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CARLOS MALDONADO VILLAVERDE

Descripción sucinta de la vida


Jueves 13 de Septiembre de 2018 8:04 am


REDUCIDA a la progresiva evolución de cadenas bioquímicas, la vida, para Jacques Monod, se convirtió (parafraseando el título de su libro) en una lucha constante entre el azar y la necesidad. Así, la sabia naturaleza era un juego de dados, contradiciendo a Einstein y poniendo en claro que el éxito de la selección natural darwiniana se debe más que nada a los procesos de adaptación a un medio ambiente hostil, donde la adaptación juega el rol estelar para la supervivencia.

En este ámbito de reflexión, la comprensión del universo puede prescindir totalmente de propósito y –con éste– de cualquier tipo de mente superior, dios o dioses encargados de crear el universo y dedicados a castigar a aquellos que no sigan su catálogo de reglas arbitrariamente establecidas. Entre trillones de mutaciones, alguna habrá que valide la “sabiduría de la naturaleza”, lo que no quiere decir que el azar tenga un plan divino. Después, vendrá la necesidad de probar “en las condiciones reales” dicha mutación, sobre todo en su capacidad de autocopiarse para preservar hacia el futuro su propio legado.

Pero prescindir de la hipótesis de Dios, hasta hoy, ha sido muy difícil. En primer lugar, porque si no hay un “ser superior”, estos seres inferiores tenemos que ser absolutamente responsables de nuestros actos, y desde luego que estamos solos en el cosmos (al menos en este rumbo). Otro problema es que si no hay Dios, no hay alma, y si no hay alma, pues, ¿qué pasa cuando “estiramos la pata”? ¿No hay un más allá? ¿Desaparecemos en la nada? ¡Uy, qué miedo!... Ese miedo primigenio crea la necesidad de Dios y, después, de ángeles y arcángeles, demonios y potestades, hasta llegar a los absurdos de madres vírgenes y padres irresponsables que matan o mandan matar a sus hijos, sin duda, crímenes contra natura, aunque los ordene algún dios de la mitología judeocristiana.

He querido muchas veces imaginar el sentimiento moral de un dios que se satisface –aparentemente– cuando “sus criaturas” le cantan alabanzas, quizá mientras él mismo se contempla en un espejo admirado de su propia grandeza. He pensado en cómo “el altísimo” puede ser tan bajísimo como para abusar de Job hasta el extremo. Es la misma técnica del “abusivo” que hace bullying en la primaria a sus compañeros; la misma de otros dioses que abusan de Hércules, de Prometeo, de Edipo, de Odiseo, de Héctor, de Prometeo… Pero, ¿a qué hablar de otros dioses, si el que nos ocupa manda matar a su propio hijo?

Solo, el hombre frente al cosmos (porque así se solía decir, pero volveré a escribir el párrafo). Sola, la humanidad frente al cosmos, debe plantearse un principio moral, un propósito y una esperanza que sean independientes de la existencia de seres independientes, ultrapoderosos y sordos.

Es la actitud necesaria para acceder a una sociedad de la cuarta transformación: de la animalidad a la autoconciencia y la religión –o la magia, diría Lévy-Strauss– después a la ciencia y, ahora, a la comprensión de nuestro papel en un universo que surge de la nada, sin propósito y sin plan divino, y a través de heptallones de fallidos intentos, llega a surgir en su seno la civilización, la cultura, la inteligencia y la esperanza.

¿Estamos preparados? ¿Y si la quinta transformación es para pasar la estafeta de la hegemonía a seres surgidos de la bioquímica del silicio y terminar la etapa donde el carbono, el nitrógeno, el oxígeno y el hidrógeno fueron los indiscutibles ganadores? Sí, lo que estoy diciendo es que la vida, sin duda, se encamina a otro estadio y cada vez veo con más claridad que éste estará dominado por la inteligencia del silicio y la fuerza de los nuevos materiales, tales como los nanotubos de carbono. En este nuevo orden universal, si sobrevivimos, seremos objetos y no sujetos, supeditados a la voluntad de nuestros superiores y los dioses que creamos estarán restringidos a los museos, si esta vetusta institución de la cultura subsiste. Ni siquiera Odín pudo tener peor destino.

 

carlos.maldonado.v@hotmail.com