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Despacho político



ARMANDO MARTÍNEZ DE LA ROSA

Destructores


Domingo 09 de Septiembre de 2018 8:06 am


1.- EN tiempos en que al país lo presidía Luis Echeverría, circulaba una conseja cínica. Refería que si los mexicanos administráramos el desierto del Sahara, en un sexenio se acabaría la arena.

El cinismo de la expresión provenía de que quienes la idearon y difundieron pudieron ser funcionarios del mismo gobierno. Había también en la frase un dejo de resignación por la capacidad destructiva que se atribuía a “los mexicanos”, no a su gobierno o a algunos mexicanos, sino a todos, como si pudiera generalizarse.

Otra de las probables fuentes de la sentencia pudo ser un segmento de los altos estratos de la iniciativa privada, que estaba parada de pestañas porque Echeverría pretendía pasar por socialista, una farsa para desteñir la sangre que lo había salpicado en las matanzas de estudiantes de 1968 y 1971 qué él había perpetrado; la primera, en condición de secretario de Gobernación de Gustavo Díaz Ordaz; la segunda, siendo Presidente.

2.- Sí hay, en cambio, individuos y grupos destructivos que han actuado casi en la impunidad. Por ejemplo reciente, los huachicoleros que saquearon a Pemex robándole gasolinas, dísel y gas. Los de Puebla actúan al amparo de alcaldes y gendarmes. Son mafias que deben desarticularse lo más pronto posible. Si es necesario, a fuego a discreción.

3.- Grupos de la delincuencia organizada arrasan bosques. Lo hicieron en Michoacán de tal modo que obligaron a los habitantes de la pequeña población de Cherán, en la meseta purépecha, a formar autodefensas armadas que desembocaron en autogobierno, luego de que ni las autoridades federales ni las estatales ni las municipales escucharon sus peticiones de ayuda. Al menos 19 indígenas fueron asesinados por sicarios de talabosques, pero finalmente el pueblo los desterró. Traficaban con madera de pino. Ahora, los bosques están en vías de recuperación bajo la vigilancia de los habitantes de Cherán.

4.- Los chinos son los principales depredadores del planeta. Es probable que sea una nación ignorante, pues creen que los cuernos de rinoceronte son afrodisíacos. Esa protuberancia está formada de queratina, sustancia que forma las uñas y el cabello humano. Si los pelos fuesen afrodisíacos, los peluqueros podrían exportar a China el que recortan a sus clientes.

Los chinos también creen que los colmillos de los elefantes les dan bríos amorosos. Esa es otra idiotez. El marfil de los colmillos es dentina, la sustancia con que se forman los dientes de los animales vertebrados (con excepción de unas pocas especies que carecen de dentadura.) Los chinos podrían tragar dientes de perro muerto y tendrían el mismo efecto.

5.- La ignorancia de estos asiáticos va de la mano de su petulancia. Su antigua aristocracia feudal tenía por elegantes los muebles construidos con madera roja. Los contemporáneos con cierto dinero y dándose aires de nobles, se hacen de muebles de madera escarlata. Como allá no tienen suficiente, pagan a contrabandistas que la llevan ilegalmente de otros países, entre ellos México.

El occidente y el sureste, así como la cuenca del Golfo de México, han sido saqueados de maderas de zangualica y granadillo, para abastecer a los chinos. En Colima, la tala clandestina también ha arrasado poblaciones de esas especies, que supuestamente están protegidas. La Profepa no ha movido un dedo para atajar la tala como tampoco las autoridades forestales. Mucha madera arrasada de bosques mexicanos está en China. Ni la PGR ni Relaciones Exteriores piden a la Interpol atajar a la mafia china ni al gobierno de aquel país que proceda contra los contrabandistas.

6.- Los chinos que consumen productos de contrabando mexicanos han puesto casi en extinción a la vaquita marina, el pequeño cetáceo mexicano del Golfo de California o Mar de Cortés.

En la pesca de totoaba se usan redes de trasmallo. De ese pez, se obtiene la vejiga natatoria para enviarla a China porque, otra vez, la estupidez en aquel país es redonda: creen que es afrodisíaca y pagan a miles de dólares el kilo del producto.

La vaquita marina, de la que quedan sólo 30 ejemplares, se atora en los trasmallos de los pescadores de totoaba. Se prohibieron esas artes de pesca y la pesca toda en el hábitat de la vaquita, pero a una mafia del lugar le valió gorro. El líder del cártel de la totoaba fue capturado. Gracias a los chinos y a la corrupción de autoridades compradas por la mafia del Golfo de California, México está a punto de extinguir otra especie endémica.

7.- No, no somos todos los mexicanos, sino unos cuantos que, amparados por gobernantes y policías, depredan los recursos naturales. No se asusten cuando ciudadanos hartos formen más autodefensas. No les dejan otro camino cuando el Estado se dedica a los negocios particulares, no al bien de la nación.

 

MAR DE FONDO

 

** “¿Hasta cuándo la luz en la ventana/ y el corazón ansioso/ bebiéndosela a sorbos?/ ¿Hasta cuándo/ la cacería de sueños/ sin destino?”. (María Clara González, colombiana, 1952-. Búsqueda.)