De ayer y de ahora
JAIME ROGELIO PORTILLO CEBALLOS
Componentes del amor
Domingo 19 de Agosto de 2018 8:17 am
“QUIERO que me hable de los sentimientos del
amor y la amistad”, le decía el joven discípulo a su ya anciano maestro de la
Universidad de Colima, mientras caminaban por el Parque Regional. Aquel
maestro, cuyo rostro reflejaba una vida con profundas experiencias, con mirada
apacible y serena, le contestaba a su curioso e inexperto pupilo: “el amor es
un sentimiento profundo e inefable de preocupación cariñosa por otra(s)
persona(s). Es un sentimiento relacionado con el afecto y el apego, y se
expresa mediante una serie de emociones, experiencias y actitudes. Te digo esto
como un pequeño bocado de entrada, porque hablar del amor y la amistad no se
puede reducir sólo a palabras y conceptos; es algo que a veces sólo los poetas,
místicos y artistas pueden acercarnos a comprender”. Maestro y alumno seguían caminando, al tiempo
que aquel anciano sentía en su interior un afecto paternal por el joven. Siguió
argumentando: ¿te has puesto a pensar por qué los seres humanos tenemos la
imperiosa necesidad de amar y ser amados?, ¿qué hace que dos seres se acerquen
entre sí, se traten y haya entre ellos una relación afectiva? Siento que, como
especie, cada ser humano es necesario a otro u otros seres humanos y, al mismo
tiempo, necesita de otro u otros. Somos, pues, sociables por naturaleza, no
podemos vivir aislados. Pero, añadió, podemos vivir en sociedad y sentir que no
amamos y también que no somos amados. El joven, inquieto y ávido por conocer,
preguntaba a su veterano tutor: “¿hay diferentes tipos de amor y éste que
componentes tiene?”. Respondía el hombre de canas: “Más que tipos, hay
diferentes manifestaciones del amor. Por ejemplo, está el amor por uno mismo como
sano amor propio, como auténtica autoestima, no como narcisismo; el amor filial
que es el de padres a hijos, sobresaliendo el amor maternal como amor primario
y primera escuela donde el hijo aprende a amar; el amor fraternal; la amistad
extendiéndose al amor al prójimo; y el clásico: el amor romántico, sexual o de
pareja”. Continuaba aquel maestro: “Para el amor y la
amistad hay bases, aspectos previos y etapas. Estos hermosos sentimientos
tienen varios supuestos y componentes, te voy a mencionar algunos: atracción
y/o agrado por estar juntos y por compartir una o más actividades, ideas,
gustos o la vida misma; la confianza y la benevolencia mutuas; el trato
frecuente y la reciprocidad que se consigue apoyándose mutuamente en las buenas
y en las malas; la responsabilidad, disponibilidad y sinceridad. Con el
amigo(a) o con quien amas se te facilita el hablar y el actuar como
naturalmente piensas y eres; hay interés y preocupación por la pareja o por el
amigo (a), por el bienestar del otro, es decir, de sus problemas y logros, por
eso quieres reunirte, comunicarte o convivir con él o ella. “Tenemos que agregar la comprensión, como
aceptación de las características de un individuo y sus valores, en definitiva,
su forma de ser. También el respeto y la comunicación que implican valorar la
opinión del otro, tomarlo en cuenta, no imponer sino aconsejar, no chantajear y
acompañarse con diálogo y tolerancia. Amar es todo un arte y como tal requiere
cultivo. “El amor tiene también formidables enemigos
que no son fáciles de vencer. Te mencionaré unos: el egoísmo, el orgullo, la
infidelidad, los celos, la envidia, las mentiras, la hipocresía, etcétera”. Bueno, mi estimado discípulo, decía aquel
maestro, hasta este momento te he dicho ideas y conceptos que es bueno conocerlos,
pero lo más importante es vivirlos. Muchas veces sabemos lo que tenemos que
hacer, pero simplemente no lo hacemos. Tú ama y vivirás el amor. Has de saber,
mi querido discípulo, que el hombre está siempre hambriento de amor, está
siempre buscando y anhelando…
Me tengo que despedir, dijo aquel maestro, en
otra ocasión seguiremos platicando.