Cargando



De ayer y de ahora



ROGELIO PORTILLO CEBALLOS

Carrera laboral femenina


Domingo 02 de Septiembre de 2018 8:34 am


EL domingo pasado encendí la televisión. Estuve oprimiendo el botón automático del control, tratando de seleccionar algún canal que me interesara. Ubicaba uno y veía un trozo de película, luego otro de entrevistas, otro de deportes, uno más con noticias, y no hallaba algo atractivo para entretenerme, hasta que me atrapó un programa que se llamó “Mujeres en la cima”. Empecé a concentrarme en las opiniones y comentarios de mujeres preparadas y ejecutivas que buscaban hacer carrera en sus empresas y las dificultades que vivían. La conductora resultó ser una afamada empresaria inglesa que dirige una gran empresa con distintos departamentos, ocupados con diferente porcentaje de mujeres en ellos.

En el transcurso del programa afloraron los principales problemas que viven las mujeres en el competitivo mundo laboral inglés. Uno es el relativo a las licencias por maternidad, cambio emocional, económico y laboral que sufren, sobre todo las que están haciendo carrera dentro de la empresa. “Después de algunos años de trabajar y ascender en mi trabajo, estoy embarazada y estoy viendo si continuaré trabajando una vez que haya dado a luz”, decía una ejecutiva inglesa con un dejo de insatisfacción, al darse cuenta de que tendría que optar entre su desarrollo laboral y la atención a su familia, en este caso, a un recién nacido.

De dos entrevistadas viviendo esta situación, una se reintegró a trabajar pero con un horario recortado, de tiempo parcial; la otra de plano renunció para concentrarse en su hijo, en sus cuidados y en su crianza. Esta última decía: “Aquí en Reino Unido es muy caro lo que tiene uno que pagar porque le cuiden un niño, no tiene caso trabajar para destinar a otra persona un gran porcentaje de lo que ganas para ello, además de quedarte casi sin ver o atender a tu hijo”.

Al ver estos casos, recordé cuando en una conferencia a la que asistí hace tiempo en una universidad privada de Guadalajara, una alta ejecutiva ponente expresaba: “No saben lo difícil que es para una mujer con alto nivel directivo conciliar su vida privada con su carrera laboral; cuando tuve a mi hijo estaba trabajando y viajando, sólo lo veía a través de una pantalla, yo me preguntaba: ¿Vale tanto esto que estoy haciendo para no estar ahorita mismo abrazando y cuidando a mi hijo?”. Siento que la clave está en encontrar la mejor fórmula para conciliar la vida laboral con la vida familiar y/o afectiva. Y aunque la mujer que trabaja no tenga altos cargos, de todos modos se enfrenta a este problema: la atención y cuidado de esposo e hijos, su alimentación, su ropa, sus tareas, etcétera; trabajo doméstico que se concentra en ella, o en el mejor de los casos, está repartido con los hijos y esposo.

Para que la mujer permanezca y ascienda a mejores puestos, pienso y propongo que la sociedad aplique políticas públicas eficaces: 1.- Construir y adaptar más espacios como guarderías con personal competente. 2.- Tener más escuelas de tiempo completo donde los niños estén debidamente atendidos y alimentados, con horarios que hagan posible que la mujer trabaje sin la preocupación y zozobra de su atención. 3.- Que en la reforma laboral haya eco en la necesidad de trabajos de tiempo parcial o actividades con horario flexible. 4.- Una política cultural y educativa que transforme la conducta y visión de algunos varones para comprender el papel de las mujeres y no oponerse al trabajo y progreso femenino. 5.- Un apoyo económico público a abuelos cuidadores y mayor reconocimiento a la familia como institución donde importan tanto madre, padre e hijos.

En donde se concilien las diferencias mediante el diálogo y la comprensión, en donde marido y mujer (trabaje uno o los dos; gane más uno o el otro; tengan horarios pesados, corridos, parciales o flexibles) puedan convivir y formar a sus hijos como buenos ciudadanos y excelentes personas. ¿Podremos lograrlo?