: “El fenómeno Fox, que fue avasallador, localmente a nosotros no nos pegó”. Para entonces, los priistas de Colima convocaron incluso a una marcha de festejos.

Pero esta ocasión sí que les pegó y los avasalló el efecto López Obrador, incluido al propio Moreno Peña, a quien no le alcanzaron los votos para llegar a la Senaduría que anhelaba.

Quince de 16 diputaciones de mayoría fueron para Morena. El PRI no pudo alzarse esta vez con ninguna. En cuanto a municipios, Morena también se convierte en el partido con más ayuntamientos, aunque 6 de 10 quedarán repartidos entre el PRI, PAN y Movimiento Ciudadano.

Pero más allá de membretes, puestos y colores, la pregunta es si ahora sí, y no como hace 18 años, el PRI, o por lo menos lo peor del PRI (me refiero a la incultura de la corrupción y el clientelismo priista), termina por irse, o al contrario, con otro nombre, termina por sentar sus reales con más fuerza.

Ojalá que no. La esperanza es mucha, y quizás más grande luego de los resultados que si bien no se consideran una sorpresa, sí es grato saber que López Obrador ganó con más de la mitad de los votos emitidos. De haber existido la segunda vuelta, ésta no hubiera sido necesaria.

O quizás sí, pues es probable que muchos que se decantaron a final de cuentas por él, de haber existido la segunda vuelta hubieran mantenido su voto a favor del candidato o candidata de sus preferencias, para en la segunda vuelta, a lo mejor votar por él.

Vicente Fox, quien fuera Presidente en la primera elección presidencial de López Obrador, y en la cual el tabasqueño le espetó el famoso “ya cállate, chachalaca”, 12 años después felicita a López Obrador y paradójicamente le ruega que ahora sí le calle la boca: “Andrés, deseo de todo corazón que nos calles la boca a quienes no creímos en ti”, “deseo que nos demuestres que existe un mejor camino para México”.

Si se va o no el PRI, dependerá mucho del actuar de López Obrador, sí, pero también de los ciudadanos que apoyemos a la extinción de esa in-cultura del clientelismo y corrupción, vigilemos a nuestras autoridades, e impulsemos que esta llamada “cuarta transformación” tenga que ver precisamente con un adiós a esa in-cultura, no sea nada más un cambio de membretes, y sí un verdadero adiós a lo peor del PRI. 

Muchas condiciones están dadas. Ahora hay que ver, pero sobre todo, y cada quien desde su trinchera, actuar.