LUNES POLÍTICO
LUNES POLÍTICO
Lunes 09 de Julio de 2018 8:11 am
Hacia un nuevo sistema TRAS los resultados electorales del 1
de julio, se ha abierto la probabilidad del surgimiento de un nuevo sistema
político nacional, luego del evidente agotamiento del sistema priista que
compartían el PAN, el PRD y el resto de partidos. Ocurrieron cosas extrañas, impensadas
incluso para los partidos miembros de la coalición Junto Haremos Historia
(JHH). Por ejemplo, candidatos fuertes y valiosos de otras alianzas distintas a
JHH, que eran reconocidos por los electores, se desplomaron en unos comicios
atípicos que difícilmente se repetirán con las características de éstos. El
hecho es que sucedieron y todo está decidido con claridad y con una ventaja
amplia. Si en las elecciones de gobernadores
el triunfo de JHH no fue tan aplastante, sí lo ha sido en las Cámaras de
Diputados y de Senadores, de modo que el gobierno de Andrés Manuel López
Obrador tendrá un margen de maniobra holgado para poner en práctica sus
propuestas y objetivos de gobierno. Nacido de la posrevolución, el régimen
político surgió en 1929 con el Partido Nacional Revolucionario que congregó a
las fuerzas políticas regionales evitando la dispersión y los conflictos
constantes, pasando por el Partido de la Revolución Mexicana, hasta desembocar
en el PRI que el domingo 1 tuvo la más baja votación de su larga historia
(16.40 por ciento), pues ni siquiera alcanzó la cifra de 2006, cuando se fue al
tercer lugar (22.03 por ciento). Hubo estados donde su votación se redujo hasta
en 80 por ciento respecto a 2012. Al PAN le fue un poco menos mal, con
22.27 por ciento de los votos, ganando dos gubernaturas y una escasa
representación en los Congresos locales y el federal, pero no tan exigua como la
del PRI. Es probable que el registro de
partidos como Nueva Alianza y Encuentro Social (el último paradójicamente,
aliado de Morena y PT) desaparezcan porque los electores votaron escasamente
por ellos y no alcanzan el 3 por ciento como mínimo para conservar su estatus
legal. Podría desaparecer también el PRD y hasta Movimiento Ciudadano, según se
interprete la ley. Estamos, entonces, ante un escenario
que hace probable el final del sistema político posrevolucionario. Pudo ocurrir
durante el mandato presidencial de Vicente Fox Quesada, pero no se atrevió a
dar el paso, desperdició la oportunidad, porque había ganado legalmente, con
legitimidad y popularidad. ¿Qué hizo? Se acomodó a las prácticas tradicionales,
no supo qué hacer ni cómo y se arrellanó en la silla presidencial a ver pasar
el tiempo y replicando los usos de la política tradicional. Felipe Calderón Hinojosa fue mucho
menos que eso. Cuestionado por ganar en una elección de resultados cerradísimos
(0.59 por ciento de diferencia), llegó deslegitimado, cometió crasos errores y
dejó al país sumido en la violencia por una guerra contra el narco mal planeada
y peor ejecutada. Con ese desgaste de los partidos
tradicionales y el adosamiento del PRD al gobierno y al final al PAN, que creyó
su tabla de salvación, crearon el ambiente de una tormenta perfecta. El
lopezobradorismo avanzó y nadie pudo contenerlo. Con los brazos cruzados, el
priismo recibió la andanada sobre la que ni siquiera tenía aviso; el PAN,
debilitado por la fractura interna provocada por su candidato, que fue
desdeñado por la mayoría de los gobernadores albiazules, no movieron un dedo
por quien los había maltratado. Ricardo Anaya, además, pagó por sus negocios
turbios. El gobierno de López Obrador podrá
desmantelar ese sistema político y proponer otro moderno y democrático. Que
pueda no significa necesariamente que lo hará. Ciertamente, tampoco se puede
desmantelar todo de una vez ni prescindir de las cosas buenas que ese sistema
tiene. Pero sí debe depurarlo, acabar con prebendas y privilegios indebidos
como los de Carlos Romero Deschamps, el dirigente sindical petrolero; o con los
subsidios indebidos a líderes magisteriales de la CNTE; y lo mismo con las
cabezas del SNTE que venden plazas y manejan la SEP a su antojo. Lo que está bien, debe conservarlo y
mejorarlo; lo que está mal, terminarlo y reponerlo para bien. Ojalá que el
cambio que propone sea hacia adelante, no al pasado del priismo del partido
hegemónico. Ha dado Andrés Manuel señales de que puede preservar muchas cosas
buenas, como la autonomía del Banco de México, la evaluación magisterial, los
programas sociales, entre otros, ordenándolos en un conjunto único, por
ejemplo. Es conveniente que en su condición de
candidato ganador, modere sus declaraciones y se apegue a la Constitución y sus
leyes secundarias, pues en ocasiones da la impresión de que está haciendo
concesiones por voluntad propia, cuando se trata de asuntos que la ley prevé y
ordena. La construcción de un nuevo sistema
democrático requiere, también, el consenso de las fuerzas actuantes, sociales,
políticas y empresariales, que conforman los indispensables equilibrios. ¿Habrá
la voluntad e inteligencia para realizarlo? AMLO, acercamientos LUEGO del contundente triunfo, el
candidato de la coalición Juntos Haremos Historia, Andrés Manuel López Obrador,
dio varios mensajes y entrevistas, en las que reiteró sus compromisos de
campaña para lograr la cuarta transformación de México. En los primeros minutos del lunes 2 de
julio, anunció que al día siguiente se reuniría con el presidente Enrique Peña
Nieto en Palacio Nacional. En ese encuentro, el tabasqueño
reconoció que Peña Nieto fue respetuoso y no intervino en los comicios y que su
gobierno garantizó una jornada tranquila, donde los mexicanos pudieron votar en
libertad. La reunión fue civilizada
políticamente, sin embargo, incorrecta desde el punto de vista legal, al no
haber sido aún declarado Presidente Electo. Las fotos del Presidente y el
tabasqueño en Palacio Nacional son históricas, pues se trata de la recepción
que le da el Mandatario priista, considerado de centro, al próximo primer
Presidente que representa la izquierda mexicana. Por cierto, de las imágenes se
hicieron muchos memes graciosos, que en pocas horas ya eran virales. Antes de los comicios, había duda e incertidumbre
de lo que pudiera pasar la noche del 1 de julio, sobre todo si se cumplían los
resultados de las encuestas que daban como puntero al candidato de Morena. Sin embargo, el mismo día de las
elecciones, el dólar bajó 10 centavos tras el cierre de las casillas. El
viernes de la semana pasada, el precio estaba en 19.05 pesos. López Obrador también sostuvo un
encuentro cordial, el pasado miércoles, con empresarios agrupados en el Consejo
Coordinador Empresarial (CCE). Tras los fuertes desencuentros y señalamientos
de ambas partes, el sector patronal estableció las bases de una buena relación
con el próximo titular del Ejecutivo. Inclusive, logró involucrarlos en su
proyecto denominado “Jóvenes construyendo el futuro”, el cual acordaron
concretar un programa para recibir en sus empresas, en el próximo sexenio,
hasta 2.6 millones de jóvenes como aprendices pagados por el gobierno, no por
las empresas. Es un tema sensible, en el que los
empresarios hacen bien en aceptar a jóvenes que ahora ni estudian ni trabajan
(ninis), y tal vez algunos serán incorporados a industrias, talleres, oficinas,
etc., pero no todos, una vez terminado el aprendizaje. El programa no contempla lo que
sucederá con los muchachos cuando terminen de aprender, por lo que debe
completarse para saber lo que va a pasar con ellos después de que cumplan la
primera etapa. ¿Quiénes les darán los empleos? Las fotos de la reunión dan prueba del
ambiente de cordialidad entre el tabasqueño y los empresarios. Se difundieron
imágenes del candidato repartiendo saludos y abrazos con Juan Pablo Castañón,
líder del CCE; con Alberto Baillères, el segundo hombre más rico del país; con
Germán Larrea, de Grupo México; con Claudio X. González, quien preside el
Consejo de Administración de Kimberley Clark y el Consejo Mexicano de Negocios,
y muchos magnates más. En la campaña se dieron con todo, los
empresarios financiaron intensas campañas contra López Obrador, señalándolo de
nuevo como “populista” y un “peligro” para México; mientras que el postulante
los llamó parte de “la mafia del poder”, “minoría rapaz”, “fifís”,
“machuchones”, entre otros adjetivos. Andrés Manuel desaprovechó el primer
encuentro con el sector empresarial, porque era el momento para presentar las
facilidades, apoyos, estímulos e incentivos que ofrecerá a la Iniciativa
Privada, al igual que comprometerlos a invertir y trabajar por México. A 3 días de la victoria, Carlos Urzúa
Macías, quien se perfila como secretario de Hacienda, dijo que la próxima
administración hará lo mismo que hoy con el precio de las gasolinas. Declaró
que no puede haber movimientos abruptos en el precio y piensa que tendrá que
incrementar cada año por inflación, en términos nominales, no reales. “En este
momento el precio está controlado, no parece, pero sí, porque el Gobierno
Federal baja o sube el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS)”. El mismo miércoles de la semana
pasada, López Obrador insistió en que no habrá gasolinazos, mientras que Carlos
Urzúa afirmó que se aumentaría el precio cada año, atendiendo a la inflación.
En 72 horas después de los resultados del PREP, Andrés Manuel dio por lo menos
tres declaraciones más contrarias a lo que afirmó días antes de la veda
electoral, confirmando los temores ciudadanos de que no cumpliría sus promesas
y provocando desánimo en algunos de sus prosélitos y panegiristas. Sin embargo, fue una buena semana para
México, pues antes de la elección había anuncios catastrofistas de que si
ganaba el tabasqueño, se dispararía el dólar, que habría fuga de capitales, que
podrían darse enfrentamientos ciudadanos, lo cual no ocurrió y el país sigue en
marcha. Castigo al PRI y al PAN TRAS la jornada electoral del domingo
pasado, el PRI quedó desmadejado. Fue la debacle de un instituto político
hegemónico en el país por más de 70 años, que tras perder el poder durante dos
sexenios, de 2000 a 2012, lo recuperó, pero lejos de cambiar para bien, mostró
su peor faceta y hoy está en el momento más crítico de su historia, que se
inició en 1929 como Partido Nacional Revolucionario. El domingo 1 de julio fue un día
trágico para el tricolor, vapuleado por una sociedad que mostró hartazgo y
patentizó en las urnas la impopularidad del presidente Enrique Peña Nieto. Ese desencanto le pegó muy duro a su
partido. Los errores del titular del Ejecutivo, los escándalos de corrupción
como la Casa Blanca y el desprestigio de una docena de gobernadores señalados
por actos de corrupción e investigados por la Procuraduría General de la
República por desvío de recursos públicos y enriquecimiento ilícito. Cinco de
ellos presos, otros bajo investigación. En esa lista negra figuran Javier
Duarte (Veracruz), Roberto Borge (Quintana Roo), Guillermo Padrés (Sonora),
César Duarte (Chihuahua), Ángel Aguirre (Guerrero), Miguel Alonso Reyes
(Zacatecas), Rodrigo Medina (Nuevo León), Egidio Torre Cantú (Tamaulipas),
Mario Anguiano (Colima), Humberto Moreira (Coahuila), Tomás Yarrington
(Tamaulipas) y Eugenio Hernández (Tamaulipas). La corrupción se extendió como una
plaga que se sembró desde la campaña de Peña Nieto, pues se dijo que la
financiaron varios de los entonces gobernadores señalados y después al observar
actos indebidos como el de la Casa Blanca, se fueron por el camino trazado y
saquearon a sus estados, sintiéndose amparados por el Presidente de la
República. Con eso, las muchas cosas buenas que
tiene la administración de Peña Nieto se vieron opacadas, a la que hay que
sumar una pésima estrategia de comunicación del Gobierno Federal. Ese enorme desprestigio hundió al PRI,
aun más de lo que pudo hacerlo el ganador de la elección, Andrés Manuel López
Obrador, en prácticamente 14 años de campaña golpeándolo. Ahora, cuando el PRI se quede una vez
más sin Presidente de la República, tendrán que cambiar, ya sin esa figura a la
que están acostumbrados a someterse incondicionalmente. El partido tricolor no desaparecerá,
sigue siendo una fuerza política importante en México, pero debe cambiar
radicalmente, algunos hablan, como se ha dicho antes, de una refundación. Deben efectuar un relevo generacional
entre sus filas, pero también de ideas y acciones. No se puede pensar en un
nuevo PRI comandado por personajes como Ulises Ruiz, Miguel Ángel Osorio Chong,
Emilio Gamboa o Manlio Fabio Beltrones. Si no logra sacudirse de esa casta
desgastada y corrompida, no logrará la transformación que requiere y será
imposible que se recupere para 2021. El PAN, por su parte, quedó fracturado
luego de lo ocurrido en el proceso para elegir a su candidato presidencial,
Ricardo Anaya Cortés, y eso se notó en el resultado de la jornada electoral. Su descalabro es menor que el del PRI,
pero también fracasó, y al final del proceso quedó desgajado, disminuido y
enfrentado entre grupos y líderes. Se puede esperar que haciendo a un lado a
Anaya y su grupo de la toma de decisiones, podría iniciar su proceso de
cohesión, con la conducción quizás del ex gobernador de Puebla, Rafael Moreno
Valle, donde un factor de unidad puede ser Diego Fernández de Cevallos. Tendrán mucho trabajo para reunir las
piezas que dilapidaron y pisotearon Ricardo Anaya y sus compinches, como el
senador Jorge Luis Preciado. Morena logró un triunfo contundente
que ni sus simpatizantes esperaban. Vendrá una fase diferente, pues los que
lleguen a cargos de elección popular tienen que cumplir sus compromisos. El partido tiene lastres que desde
antes de llegar al poder le están dañando, como la ganadora al Senado en Baja
California, Alejandra del Carmen León, quien por sus obscenidades y excesos
enfrenta ya un proceso de expulsión de Morena, pero de todos modos llegará al
Senado por ese partido. Pero como ella hay más personajes, algunos de mucho
mayor peso político como Napoleón Gómez Urrutia y Nestora Salgado, entre otros
y otras. Morena tiene la oportunidad de hacer
un buen trabajo como gobierno, para que en 2012 los electores les refrenden el
respaldo, pues así como el domingo 1 de julio se castigó muy duro al PRI y al
PAN, los ciudadanos seguirán muy vigilantes de sus gobernantes para hacerles lo
mismo si no cumplen. Nuevos gobiernos EL gobernador José Ignacio Peralta
Sánchez transitará su segunda mitad del sexenio en similares condiciones
políticas de como inició su mandato, con un Poder Legislativo conformado por
una mayoría que no es de su partido, el Revolucionario Institucional, sino de
la coalición Morena-PT-PES, ocho de 10 municipios gobernados por opositores y
con la mayor cantidad de legisladores federales de otros abanderamientos,
excepto Ximena Puente, que será diputada federal de la bancada priista por la
vía plurinominal, y Gabriela Benavides, que tendrá una curul de primera minoría
en el Senado por el Partido Verde, aliado del PRI. En el Congreso del Estado, Morena y
coaligados tendrán, por lo menos, 16 curules –no más porque lo prohíbe la ley
para evitar la sobrerrepresentación–, 15 de las cuales ganó en las urnas y una
que seguramente se llevará por la vía plurinominal; en tanto que la coalición
PAN-PRD obtuvo un distrito de mayoría. Si bien el Instituto Electoral del
Estado (IEE) ya realizó los cómputos distritales, falta que reparta las curules
de representación proporcional, por lo que todavía no se sabe cómo quedará
conformado el Congreso en cuanto al número de diputados de las nuevas minorías
partidarias. Lo que sí se puede adelantar es que la
Legislatura local que entrará en funciones el 1 de octubre, será la primera en
la historia del estado conformada con paridad de género, es decir,
prácticamente la mitad de diputadas y diputados (no es precisa porque son 25) o
incluso pudieran ser de mayoría de mujeres, esto por el voto en cascada que
recibió Morena-PT-PES, que como todos registró 50 por ciento de candidaturas
por cada género para los distritos locales, y porque cada lista plurinominal de
los partidos lleva a una mujer en el primer lugar. En las alcaldías, Movimiento Ciudadano
se alzó con el triunfo en la capital del estado y en Villa de Álvarez, con
Leoncio Morán y Felipe Cruz, respectivamente, quienes repetirán en el cargo,
por segunda y tercera vez, en ese orden. Si la ola Morena no arrasó esas
postulaciones, significa que el electorado valoró la capacidad de ambos ex
panistas y reprobó a los actuales ediles que buscaron la reelección y
perdieron, Héctor Insúa, en Colima, y Yulenny Cortés, en la Villa. En la entidad, MC creció 300 por
ciento su votación, respecto a la contienda de 2015, y los próximos ediles de
la zona conurbada bien pueden establecer un corredor de intercambio comercial y
de desarrollo con los gobiernos emecistas que resultaron triunfadores en
Jalisco, donde el partido naranja casi arrasó con las posiciones locales.
Aunque eso habrá que valorarlo en las próximas semanas, ya que el viernes de la
semana pasada, Enrique Alfaro anunció su desvinculación de MC, en el que nunca
militó, aunque lo postuló a las alcaldías de Tlajomulco y Guadalajara, así como
a la gubernatura. En la Alcaldía de Manzanillo, la ola
López Obrador alcanzó para que Griselda Martínez ganara, aun cuando no tiene
antecedentes en la administración pública, pues sólo se ha desempeñado en la
tarea partidaria y en el activismo social. Sin duda, el candidato del PRI-PVEM,
Virgilio Mendoza, habría sido un excelente Alcalde, por tercera vez, de haber
ganado, lo que de entrada garantizaría a los porteños experiencia y capacidad
para desempeñar el puesto en un municipio por demás complicado y conflictivo. Por el bien de los porteños, lo
deseable es que Martínez Martínez esté a la altura de las circunstancias y haga
un buen trabajo. En Tecomán, el impulso
lopezobradorista colocó a Elías Lozano Ochoa como triunfador, pese a su
desarraigo e inexperiencia en el ámbito público. Tendrá que lidiar con un
Ayuntamiento en bancarrota, con pasivos con la burocracia, con altos niveles de
inseguridad, pero también de pobreza, tanto, que en 2013 fue incluido entre los
400 municipios más pobres del país y entró al programa Cruzada Nacional Contra
el Hambre. Con esa papa caliente en las manos, se
duda que Lozano Ochoa haga un buen papel como Presidente Municipal. En Comala, al panista Donaldo Zúñiga,
quien ganó la Alcaldía, le ayudará a bien gobernar su anterior cargo como
Diputado local y otro puesto que desempeñó en la administración pública. En Cuauhtémoc fue reelecto el edil
Rafael Mendoza, a pesar del mal papel que ha hecho en este primer periodo,
cuando en el municipio se desbordó la inseguridad, la ineficiencia en la
prestación de servicios públicos, especialmente de agua potable y de arreglo de
vialidades, se endeudó a la comuna, se conflictuó con la burocracia y se reveló
como transgresor de la ley, al impulsar y permitir la circulación de mototaxis
fuera de la norma. Es probable que enfrente un juicio para que sea destituido
por participar en la contienda gubernamental de 2015-2016. Otra de las sorpresas que dejó el
triunfo de la coalición Juntos Haremos Historia es Armería, donde Salvador
Bueno resultó electo Alcalde. Él se dedica a la producción de coco y es
propietario de una empresa que procesa el producto y lo exporta a Estados
Unidos, por lo que es considerado un emprendedor exitoso y con buena relación
con microempresarios y agricultores. Minatitlán puso fin al cacicazgo de
los hermanos Mancilla González, Horacio y Alejandro, al preferir la opción que
representó el PRI-PVEM, con Lilia Figueroa, quien cuenta con amplio trabajo de
apoyo y gestión en el municipio, por lo que no se duda que hará un buen gobierno. En Coquimatlán también convenció el
priismo, y el próximo Alcalde será el actual Diputado local, Guadalupe
Benavides, quien le ganó la contienda no al PAN que tenía el Ayuntamiento, sino
a Jorge Luis Preciado, que impuso la candidatura de su partido, pero que esta
vez no pudo ganar ni en su propia tierra. Claro, ahí lo conocen mejor que en el
resto de la entidad. Ixtlahuacán quedó para Morena, con la
postulación de Carlos Carrasco, quien en 2012-2015 detentó el mismo cargo por
el PRI. Con estos próximos alcaldes y
alcaldesas, así como con un Poder Legislativo opositor, trabajará el gobernador
Ignacio Peralta, quien al respecto dijo que esta situación no es novedosa para
él porque así asumió las riendas de su periodo sexenal. Lo que espera el Mandatario, al igual
que el pueblo de Colima, es que aun en las diferencias ideológicas, prevalezcan
el diálogo y los acuerdos por encima de los intereses partidarios, como debe
ser en una democracia. “El Ángel de la Guarda” CONSIDERADA la persona más cercana y
de mayor confianza del hoy candidato electo a la Presidencia de la República,
Andrés Manuel López Obrador, el colimense César Yáñez Centeno y Cabrera es
considerado por Tatiana Clouthier Carrillo, próxima subsecretaria de Derechos
Humanos de la Secretaría de Gobernación, como “El Ángel de la Guarda” del
político tabasqueño, a partir de 1997, esto es, desde hace 21 años. César Yáñez Centeno es licenciado en
Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma Metropolitana, fue
director de Comunicación Social en la Jefatura de Gobierno del Distrito Federal
durante el periodo de López Obrador, también vocero suyo en las tres campañas
por la Primera Magistratura, además de coordinador de prensa de Morena, y
actualmente fue nombrado por el mismo postulante ganador como encargado de
Comunicación Social del equipo de transición que se encargará de recibir el
mando de la administración federal de Enrique Peña Nieto a la de Andrés Manuel
que habrá de iniciar el 1 de diciembre. Yáñez Centeno y Cabrera es hermano de
la candidata ganadora de la Diputación federal por el Primer Distrito, Claudia
Valeria Yáñez Centeno y Cabrera, así como de Bertha Yáñez Centeno y Cabrera,
aspirante por Morena a la candidatura al Gobierno del Estado de Colima en 2015,
y ex esposa de Porfirio Muñoz Ledo, al igual que de Francisco José Yáñez
Centeno y Cabrera, actualmente funcionario de la Secretaría de Gobernación.
Ismael Yáñez Centeno y Cabrera fue Diputado federal por la Corriente
Democrática de 1988 a 1991. Los demás hermanos no han figurado en la política
local o nacional. Su progenitor fue diputado local y presidente del Congreso
del Estado, licenciado Francisco José Yáñez Centeno Rangel, a quien la XXXV
Legislatura nombró Gobernador Interino después del desafuero aplicado en 1951 al
gobernador de Colima, General Jesús González Lugo, acto político conocido como
El Camarazo, el cual no tuvo efecto por decisión del presidente de la
República, Miguel Alemán Valdés.
Queda claro, entonces, quién será en
Colima el hombre fuerte del presidente López Obrador y de Morena a partir del 1
de diciembre por venir hasta el 30 de noviembre de 2024.