LUNES POLÍTICO
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Lunes 20 de Agosto de 2018 7:07 am
Ni ruinas ni
éxito RECIBIRÁ el gobierno de Andrés Manuel López Obrador
una seguridad pública “en ruinas”, sostuvo Alfonso Durazo, quien será
secretario de Seguridad Pública en la nueva administración. Sin precisar por qué califica de ruinosa la
seguridad pública, Durazo Montaño dio marcha atrás en varias promesas del futuro
gobierno. Una de ellas es el perdón, que proclamó su jefe AMLO como condición
indispensable para la pacificación del país. Durazo lo corrigió: el perdón “es
un asunto personal” de cada familiar de víctimas o las víctimas mismas (cuando
sobreviven, claro), para alcanzar la paz interior. Es decir, el futuro
secretario de Seguridad Pública asume funciones de consejero emocional. Después, explica que las acciones de combate
al crimen organizado irán por la vía de las finanzas. Esa es una buena
estrategia si se lleva a cabo con precisión y rapidez, para atacar las empresas
que lavan dinero y se abate el secreto bancario para esos casos tanto en
Estados Unidos como en México. En respuesta a Alfonso Durazo, acaso por
sentirse aludido, el ex secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong,
culpó a los gobernadores y a la alcaldes del país del fracaso de la estrategia
de seguridad del gobierno de Enrique Peña Nieto, si bien por su parte, el
secretario de Gobernación en funciones, Alfonso Navarrete Prida, defendió al
régimen diciendo que al menos 110 de los 122 capos objetivos prioritarios de la
persecución están en prisión o abatidos. Durazo Montaño había dicho que no se
perseguirá a cabecillas del narco, sino sus finanzas, lo que es un error, pues
deben hacerse ambas funciones. Osorio Chong dijo que alcaldes y gobernadores
se negaron a la formación del Mando Único de las corporaciones policíacas,
cuando esa era una de sus tareas fundamentales. ¿Por qué ante la negativa se
siguió enviando dinero a raudales a estados y municipios para invertir en
seguridad pública sin que se revisara a fondo el destino de esos recursos
financieros? ¿Por qué lo permitió Osorio, si los mandos locales se negaban a
colaborar, según su versión? Por otra parte, la fuga de Joaquín El Chapo
Guzmán Loera del penal de Almoloya de Juárez, de máxima seguridad, evidenció a
Miguel Ángel Osorio y el sistema carcelario que de él dependía. La recaptura
del jefe del cártel de Sinaloa se debió a la DEA y la Marina, no a Osorio
Chong, quien se pasmó ante el acontecimiento, que expuso muchas de sus
limitaciones para ocuparse de la seguridad pública, que se había reintegrado a
Gobernación al arribo de Peña Nieto. El entonces secretario de Gobernación se
dedicó desde el principio del sexenio a labrarse una figura política de cara a
su pretendida candidatura presidencial. Muchos cientos de millones de pesos
fueron gastados en promoverlo. Medio país vio aquella propaganda ridícula y
desproporcionada en que aparece el encargado de la política interna hablando
ante niños escolares sobre la recaptura de El Chapo Guzmán. También el país vio que a Osorio le quedaba
grande el Palacio de Bucareli y que sus desplazamientos por el país a reuniones
sobre seguridad pública y combate al narcotráfico fueron actos políticos-electoreros.
Así ocurrió en Colima, por ejemplo, cuando vino a Manzanillo a un cónclave con
los secretarios de la Marina-Armada de México y de la Defensa Nacional y ocho
gobernadores de la región de centro y occidente para combatir al crimen organizado
más allá de los límites geográficos de cada entidad. Ni una sola letra de lo
ahí señalado pasó a los hechos, pero Miguel Ángel Osorio seguía en campaña. A
varias regiones del país fue con el mismo cuento. Tampoco la fracción de Morena en la
Legislatura, ni del PT, se ha referido a la etapa en la que Osorio Chong era
secretario de Gobernación. La verdad es que las estrategias de Felipe
Calderón y de Peña Nieto son idénticas y resultaron insuficientes, porque les
faltó combatir con eficiencia las finanzas del crimen organizado. No fueron un
éxito, pero sí enfrentaron a los cárteles. Y eso debe combinar el nuevo
gobierno: perseguir capos y atacar las finanzas. Además, es necesario atajar las vías de
ingreso de los precursores químicos para fabricar drogas sintéticas y el
contrabando de dólares en efectivo, como ocurre en el puerto de Manzanillo,
insuficientemente vigilado por la Marina y Hacienda. Otro camino es exigir al gobierno de Estados
Unidos que atienda el problema de sus millones de consumidores, quienes con sus
compras sostienen a los cárteles de las drogas y los hacen fuertes. No será sencillo el trabajo de Alfonso Durazo
y es mejor aceptar desde ahora que los resultados, si los hay, serán a mediano
plazo. Pero no será con quejas como la expresada por él como se trabajará bien.
Más bien, suena a curarse en salud. Y los dichos de Osorio son mentiras,
justificaciones tras casi 6 años de indolencia y grilla. Fiscal General DESDE hace meses ha generado polémica el
nombramiento del Fiscal General de México y lo mismo se replica en los estados,
pues se trata de las figuras más importantes en la procuración de justicia a
nivel federal y en las entidades. El año pasado hubo fuertes debates en el
Congreso de la Unión por la intención del presidente Enrique Peña Nieto de
designar directamente al Fiscal General, intento motejado como el “fiscal
carnal”. Con las reformas a la Constitución, el
Mandatario tenía el derecho de nombrar al Procurador General de la República y,
en automático, éste se convertiría en el nuevo Fiscal General. El propósito de
Peña Nieto fue nombrar a su amigo Raúl Cervantes. El 16 de octubre del año pasado, Cervantes
Andrade renunció como titular de la PGR y días después, Enrique Peña declaró
que nunca buscó un Fiscal afín al Presidente de la República, sino a alguien de
probada capacidad y preparación para desempeñar ese cargo. Reconoció que en ese tiempo no se podía hacer
el nombramiento por la efervescencia política que se vivía por las campañas
electorales y la crispación que se había generado principalmente en el Senado. Luego de que 17 estados aprobaron la reforma
constitucional, la semana pasada la Comisión Permanente declaró la aprobación
de esa enmienda que elimina el pase automático del titular de la PGR a
encabezar la Fiscalía. Ahora se podrá iniciar en el Senado la discusión sobre
otra Ley Orgánica de la Fiscalía General y el proceso para nombrar al nuevo
titular. A la actual Legislatura se le acaba el
tiempo, por lo que la aprobación de dicha Ley Orgánica quedará en manos de
Morena y aliados, que a partir del 1 de septiembre próximo tendrá mayoría en el
Senado. La Constitución establece que será hasta que
se apruebe la legislación cuando la PGR podrá realizar la transición para
convertirse en Fiscalía General de la República. La minuta de la Ley Orgánica de la Fiscalía
General elaborada por la Cámara de Diputados se encuentra en comisiones del
Senado desde diciembre de 2014, sin embargo, en enero de 2015, PAN y PRD la
frenaron por considerarla insuficiente para garantizar la autonomía plena del
Ministerio Público. Una vez que se apruebe la Ley Orgánica, se
pondrá en marcha el procedimiento establecido en el artículo 102 de la
Constitución, a fin de que el Senado le presente por lo menos 10 nombres de
candidatos al Presidente de la República, de los que él conformará una terna y
la devolverá a esa Cámara, que será la responsable de nombrar al Fiscal
General. Se eliminó el pase automático del “fiscal
carnal” de Peña Nieto, pero ahora se allanó el camino para que llegue el
“fiscal carnal” del próximo presidente, Andrés Manuel López Obrador. Uno de los
nombres que suena es el del jurista Bernardo Bátiz, quien fue Procurador en el
gobierno de López Obrador en la Ciudad de México, hace 12 años. Enrique Peña hace bien en manejar este caso
con el Presidente electo, lo cual se toma como una cortesía política del
mexiquense que ha colaborado para que la transición del Ejecutivo sea tersa y
se dé en los mejores términos. Con la reforma a la Constitución y la Ley
Orgánica, también se habrán de nombrar los fiscales Anticorrupción y contra la
Trata de Personas, el primero, de gran importancia para la situación actual del
sector público federal. Lo ideal es que queden bien armados los nombramientos y
facultades de estos organismos, para que funcionen bien y de inmediato. En el caso de Colima aún no se nombra al
Fiscal General, pues el Ejecutivo y Legislativo decidieron esperar a que el
procedimiento se resolviera primero en el nivel federal. De acuerdo a la Constitución, en el estado,
el gobernador José Ignacio Peralta Sánchez tiene la facultad de nombrar, por
única ocasión, al Fiscal General. Lo puede hacer de esa forma o seguir el
modelo aprobado por el Senado, es decir, que el Congreso local le proponga una
determinada cantidad de candidatos, Peralta Sánchez elija una terna y la
regrese al Legislativo, para que sean los diputados los que de esa tercia
nombren al nuevo Fiscal General del Estado. El Gobernador y el Congreso deben ser muy
cuidadosos en este proceso electivo, pues la crisis de inseguridad que vive
Colima requiere un Fiscal fuerte, incorruptible, con independencia
administrativa, jurídica y probada capacidad para desempeñar el cargo de esa
representación social. El caos UN caos heredará Héctor Insúa García al
próximo alcalde de Colima, Leoncio Morán Sánchez. En la comuna capitalina hay
un cochinero en el ámbito financiero, un desorden administrativo y graves
deficiencias en la prestación de servicios públicos, como quedó demostrado el
pasado miércoles, cuando trabajadores del servicio de limpia se negaron a
cubrir las rutas matutinas debido al mal estado de las unidades recolectoras de
basura; problema que persistió el viernes, aunque no se cancelaron recorridos.
Hoy podrían parar, si no se han reparado los camiones. El panista tiene adeudos con los trabajadores
sindicalizados, que por eso lo demandaron penalmente ante la Procuraduría
General de Justicia del Estado (PGJE), dado que retener o desviar cuotas o
dinero de los empleados públicos se castiga con cárcel, conforme al Código
Penal vigente en Colima. Eso es lo que ha hecho Insúa. Para el caso, es lamentable que ni el
anterior procurador, José Guadalupe Franco Escobar, ni el actual encargado del
Despacho de la PGJE, Gabriel Verduzco Rodríguez, avanzaran en la integración
del expediente que corresponde a la denuncia presentada por el dirigente
sindical, Héctor Arturo León Alam, los primeros días de marzo de 2017, es
decir, hace año y medio. A instituciones altruistas y necesarias para
salvar vidas, como Bomberos y Cruz Roja, el todavía edil capitalino les debe
aportaciones. La semana pasada, el delegado de Cruz Roja, Alberto Covarrubias
Bermejo, dijo que desde hace un año, el gobierno de Insúa dejó de entregarles
los 17 mil pesos mensuales a los que se comprometió. ¿Dónde está ese dinero?
¿No lo presupuestó? Sin prestar servicios públicos eficientes y
sí en cambio tener y mantener una ciudad sucia y descuidada, el Alcalde también
se negó a brindar seguridad pública a los capitalinos. A los escasos policías
habilitados para realizar tareas de vigilancia, los mandó a barrer jardines y a
concentrarse en hacer la tarea de tránsito, levantando infracciones en
operativos escondidos, dirigidos especialmente contra conductores de vehículos
modestos. Al menos en esto no mintió Insúa, cuando en
campaña reconoció, en un foro de la Coparmex Colima, que no estaba convencido
de que la capital necesitara una policía municipal para combatir la
inseguridad, pues, según él y su mundo de fantasía, el problema debe atacarse
¡con festivales! De ese tamaño ha sido la desatención del edil a uno de los
principales conflictos de los colimenses, como es la inseguridad. Encima del cúmulo de graves errores,
omisiones, arbitrariedades e ilegalidades que lleva a cuestas, el panista es
mal perdedor, igual que lo fue su mentor político, Jorge Luis Preciado, éste,
luego de ser derrotado en dos ocasiones consecutivas en la gubernatura, pues
Insúa recurrió a tribunales electorales para impugnar el triunfo que obtuvo
Leoncio Morán en las urnas. Primero, el edil en funciones presentó un
recurso de inconformidad porque, según él, fue difamado en el programa Ya se
supo, de la estación radiofónica 98.1, propiedad del gobierno estatal. El caso
lo rechazó la Sala Regional Especializada del Tribunal Electoral del Poder
Judicial de la Federación. Está pendiente de resolverse otra
inconformidad similar, donde Insúa se queja de “inequidad” en la contienda
electoral, por parte de medios de comunicación. El mismo cuento carente de
sustento utilizó Preciado Rodríguez al perder la gubernatura y por lo mismo fue
desestimado por la autoridad electoral. El viernes el TEE le admitió a revisión
de fondo su queja electoral. En este caso, la respuesta del Tribunal
seguramente será negativa. El gobierno municipal se termina el último
minuto del 14 de octubre, pero Insúa García insiste en seguir causando daño y
por eso ha puesto en subasta un terreno propiedad del Ayuntamiento ubicado en
el fraccionamiento Primavera Hills, que en segunda almoneda del 6 de agosto
tenía un precio base de 38 millones 475 mil pesos, pero como no hubo
interesados, habrá una tercera puja el 3 de septiembre, donde el predio se
rematará en 4 millones menos que la anterior ocasión. Sorprende que la subasta siga su curso cuando
la regidora María Elena Abaroa López ha manifestado que el predio cuesta por lo
menos 50 millones de pesos, por lo que el edil lo está malbaratando. En tanto
que Locho Morán consideró que esa venta representa un doble daño para los
ciudadanos, pues el dinero que se obtenga, dijo, pretende usarse en pago de
deuda, lo cual, además, es ilegal. Falta saber las acciones legales que seguirá
el Sindicato que preside León Alam, para reclamar ese predio como pago al
millonario adeudo que tiene Insúa García con el gremio. Del tema de la concesión que pretende otorgar
el Ayuntamiento a un particular, previa autorización de la mayoría sumisa del
Cabildo capitalino, del cual destaca Abaroa López por sus posturas a favor de
la gente, se desconocen las irregularidades en que se estaría otorgando, como
lo denunció públicamente la regidora de Movimiento Ciudadano. Con tan malas cuentas que entregará, Héctor
Insúa debiera mostrar un poco de dignidad y reconocer que perdió en las urnas
porque es un mal gobernante, y después de su regiduría, si es que llega a
detentarla porque antes podría parar en la cárcel, lo mejor que puede hacer es
retirarse a la vida privada, porque no sirve para la función pública. Relevos en
comunas EN la última semana de agosto, comenzará
formalmente el proceso de entrega-recepción de las administraciones municipales
de la entidad, en el cual juega un papel fundamental el Órgano Superior de
Auditoría y Fiscalización Gubernamental (Osafig), que debe asesorar
principalmente a los Ayuntamientos entrantes, sobre todo lo que les deben
entregar sus antecesores. Es un hecho que al menos en cuatro
municipios, sólo problemas recibirán quienes empezarán a gobernar a partir del
15 de octubre. En Colima, Villa de Álvarez y Tecomán, hay deudas millonarias
con los trabajadores sindicalizados, quienes han denunciado penalmente a los
alcaldes Héctor Insúa García, Yulenny Cortés León y Guadalupe García Negrete,
respectivamente. El cuarto Ayuntamiento con evidentes
problemas es el de Cuauhtémoc, luego de que la Suprema Corte de Justicia de la
Nación (SCJN) declaró infundada la Controversia Constitucional que interpuso el
municipio de Cuauhtémoc contra la destitución del alcalde Rafael Mendoza
Godínez. Con ese resolutivo de la Corte, el Supremo Tribunal de Justicia del
Estado (STJE) está en condiciones de ejecutar la destitución e inhabilitación por
7 años para ocupar cargos públicos, que el Congreso del Estado impuso a Mendoza
Godínez. Hay que recordar que esa sanción sería por la
ilegal participación del Alcalde en el proceso electoral extraordinario de
2015, a favor del entonces abanderado del PAN a la gubernatura, Jorge Luis
Preciado Rodríguez. En caso de que Rafael Mendoza sea destituido
del cargo durante lo que resta de la presente administración municipal, asumirá
la alcaldía su suplente, Moisés Morán Gallegos, quien ya ocupó ese cargo en el
tiempo en que aquel solicitó licencia para buscar la reelección. Para la siguiente administración, que entra
en funciones el 15 de octubre, el cargo tendría que ser asumido por el suplente
a Presidente Municipal, Julio Borjas Cárdenas, quien es comisario de Chiapa. En los tres primeros casos (Colima, Villa de
Álvarez y Tecomán) si se aplica la ley, es muy probable que los Alcaldes tengan
que pagar con cárcel los desvíos millonarios de dinero de los trabajadores, por
lo cual existen denuncias penales que inexplicablemente no han avanzado con la
celeridad que los casos ameritan. Para Colima y Villa de Álvarez, algo
paradójico es que Héctor Insúa y Yulenny Cortés formarán parte de los Cabildos
en sus respectivos municipios, cuando están denunciados penalmente por los
trabajadores al servicio de los Ayuntamientos. El Osafig debe revisar a fondo las cuentas
públicas de estos gobiernos y señalar con precisión todas las anomalías en que
han incurrido. Será una prueba de fuego para las fracciones parlamentarias de
los partidos ganadores de la elección el aplicar estrictamente la ley. Ahí se verá si van en serio y a fondo contra
la corrupción, pues está comprobado por parte de los sindicatos, que los tres
alcaldes en mención desviaron recursos de los trabajadores a otros rubros, lo
que está penado por ley. Tampoco se entiende por qué la Procuraduría
General de Justicia del Estado ha dejado pasar tanto tiempo sin investigar y
llegar al fondo de las denuncias presentadas por los gremios de trabajadores. En marzo del año pasado, el sindicato de
Colima presentó la denuncia; luego, en mayo del mismo año se interpuso la de
Tecomán y en octubre la de Villa de Álvarez. Parece que todas las arrumbaron en
un cajón, pues no se sabe si se han seguido los trámites correspondientes.
Si se aplica estrictamente la ley y se hace
una investigación seria, seguramente Héctor Insúa, Yulenny Cortés y Guadalupe
García tendrán que ir a prisión. Los dos primeros serán regidores, pero hay que
recordar que ya no hay fuero, de ahí que sólo les quedará la vía de ir a la
sombra, en estricto apego a la ley. En el caso de Lupillo, ya sin cargo
público, tendrá que enfrentar la querella en su contra.