Cargando



Prioridades



ROSA EVELIA VILLARRUEL FIGUEROA


Viernes 20 de Julio de 2018 8:22 am


I/II

PENSÉ que a lo mejor nunca iba a poder pronunciar la frase “gobierno de transición”, aunque por muchos años he trabajado para que sucediera. Sólo veía desfilar en cada trienio o sexenio la continuidad de las mismas formas de gobernar al país; ahora, mi esperanza está puesta en que este paso se concrete de la mejor manera, y el resultado sea para en beneficio de las mayorías.

A hombres y mujeres que este proceso les favoreció con un escaño o cualquier otra posición mediante el voto popular, con éste viene aparejado un enorme compromiso y la responsabilidad de seguir a pie juntillas los preceptos del partido, el Proyecto de Nación y todas las recomendaciones que desde la Presidencia emanen en favor del pueblo.

La transición a una nueva forma de gobernar el país debe contar con acciones de corto, mediano y largo plazo, así como en todo logro debe haber prioridades a cumplir en lo inmediato, y en el estado en el que se encuentra nuestro país todo es prioritario y urgente. Sin embargo, podemos visualizar puntos sensibles por donde se pudieran perfilar de ya, algunas acciones de tipo social que vendrían a paliar la zanja de desigualdades existentes. Por ejemplo: los adultos mayores.

El actual gobierno ha mantenido una política de desprecio a un amplio sector de la población que se vive temerosa de rebasar cierta edad, porque sabe que a partir de ahí se le reduce enormemente la oportunidad de encontrar un decoroso empleo, a menos de que pertenezca al reducido sector de los privilegiados. Esto es sólo un eslabón de la larga cadena de desigualdades que tiene azolado al país.

Según el INEGI, para 2017 la población total del país era de 123.5 millones, de los cuales el 7.2 por ciento son adultos mayores de 60 años. De este porcentaje, por infinidad de razones, una cantidad muy alta se encuentra en total desprotección. De ejemplos, el abandono en los pocos asilos que mantiene el Estado, por cierto, en pésimas condiciones; en las calles mendingando para ganarse la sobrevivencia; en trabajos pesados para su edad, o arrinconados en los hogares pobres, como objetos domésticos.

Hombres o mujeres que rebasan los 40 años, tengan o no una carrera universitaria, sólo pueden acceder a subempleos con raquíticos salarios, con limitadas prestaciones y jornadas largas, donde además tienen que mostrarse agradecidos por la oportunidad brindada por sus patrones, o viviendo en la zozobra constante de ser reemplazados por personas más jóvenes; sumándole el hecho de haber demostrado ciertas aptitudes que aporta la edad, como experiencia o responsabilidad.

El estatus de la edad debería ser eliminado por completo y sólo contemplar a seres humanos con necesidades propias y específicas de acuerdo a las edades, experiencias y capacidades.

Este apoyo económico que otorgará el gobierno entrante a los adultos mayores, sólo coadyuvará a paliar en parte la gran brecha para quienes se encuentran en edades de los 65 años hacia arriba, pero, desde mi punto de vista, existe un sector mucho más amplio de la sociedad femenina, que merece también ser retribuido de forma económica y servicios gratuitos de salud, pues es el sostén emocional, de contención y unión de las familias mexicanas: las amas de casa.

Con el ánimo de ser propositiva y no quedarme en la crítica superficial, creo que como parte importante de la sociedad que eligió a un nuevo gobierno, nos asiste la responsabilidad de estar vigilantes a que éstas y otras prioridades se concreten de manera satisfactoria y en la medida en que nos sea permitido, aportar ideas de mejoramiento de las mismas.

Considero que se debería visibilizar en su justa dimensión a este sector, llamado de la tercera edad, como el más vulnerable, debido a los estragos naturales que se van presentando con la edad, e implementar medidas preventivas de atención en todos niveles, atacando por supuesto las necesidades más inmediatas.

 

*Ex secretaria de Mujeres de Morena Colima