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De reversa



RAYMUNDO GONZÁLEZ SALDAÑA


Martes 18 de Septiembre de 2018 8:55 am


Más de 2 meses de aquel día en que la mayoría de los mexicanos decidieron que Andrés Manuel López fuera el próximo Presidente de México, éste ya ha metido reversa en algunas de sus significativas promesas de campaña. En este lapso, el Presidente electo ya se dio cuenta que una cosa es ver a los toros desde la barrera y otra muy diferente es aventarse al ruedo.

Ya dimos cuenta que el Presidente electo aceptó, muy a su pesar, que las Fuerzas Armadas deben seguir (por lo menos al inicio de su sexenio) apoyando, como lo han hecho durante las últimas décadas, en las labores de seguridad y contención de la delincuencia organizada, en las calles de las poblaciones, a lo largo y ancho del país. También hemos visto que aquella osada promesa de campaña de López Obrador, de terminar de un tajo con los gasolinazos, no la podrá cumplir, pues ya aceptó que durante su próxima administración federal seguirá subiendo el precio de los combustibles. Así como estos dos ejemplos, han sido anunciadas otras promesas que desafortunadamente ya no podrán ser cumplidas. Lo malo es que al iniciar el próximo sexenio de López Obrador, se irán sumando más desencantos.

 

EL PROMETER NO EMPOBRECE

 

También, los legisladores federales del partido del Presidente electo, es decir, de Morena, empezaron a sesionar, como se dice en el barrio, con una actitud “muy sácale punta”. Sin ningún empacho, estos diputados prometieron que bajarían de inmediato todos los gastos superfluos que eroga el propio Congreso, para evitar los dispendios, así como sus propios sueldos. Una vez que los diputados y senadores protagonistas de la cuarta transformación probaron la comodidad de sus curules, se retractaron de semejante insensatez y dejaron esas propuestas para mejor ocasión.

Como podemos ver, la historia nos enseña que eso de “prometer no empobrece”, pareciera ser una frase enquistada en la lengua de muchos candidatos. Para no ir más lejos, aquí mismo, en el municipio de la capital del estado, veremos muy pronto que habrá varias promesas incumplidas. Para justificar dicho incumplimiento, se ha implementado una intensa campaña para intentar mermar el buen desempeño del alcalde saliente, Héctor Insúa. Con esta estrategia, se trata de crear la percepción de que el municipio de Colima está en quiebra, endeudado “hasta las cachas”, por lo que no habrá recursos para atender los servicios esenciales, que por obligación constitucional brinda la comuna.

Con esta maquiavélica intención, se intenta poner a disposición del alcalde entrante una variada carta de pretextos. Los pírricos logros de la siguiente administración serán magnificados, pues se argumentará que a pesar de la grave situación en que Insúa dejó las finanzas, Locho sí da resultados. Este político cuenta con experiencia y sin duda es un buen administrador, por tal motivo, el teatro que le imprima a sus acciones debería ser omitido. Sin embargo, su sed de protagonismo es muy fuerte y lo veremos desde las primeras semanas de gobierno estarle echando la culpa de todas las deficiencias al alcalde saliente.

Lo anterior lo digo con absoluto conocimiento de causa. Recuerdo que en octubre de 2003, justo cuando Locho tomó protesta como alcalde de Colima, postulado en aquella ocasión por el Partido Acción Nacional, a pesar de que un servidor le explicó directamente las razones (de mucho peso, por cierto) del déficit notorio que tenía el Ayuntamiento de Colima, principalmente por los exorbitantes e imprevistos gastos que aquella administración municipal erogó para afrontar los estragos del sismo del 21 de enero de aquel año.

En aquella ocasión, ni el gobierno estatal ni la Federación apoyaron al municipio de Colima, tal y como lo habían prometido. No obstante de las amplias explicaciones y justificaciones dadas a Morán Sánchez, éste se la pasó durante varios meses echándole la culpa de todos los males a la deuda que le dejó su antecesor, Enrique Michel, y eso que eran compañeros del mismo partido.

 

*Ex dirigente y actual consejero estatal del PAN