Sentido Común
PATRICIA SÁNCHEZ ESPINOSA
Más allá de la paridad
Lunes 23 de Julio de 2018 8:20 am
DESDE el 1 de julio sabíamos que la
próxima Legislatura tendría una representación histórica de mujeres, se
lograría la paridad de género e incluso pudiera llegar a rebasarla. Ayer, el
Consejo General (CG) del Instituto Electoral del Estado (IEE) realizó el
reparto de nueve diputaciones de representación proporcional y entregó las
constancias a quienes integrarán la Quincuagésima Novena (LIX) Legislatura
local, confirmando la teoría de que el siguiente Congreso del Estado de Colima
tendrá por primera vez una mayoría de mujeres, quedando conformado por 14
mujeres y 11 hombres. Cómo señalé hace 2 semanas, lo
anterior no es casualidad, sino que se deriva de la lucha de las mujeres por la
igualdad, que en México data desde los tiempos de la Revolución Mexicana,
cuando comenzó la lucha por la emancipación femenina y el reconocimiento de
nuestros derechos político-electorales, obteniendo el primer triunfo en 1953,
cuando se reconoció el derecho al voto. A partir de ahí todo ha sido cuesta
arriba, donde se ha tenido que combatir al sistema patriarcal paso a paso,
acotándole el camino a los partidos políticos y sus dirigentes, que una y otra
vez le daban la vuelta a las leyes y normas para cerrarle el camino a las
mujeres. Gracias a las cuotas de género y a las
acciones afirmativas, las mujeres hemos ido avanzando, hasta llegar al 50 y 50
en la repartición de las candidaturas a diputaciones y senadurías, con lo que
han ido creciendo las oportunidades de disminuir la brecha de género y con ello
la escasez de voces femeninas que impulsen una agenda a favor de las mujeres. En Colima, la lucha por la paridad de
género tomó fuerza en 2014, en el marco de la reforma político-electoral, para
la cual se hicieron foros ciudadanos, en los que un grupo de estudiantes del
diplomado en Género y Políticas Públicas de la Universidad de Colima presentó
una modificación de su trabajo final, por recomendación de su profesora, la
investigadora Celia Cervantes, proponiendo aplicar una nueva fórmula en la
repartición de las candidaturas de representación proporcional, para evitar así
la sobrerrepresentación de cualquiera de los géneros. Posteriormente, la Asociación Civil
100 por Colima integró dicha propuesta a su agenda, cabildeándola con miembros
de la LVII Legislatura, quienes al final sólo usaron a la AC mediáticamente
para aparentar una apertura ante las propuestas de la sociedad civil, aunque
terminaron ignorando todas las que se les presentaron. Poco menos de un año después, durante
las elecciones de 2015, las consejeras del IEE, Isela Uribe y Verónica
González, promovieron un acuerdo para la asignación de las diputaciones
plurinominales siguiendo criterios de paridad de género, el cual fue aprobado
por el CG, lo que género que los partidos políticos impugnaran ante el Tribunal
Electoral del Estado de Colima. Para apoyar el criterio del CG, las
asociaciones 100 por Colima, IUS género, la Asociación Colimense de
Universitarias (ACU) y el Instituto Griselda Álvarez (IGA) promovimos un Amicus
Curiae (informe por escrito usado para intervenir en la defensa de intereses de
trascendencia general, como los derechos fundamentales) ante el TEE, el cual
confirmó el criterio del CG del IEE, resolución que fue nuevamente impugnada
ante la Sala Superior Toluca del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la
Federación (TEPJF). También en esta ocasión las
asociaciones nombradas supralíneas presentamos un Amicus Curiae, e incluso las
compañeras presidentas de las AC’s viajaron a Toluca para exponer sus argumentos
ante los magistrados. Tristemente, la Sala Superior Toluca le dio la razón a
los partidos políticos en una votación de 2 a 1, con lo que no fue posible
llegar a la paridad en esa ocasión, pero sí abrió el camino para que las
asociaciones involucradas redactáramos una propuesta de reforma para integrar
una fórmula en la legislación electoral de Colima, que evitara, mediante las
diputaciones plurinominales, que cualquier género quedara subrepresentado,
acercando al Congreso del Estado lo más posible hacia la paridad de género,
tomando en cuenta que la Cámara está compuesta por un número impar. Desgraciadamente, los intereses
políticos del momento hicieron imposible que la paridad transversal contemplada
en la propuesta avanzara en la LVIII Legislatura, quienes sólo aprobaron la
paridad vertical y horizontal, siendo un gran avance que sin embargo no
resolvía el problema de cerrar la brecha de género en el Legislativo local,
dejando sin efecto el principio constitucional de paridad de género. El 6 de enero de este año, a unos
meses de comenzar las campañas electorales en Colima, el CG del IEE aprobó el
acuerdo en el que se formulaba una nueva acción afirmativa a favor de las
mujeres, haciendo obligatorio para los partidos políticos colocar a las mujeres
en el primer lugar de la lista de candidaturas plurinominales, con la intención
de incrementar la participación de mujeres en la siguiente Legislatura. Dicho
acuerdo fue impugnado por el PRD ante el TEE, el cual resolvió a favor del IEE.
Morena interpuso una opinión jurídica contra la impugnación del PRD. Debido al contundente triunfo de
Morena en Colima, partido que se llevó casi todas las diputaciones en el
estado, la integración del siguiente Congreso quedó conformado casi
paritariamente, pues por ley las candidaturas tenían que repartirse al 50 y 50
entre los géneros y al ganarlas casi todas, la integración de la Legislatura
reprodujo ésta proporción. Sin embargo, al momento de repartir las diputaciones
plurinominales, el 77.77 por ciento fue para mujeres, mientras que el 22.22 por
ciento se destinó a varones, quedando una integración final de 14 mujeres y 11
hombres, siendo la primera vez que existe una sobrerrepresentación de mujeres
en el Congreso de Colima. Por supuesto que se trata de un
triunfo de la lucha feminista, el cual celebro de manera personal debido a que,
junto con las asociaciones 100 por Colima, IUS género y ACU, lo hemos estado
impulsando desde 2014. No obstante, reconozco que se trata de una batalla
ganada, donde aún falta mucho por hacer. La sobrerrepresentación femenina del
Congreso, si bien es un hecho positivo, tampoco es lo deseable en el largo
plazo. La razón de la paridad de género es dar una representación justa a
hombres y mujeres en el Poder Legislativo, por lo que se requiere una legislación
que garantice una distribución justa de los sexos, independientemente de cuál
género haya quedado subrepresentado en las diputaciones de mayoría relativa.
Quizás los hombres puedan darse cuenta ahora de lo importante que es tener una
legislación que incluya una fórmula que permita que el Congreso sea integrado
por igual número de hombres y de mujeres, para que sus voces sean igualmente
tomadas en cuenta.
También será necesario no exigirle
únicamente a las mujeres el impulso de una agenda de género, sino a todas y
todos los legisladores por igual, sin que pase desapercibido que existe una
cultura patriarcal arraigada en el país y en Colima, que marca de igual manera
a ambos sexos, misma que hace que las propuestas y votaciones en los Congresos
se hagan desde los partidos políticos, a los cuales se someten por igual
hombres y mujeres. En pocas palabras, no echarle la culpa únicamente a las
mujeres de las fallas que sucedan en el Congreso. Nos falta aún mucho camino
por andar en ésta materia, pero no hay duda de que hemos avanzado.