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Contextos



RAÚL JUÁREZ ALBARRÁN

Segundo ciclo


Sábado 08 de Septiembre de 2018 9:08 am


HOY corresponde hablar del ciclo económico. Antes que nada, les recuerdo que la economía es una ciencia que estudia la actividad económica. Nos basamos en modelos y en supuestos que nos llevan a predecir cómo es que surge el crecimiento económico, sobre todo para explicar el mejoramiento de la calidad de vida del hombre, en una sociedad compleja y heterogénea.

Hay varios libros básicos en economía que hay que estudiar. El primero, La introducción a la economía, de Paul Samuelson, en el que veremos la macroeconomía, que trata sobre las relaciones de producción; la macroeconomía, que estudia los grandes agregados, por ejemplo, los flujos económicos que nos conducen a observar a los ciclos cortos. Samuelson nos dio luz a tres preguntas que caben en todos los aspectos de la vida: el qué, el cómo y para quién, en este caso de la actividad económica.

No menos importante es Teoría general del empleo, el interés y el dinero, de Lord Keynes, cuyas teorías prevalecieron después de la Segunda Guerra Mundial, cuando el imperio se hizo cargo de la reconstrucción económica. Básicamente explica la relación que existe entre el cambio tecnológico y los ciclos económicos. Esta teoría, junto con la de Joseph Alois Schumpeter, que explica los ciclos largos, constituye la base en la que se sustenta la economía de mercado.

Una lectura obligada fue El capitalismo, de Karl Marx, que habla de la relación de los fenómenos históricos conducentes hacia el desarrollo de la sociedad. Al capitalismo lo ve como una forma de producción, en la que se contraponen los capitalistas, dueños del capital, contra los obreros; en esa relación prevalece la explotación del trabajador. El dueño del dinero considera a la mano de obra como mercancía, y por lo tanto desechable. De tal forma, Marx establece que debe haber una división del trabajo en el proceso de producción, que a la mano de obra le corresponden los beneficios, y lo que denominó como “plusvalía”.

Para estar en ese contexto, resultan fascinantes dos libros de Alvin Toffler: El shock del futuro y La tercera ola. En el segundo, habla del choque de nuevos valores, tecnologías, relaciones geopolíticas, estilos de vida y modos de comunicación. En dicho libro, señala que la sociedad del mañana se encontrará en un marea de olas de cambio que se entrechocan y arremolinan, provocando conflictos y tensión en todos los campos, desde la educación, salud, tecnología, vida personal y política.

El ciclo que hoy corresponde habla de la economía del conocimiento (EC) como base del crecimiento económico. La hipótesis plantea que es la inversión (privada y pública) en educación, innovación y en tecnologías de la información, base para la creación de conocimiento que, a su vez, conducen a una producción económica eficiente y eficaz, de tal forma que se logren crecimientos económicos sostenidos.

La EC implica formas y métodos de aplicación de nuevas tecnologías e innovaciones, mismas que por las redes como el internet, han llevado a países como Corea, Japón y Estados Unidos, a crear la sociedad de la información. Su fundamento: la creación y difusión del uso el conocimiento.

En este contexto, la EC explica cómo se determina la economía en el largo plazo (Schumpeter). Es obvio que el futuro se acerca a la realidad con las nuevas tecnologías, con inversiones en infraestructura, con cambios estructurales tanto en la fuerza laboral como en las organizaciones empresariales.

En el estudio sobre la EC de Carlos S. y Humberto R. (Venezuela 2007) determinaron la propensión de los 32 estados de la República para acceder a la EC. Como resultado, señalo únicamente a Colima, por espacio. Vemos que Colima se encuentra entre los estados con la proporción más baja como Guerrero, Zacatecas y Michoacán. Como tasa de crecimiento, en el año 2000, alcanzamos 1.4; para 2003 un 1.3; después de 3 años, bajamos a 0.94; y en 2007 seguimos disminuyendo a 0.76. Uno es la más baja.

Muchos de ustedes pensaban que Colima iba a convertirse en Silicon Valley, como en California. O en educación superior, en el Boston del Pacífico. Todo terminó con el sueño de Maldonado, en el fallido “Parque Tecnológico”, con la reingeniería de procesos de Victórico y con la parsimonia de los tres pasados gobiernos que no miran al futuro.