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Debate electoral



ISELA GUADALUPE URIBE ALVARADO

Razón de ser del CPC


Jueves 06 de Septiembre de 2018 10:26 am


CONSIDERO importante conocer cuál es el sentido y la razón de ser de una de las piezas claves que vigilará y coadyuvará para el combate de la corrupción por medio de los Sistemas Anticorrupción (nacional y local), me refiero al Comité de Participación Ciudadana (CPC). Es sustancial mencionar que nos encontramos ante un sistema nuevo, que –en muchos de los casos– no tiene sus partes completas que permitan su funcionamiento y su razón de ser.

Vayamos desde el origen. El impulso por el combate a la corrupción en nuestro país, deviene de antecedentes internacionales; por ejemplo, desde 1996, la Convención Interamericana contra la Corrupción, promovida por la Organización de Estados Americanos (OEA), fue el primer instrumento internacional que expresó la necesidad del combate a la corrupción y promovió el crear mecanismos de cooperación; enseguida, en 2003, vino la Convención de Naciones Unidas contra la Corrupción, que a partir de la misma se reconoce que la función pública tendrá que ser eficiente y transparente, como bases de todo buen gobierno. 

¿Qué sucede en nuestro país entonces? Si observamos, en poco más de 2 décadas se han tocado puertas para que el quehacer público adquiera el sentido para lo que fue creado, sin embargo, aún y a pesar de que México ha suscrito dichos referentes internacionales desde entonces, la realidad es que no sólo se hecho caso omiso a los mismo, sino que los índices de corrupción en nuestro país han ido en aumento, y hoy por hoy tenemos un monstruo interconectado en todos los entes y en todos los niveles del quehacer público.

Hago mención justamente a la parte pública, porque ahí está el dinero de todas y todos los mexicanos recaudado por medio de nuestros impuestos. Luego entonces, apenas hace 3 años se implementa el Sistema Anticorrupción (nacional y local), que tendrá la encomienda –no menor– de abatir la corrupción. ¿Por dónde empezar? ¿Qué hay que hacer? Yo diría, todo por hacer. El sistema tiene la participación de organismos e instituciones garantes de la justicia, de la transparencia y de la fiscalización. Sin embargo, se crea una Comité Ciudadano (CPC), que es quien coadyuvará, pero sobre todo vigilará a quienes tienen la responsabilidad de transparentar, de rendir cuentas, de auditar y de juzgar.

¿Por qué y para qué solicitar el auxilio o apoyo ciudadano en el sistema anticorrupción? Quiero pensar que quienes diseñaron el sistema, ponderaron a la ciudadanía, representada por el CPC, para que oxigenara al sistema. Y es que el problema de fondo de la corrupción es tan simple y complejo, como que se dejó de hacer lo que se tenía que hacer y nos convertimos en un país con una eminente simulación, repleta de leyes, decretos, acuerdos internacionales, pactos, convenios, pero la realidad nos coloca como uno de los países más corruptos del mundo.

Y es que la corrupción no nació de un momento a otro, en realidad ha sido un fenómeno que ha ido permeando por años y ha sido efectivo desde la clase política (en todos sus niveles: gobernantes, funcionarios, diputados, diputadas, senadores, senadoras, jueces, policías) hasta la clase empresarial, medios de comunicación y ciudadanía en general.

Se pensó, pues, en un CPC donde no existiera relación laboral ni de subordinación ante las autoridades que forman parte del Sistema, de ahí que quienes formamos parte de CPC no somos parte del funcionariado público. Tenemos que marcar nuestra sana distancia y la vinculación interinstitucional y social necesaria para hacer que el sistema funcione. Tenemos que maximizar la razón de ser del CPC, haciendo efectivo el Derecho Humano a contar con una buena administración pública, dotada de verdadera transparencia y rendición de cuentas, más allá de discursos y buenas intenciones. Hoy, la ciudadanía tiene que adquirir el peso necesario para ser un verdadero contrapeso en la vigilancia de la función pública en el sistema anticorrupción.


iselauribe@gmail.com