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Despacho político



ARMANDO MARTÍNEZ DE LA ROSA

El horizonte de Locho


Martes 17 de Julio de 2018 8:17 am


A Héctor Insúa le interesaba reelegirse en la alcaldía de Colima porque la convertiría en plataforma de lanzamiento a la gubernatura. Perdió y la posibilidad de la candidatura se esfumó.

Si Walter Oldenbourg hubiese ganado, desde la presidencia municipal habría construido una candidatura a Gobernador. Tampoco podrá. Sin partido y sin mayor experiencia política, sería un poco más que difícil lograrlo. Un elemento más, crucial: Oldenbourg no es político.

Rafael Briseño, excandidato de Morena, tuvo lo suficiente para ganar con la así llamada Ola AMLO, pero simplemente no se levantó.

En el caso de Roberto Chapula, el resultado es una señal clara de que la política electoral dejó de ser terreno suyo.

Locho Morán ganó con suficiente claridad en un ambiente fuertemente competido. Derrotó a un alcalde con licencia que tenía el aparto municipal a su disposición; a la Ola AMLO con Briseño; al PRI y la estructura priista que respaldaban a Oldenbourg; y a Chapula, de Panal, por tercera ocasión en una contienda comicial.

No es poca cosa en un ambiente electoral sin precedentes, en un municipio donde Juntos Haremos Historia arrasó con el resto de las competencias, con muchos menos recursos financieros y con un partido, Movimiento Ciudadano, que tuvo la virtud de crecer 300 por ciento cuando el resto –excepto Morena– se derrumbaban. De ese resultado que ocurre contra la tendencia electoral abrumadoramente predominante, hay que desentrañar el mensaje que porta.

Y según mi interpretación, con riesgo de equivocación, por supuesto, este es el mensaje: Locho tiene un sustento político en la capital del estado que le da oportunidad de gobernar a contrapelo de la tendencia mayoritaria (Morena) y con un gobierno estatal que no es de su partido. Para miles, Morán fue un candidato que representó una alternativa seria y confiable, por lo que está obligado a demostrarlo en los tres años por venir, a partir del 15 de octubre. El próximo alcalde de Colima está en la plataforma de salida para buscar la gubernatura en 2021. De su trabajo en la presidencia municipal dependerá caminar hacia ese horizonte político que ha buscado ya en dos ocasiones previas.

Diseñar un plan de gobierno de resultados prontos, podría ser una buena decisión de Locho, a la par de un trabajo de largo alcance, tanto cuanto puede serlo en un periodo trienal. Una buena guía para que los resultados se conviertan en muestra de que puede gobernar el estado.

Una selección rigurosa de sus colaboradores le será igualmente necesaria. La honestidad de los funcionarios tiene que ser condición presupuesta, no un requisito de currículum. Es decir, honestidad por convicción, no por falta de “oportunidades”. Eso, junto con eficiencia.

Los ojos ciudadanos estarán observando a Locho. Y más en la capital del estado. Por supuesto, habrá críticas de los opositores a la menor provocación. PRI, PAN y Morena estarán al alba para señalar yerros y, a veces, magnificarlos. También ese flanco debe cubrir con una buena política de comunicación, que es mucho más que una oficina emisora de boletines.

Pero sobre cualquier otra cosa, el contacto con los ciudadanos es fundamental. Si algo desean los gobernados, es sentirse atendidos por el gobernante. Si el presidente municipal los escucha, les abre las puertas, los visita y resuelve los pequeños y grandes problemas de los ciudadanos, se sentirán identificados con él.

Una ventaja más de Locho: tiene en el futuro alcalde de Villa de Álvarez, Felipe Cruz, a un buen prospecto de alcalde que acarreará simpatías a Movimiento Ciudadano. La coordinación política entre ambos ediles permitirá reforzar la construcción legítima de una candidatura con probabilidades de ganar en 2021.

Nadie entre los aspirantes a suceder a Ignacio Peralta está seguro de nada, salvo de que la competencia será dura, mucho más que en el pasado. Porque ahora son cuatro con probabilidades de ganar: Movimiento Ciudadano, PRI, PAN y Morena. Ya veremos al resto otro día.

 

MAR DE FONDO

 

** Una diferencia significativa entre Francia y México: Allá, tienen a Didier Deschamps, entrenador campeón en el Mundial de Rusia; acá, tenemos a Romero Deschamps.

 

** “Esa luna color de viejo saxofón/ me retendrá en París./ Esa luna color de vieja mariposa,/ de alma vieja buscando sobre el viento/ ojos para mirar el fin de siglo,/ gatos que son las dudas de la noche./ Tiéndete junto a mí. Despierta en la memoria/ esa inquietud que guardan los que acaban de amarse,/ la imperceptible prisa de los labios/ que buscaron un cuello donde apoyar su aliento./ Y déjame mirarte, frente a frente,/ con estos mismos ojos orientales/ que utiliza el amor para observamos”. (Luis García Montero, español, 1958-. Esa luna color de viejo saxofón...)