Indicador Político
CARLOS RAMÍREZ
Regreso al porfirismo explotador
Lunes 17 de Septiembre de 2018 7:33 am
EL tema de los salarios máximos se debe ver
en un escenario más complejo: 1.- El salario tope de 108 mil pesos mensuales
–no se ha aclarado si brutos o netos– del Presidente de la República, tiene el
beneficio de que muchos gastos presidenciales cotidianos –como los alimentos–
están contenidos en los servicios de la Presidencia pagados por el erario. El
Presidente, por tanto, puede ahorrar su salario mensual íntegro, porque vive
del gasto público. Los legisladores y funcionarios federales ahora van a pagar
de su bolsa los alimentos. 2.- Si el Presidente de la República
considera que su trabajo como funcionario vale 108 mil pesos, muy su
consideración. Pero hay que tomar en cuenta que el gasto presidencial presupuestado
incluye egresos que otros funcionarios no tienen. 3.- La tutela del trabajo, consecuencia de la
sobreexplotación laboral porfirista, provocó la Revolución y llevó a reformas
que incluyeron la prestación del servicio de alimentos si las horas de alimentación
están incluidas en los horarios de trabajo. Los explotadores empresarios
porfiristas obligaban a sus obreros a llevar comida de sus casas, reduciendo el
valor real del salario, porque trabajaban sólo para comer en horarios de labor. 4.- El salario no es un regalo, sino que
representa el precio del trabajo. Los empleadores –empresarios, ahora el Estado
con su casaca de explotador del trabajo público– quieren regresar a los tiempos
porfiristas en que los salarios los fijaba el propietario en función de su tasa
de utilidad. Y como siempre ocurría, pagaba menos del valor del producto y la
utilidad. Ahí Marx –como lo saben los viejos comunistas del PCM, hoy confesos
populistas– creó el concepto de plusvalía, el valor adicional al producto
producido por obreros con salarios bajos. En los empresarios se conoce como
utilidad y en el lenguaje neoliberal de los populistas es el superávit
presupuestal. 5.- La política populista del periodo priista
pervirtió la relación salario-producto, disminuyendo el salario nominal con
prestaciones sociales que representan un salario no monetario; bajar esas
prestaciones es afectar, en lo real, el salario. En otros países, los salarios
son altos porque no incluyen la larga lista de prestaciones. Las prestaciones
afectaron el salario nominal. 6.- Como en el trabajo industrial, decía
Marx, los obreros venden su fuerza de trabajo y el patrón –empresario, hoy
gobierno o Estado– divide el precio final del producto –artículo o funciones–
entre el costo castigado de la producción y la utilidad o superávit
presupuestal. 7.- La ley de salario máximo, en
consecuencia, es una muestra del regreso de la economía capitalista a los
tiempos de Porfirio Díaz, en los que el patrón fijaba el salario en relación
directa a la utilidad como apropiación privada de la riqueza social. Los
trabajadores y funcionarios del sector público son tratados hoy como peones
asalariados. 8.- La ley del salario máximo, primero debe
determinar no el monto del salario, sino el precio final del producto del
trabajo burocrático. A lo mejor ahí se podría saber que el trabajo presidencial
vale menos de 108 mil pesos y el especializado de un técnico petrolero –por
ejemplo– valdría tres o cuatro veces más. 9.- El discurso de “honrosa medianía” de
Juárez sí vende, pero hay que hacer cuentas: al morir, Juárez tuvo casi 50 mil
pesos en efectivo, cuatro casas con valor total de casi 100 mil pesos, acciones
de minas y ferrocarril por 4 mil 700 pesos; casi 150 mil pesos en 1872 con tipo
de cambio de casi un peso por dólar. 10.- Así que el caso de los salarios máximos
debe analizarse más a fondo. Política para dummies: La política es el arte
del acuerdo, aunque sea con desacuerdos. SÓLO PARA SUS
OJOS -Recuerde revisar todos los días el sitio
www.seguridadydefensa.mx, para enterarse de los juegos geopolíticos de poder. -Adquiera, vía Mercado Libre, el libro La
crisis de México… más allá del 2018, de Carlos Ramírez, para entender lo que
viene después de las elecciones. Disponible en https://buff.ly/2KeacRi y en las
librerías Porrúa en todo el país. -Al país le faltan 2 meses y medio de
desorden político, porque no será lo mismo que el Presidente constitucional
quiera meterse en todos los rincones de la política como Presidente electo al
que nadie controla, a que se tenga que ajustar a la ley. El avasallamiento vía
mayoría absoluto en la Cámara de Diputados puede contenerse en el Senado. Los
abusos se van a pagar en las elecciones legislativas de 2021. -Famosas últimas palabras: “Somos al mismo
tiempo 68, Ayotzinapa y CCH”: grito de los jóvenes en la marcha del jueves 13
de septiembre, que quiso emular a la marcha del silencio del mismo día en1968. indicadorpoliticomx@gmail.com
@carlosramirezh