Inbox
SERGIO BRICEÑO GONZÁLEZ
Superdelegados
Martes 21 de Agosto de 2018 7:46 am
MUCHO se ha especulado sobre el destino y las
funciones de los superdelegados, es decir, aquellas personas que siendo de
Morena, han sido colocadas como interlocutores entre el presidente electo,
Andrés Manuel López Obrador, y los mandatarios en funciones a lo largo y ancho
de la República Mexicana. La medida, obvio es decirlo, cayó mal entre
tales mandatarios, sobre todo porque desde ya tendrán controlados los recursos
federales para que, en palabras del Ejecutivo pronto a asumir el poder, no
hagan mal uso del mismo y éste pueda llegar a quienes más lo necesitan.
Antecedentes de empleo torcido de tales fondos los tenemos en abundancia, desde
que el apellido Duarte se convirtió en sinónimo de corrupción y malos manejos. El control sobre tales presupuestos, lo dije
en una de mis columnas anteriores, tendrá que ser en el caso de Colima, con un
manejo prudente y propositivo, que es lo que sin duda nos dará la también
diputada federal electa, Indira Vizcaíno. No se trata de que se ahoguen los
fondos o se condicionen a tal o cual derrotero, sino más bien que tales
recursos, como queda dicho, se apliquen con diligencia en las zonas y personas
que lo requieran. Todos sabemos, también, que tal control
permitirá una mayor transparencia en el manejo de los fondos, no porque haya
una honestidad garantizada en todos y cada uno de los superdelegados, que la
hay, sino porque al tratarse de un nuevo modelo de federalismo, los ciudadanos
estaremos al pendiente del destino de tales dineros. Si dichos presupuestos eran necesarios para
aplicarlos en una nueva colonia, que se haga, y que no se desvíen hacia la
remodelación de una mansión gubernamental, hacia la adquisición de un predio en
zonas no urbanizadas o en la compra de un avión, helicóptero o avioneta. Este
esquema, por el contrario, se espera que nos permita observar de cerca qué
pasará con tales cheques, cuyos montos se conforman a través de los impuestos
que todos pagamos. En el caso de Colima, incluso sería prudente
que se tocara el tema de lo que en realidad le corresponde recibir como estado,
al ser el sitio en el que se ubica el puerto de Manzanillo, cuyas
contribuciones a la Federación superan por mucho el presupuesto que la propia
Federación le asigna a nuestra entidad año con año. Los cónclaves, las reuniones, los
acercamientos que tengan lugar en estos días serán clave, porque permitirá a
los diputados federales representantes de Colima, plantear ante sus colegas las
necesidades, que son muchas, que aquejan a estas tierras en materia de desarrollo,
tanto físico como inmaterial. Y es aquí donde tendrán que darse los estirones
entre un partido que anuncia la renuncia a la mitad de su financiamiento
público, y otro, como el PRI, que se ha caracterizado, sin generalizar, por ser
mayoritariamente depredador de ese financiamiento, mismo que hasta se habría
comprometido al embargarse la finca en que se asienta su sede nacional, toda
vez que su anterior dirigente la habría hipotecado por 300 millones de pesos
poco antes de las elecciones. Este nuevo federalismo tendrá por fuerza que
traducirse en mejores espacios de desarrollo, alejados del robo, el abuso y el
desvío de recursos. Esa es la meta principal, y de ello depende, en buena
medida, el éxito o el fracaso de la gestión de un López Obrador que ha sabido
tender a tiempo los lazos y los amarres, para no llegar en ceros a una
administración que se empezará a despertar cuando se entere que en realidad la
solución es de manera conjunta, todos los mexicanos en coordinación.
La juventud de Indira Vizcaíno no debe ser un
obstáculo para que los presupuestos en cuestión fluyan con rapidez y eficacia.
La clave, en todo caso, está en la conformación de verdaderas mesas de trabajo,
para analizar a detalle qué necesita Colima con mayor urgencia. Dentro de esas mesas,
saldrá un primer intento serio por solventar los problemas financieros que dejó
Mario Anguiano y que siguen repercutiendo en las finanzas estatales, en todos
sus niveles y en prácticamente todas sus áreas.