Indicador Político
CARLOS RAMÍREZ
Desarrollo estabilizador de AMLO
Miércoles 11 de Julio de 2018 8:20 am
CUANDO el presidente Zedillo se
percató de que no podría hacer candidato a uno de sus dos validos –Guillermo
Ortiz Martínez o José Ángel Gurría Treviño– para mantener la continuidad
neoliberal, porque la militancia priista le había puesto candados a la nominación,
su opción no fue en realidad Francisco Labastida Ochoa, sino la alternancia al
PAN. Los tres valores básicos del PAN
aparecían en la real politik como los mismos del PRI neoliberal: estado
subsidiario, bien común y solidarismo con los pobres. Zedillo, por lo demás,
había adquirido compromisos estratégicos con EU en 1995, cuando el presidente
Clinton aportó un fondo de 55 mil millones de dólares sin aprobación del
Congreso, para salvar a México de la crisis devaluatoria Salinas-Zedillo. Luego de 1997, era imposible pensar en
una victoria del PRI en el año 2000. El candidato panista Vicente Fox resolvió
las preocupaciones: el secretario de Hacienda sería alguien del Banco de
México, dejando entrever que Francisco Gil Díaz estaba en el primer sitio de la
lista. Gil era el jefe de los Chicago boys neoliberales, los hijos
intelectuales de Milton Friedman, el papá del neoliberalismo que había recibido
el Premio Nobel de Economía en 1976, por su teoría monetaria de la inflación.
Gil, inclusive, había sido asistente de Friedman en Chicago. El neoliberalismo panista se mantuvo
en 2006, con la designación del primer secretario de Hacienda calderonista:
Agustín Carstens, traído a ese cargo directamente de la subgerencia general
–segundo en jerarquía– del Fondo Monetario Internacional, el policía financiero
del capitalismo neoliberal globalizador. Con esos dos secretarios de Hacienda,
el PAN en la Presidencia era garantía de continuidad neoliberal. López Obrador hubo de pasar por la
misma prueba; lo de menos era el discurso populista para sus masas; la clave de
la posibilidad de que le reconocieran su victoria estaba en la continuidad del
modelo neoliberal. El mensaje quedó claro con su secretario de Hacienda
designado: Carlos Urzúa no pertenece al establishment neoliberal del Banco de
México-Universidad de Chicago, pero su pensamiento económico es estabilizador. Urzúa fue el que educó a López Obrador
en el modelo del desarrollo estabilizador que diseñó Antonio Ortiz Mena para
los gobiernos de López Mateos y Díaz Ordaz: estabilidad macroeconómica vía
inflación controlada y diseño presupuestal acotado por esta condicionalidad. La
inflación se controló por la vía ortodoxa: déficit presupuestal bajo y control
salarial. En un entorno internacional estable, el PIB mantuvo su tasa de 6 por
ciento promedio anual que venía desde 1934, con el candado antidevaluatorio vía
la inflación. El costo de este modelo fue social: el
presidente Echeverría encontró un grave rezago social indígena, rural y
proletario; lo malo fue que quiso remediarlo con aumento del gasto público sin
incremento en los ingresos, el déficit presupuestal subió de 2 a 8 por ciento,
se financió con deuda y circulante; los empresarios politizaron el populismo y
bajaron inversiones, además de un asalto a las reservas en 1976. El saldo fue
la devaluación. El modelo fue replicado por López Portillo. El neoliberalismo salinista 1979-2018
ha sido un desarrollo estabilizador vergonzante: la inflación como eje de la
estabilidad. López Obrador viene por segunda fase de desarrollo estabilizador y
segunda fase de neoliberalismo salinista, elementos clave de su aceptación
mundial. Política para dummies: La política es
la capacidad para decidir lo que no se tiene que decidir, pero hacerlo sin
cargos de conciencia. Si yo fuera Maquiavelo: “Trate, pues,
un príncipe de vencer y conservar el Estado, que los medios siempre serán
honorables y elogiados por todos”. SÓLO PARA SUS OJOS -Recuerde revisar todos los días el
sitio www.seguridadydefensa.mx, para enterarse de los juegos geopolíticos de
poder. -Adquiera vía Mercado Libre el libro
La crisis de México… más allá del 2018, de Carlos Ramírez, para entender lo que
viene después de las elecciones. Disponible en: https://buff.ly/2KeacRi, y
también en venta en librerías Porrúa en todo el país. -Puebla se va a convertir en un
catalizador de las verdaderas intenciones de López Obrador: permitir que el
caso electoral estatal se pervierta por la ambición desmedida de Miguel Barbosa
o consolidar la institucionalización. El conflicto postelectoral daña a López
Obrador, no a Moreno Valle. -Famosas últimas palabras: “Al cuarto
año bajarán precios de gasolinas”: López Obrador, cuando su compromiso fue que
esos precios bajarán de manera inmediata, al contrario, van a subir con la
inflación. indicadorpoliticomx@gmail.com
@carlosramirezh