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Debate electoral



ISELA GUADALUPE URIBE ALVARADO

Democracia paritaria


Jueves 12 de Julio de 2018 8:57 am


EL pasado domingo 1 de julio, vivimos una elección por demás histórica, en el sentido de que la renovación del poder político en nuestro país se estará dando –al menos así lo han expresado las y los propios actores políticos– de manera pacífica, con civilidad y madurez de aceptación de los resultados electorales y con una buena dosis de participación de la ciudadanía que acudió al llamado cívico de ejercer el derecho al voto.

El análisis de lo ocurrido durante la jornada electoral amerita un estudio a profundidad, que nos lleve a mejoras en el propio sistema electoral. Para el caso que me ocupan estas líneas, enfatizaré en una variable que ha estado en el seno de la discusión en los procesos de fortalecimiento de las democracias modernas, y me refiero a la democracia paritaria.

Durante décadas, el derecho de las mujeres a participar de manera plena en el ejercicio de la vida pública y política, así como en la toma de decisiones, ha sido una lucha constante que miles de mujeres impulsaron para hacer valer que una sociedad democrática necesita estar representada por hombres y mujeres, ejerciendo en igualdad de circunstancias los mismos derechos.

La lucha por la paridad llevó –en primera instancia– a buscar el reconocimiento del derecho al voto, negado a las mujeres por años. En México, apenas en 1953 gozamos de ese derecho. Aquí los avances fueron muy dispares. El primer país en reconocer el derecho al voto a las mujeres fue Nueva Zelanda, en 1893; México tardó 60 años después en reconocerlo, aunque hay antecedentes de algunas luchadoras sociales –como Hermila Galindo– que estuvieron trabajando por el reconocimiento de los derechos políticos de las mujeres mexicanas desde 1916.

Y después vinieron las cuotas. Las cuotas de género fueron acciones afirmativas que prácticamente obligaron a los partidos políticos a postular a hombres y mujeres con una cuota por género. Primero, fue un 70-30, y enseguida se avanzó a un 60-40. Y qué decir de que también se tuvo la necesidad de establecer en la norma que las postulaciones entre candidaturas de titulares y suplentes fueran del mismo género, ello en virtud de que se le daba la vuelta y se simulaba el cumplir con las cuotas, pero en realidad se obligó a muchas mujeres a renunciar a sus cargos.

El recorrido para transitar a una democracia paritaria ha sido largo, complejo, lleno de simulaciones y resistencias. Sí, porque aun y a pesar de que desde la reforma constitucional de 2014 se estableció la paridad de género en la postulación de candidaturas, la realidad es que no se cumplió desde entonces. Se tuvo que recurrir una vez más a determinaciones de la máxima autoridad jurisdiccional por medio de jurisprudencia, para reconocer –por ejemplo– la implementación de la paridad horizontal y vertical en Ayuntamientos.

En el caso de Colima, desde hace 3 años participamos con la determinación de ejercer la acción afirmativa de compensar al género subrrepresentado –que eran las mujeres– y asignar las diputaciones y regidurías de representación proporcional con paridad de género. Lo hizo Colima, junto con otras entidades más, de la mano de asociaciones civiles. Fue el primer antecedente para nuestro estado que nos marcó la pauta para que ahora podamos hablar de una democracia paritaria.

Hoy somos noticia, porque saltamos a los primeros lugares del mundo en paridad en parlamentos. México será el cuarto lugar en diputaciones y segundo en senadurías de los 193 países en el mundo, en relación con la participación política de las mujeres. A nivel local, en casi todos los Congresos locales tendremos paridad en las curules. Y también se anunció que por primera vez tendremos paridad en la postulación de funcionariado de primer nivel en el Poder Ejecutivo federal.

Y vamos por más. Queremos estar representadas, pero necesitamos generar las condiciones en igualdad y abatir todo tipo de violencia hacia las mujeres. Necesitamos derribar todo tipo de estereotipos de género, transitar a una cultura libre de machismos. Necesitamos una democracia paritaria sustantiva, de fondo; la forma ya la tenemos.

 

iselauribe@gmail.com