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Debate electoral



ISELA GUADALUPE URIBE ALVARADO

Simulación de paridad, de nuevo


Jueves 20 de Septiembre de 2018 8:26 am


ACTUALMENTE, la Constitución y las leyes secundarias consideran a la igualdad política como un concepto que entiende y acepta la inclusión de manera efectiva de toda persona (sea hombre o mujer) a participar en la toma de decisiones del Estado mexicano. La norma es clara y hasta garantista. La realidad y la práctica cotidiana nos dibujan un contexto donde la desigualdad continúa.

No nos espantemos. Sí, existe un México que excluye, que discrimina y que lastimosamente simula cumplir con la ley y que en realidad no ha podido aterrizar todo lo que la norma establece para garantizar a plenitud la igualdad entre hombres y mujeres. Luego entonces entendemos el que se hayan establecido ajustes y protocolos que garanticen a las mujeres contextos libres de todo tipo de violencia, que lo único que buscan es recordar lo que la ley ya estipula, pero que en realidad se violenta o se hace caso omiso.

Para el caso puntual, la llegada de la paridad se estableció desde la reforma electoral de 2014, y en realidad se debió hacer efectiva desde las elecciones de 2015, tanto federales como locales. La realidad es que no se cumplió y se estuvo dando la vuelta, señalando que era indispensable que quedara estipulada –para el caso de ayuntamientos– la paridad vertical y horizontal. Desde entonces, hemos visto pasar desde cualquier tipo de acción afirmativa, hasta resistencias por medio de impugnaciones, simulaciones y vueltas a la ley.

De manera reciente, el escándalo que hizo colocar y mirar de nueva cuenta que el tema de la paridad no ha culminado y que las expresiones de resistencia y la violencia política están más que presentes, fue la renuncia de más de 50 mujeres a diversos espacios de elección popular en Chiapas, ganados vía representación proporcional. La renuncia implicaba que los espacios tendrían que ser ocupados por varones. Recordemos que para el caso de la representación proporcional o plurinominal no hay suplencias, como para el caso de mayoría relativa, donde cualquier renuncia se sustituye por el mismo género.

Dichas renuncias fueron presentadas –en su mayoría– por mujeres del Partido Verde Ecologista de México, pero también hubo renuncias de mujeres del Partido Revolucionario Institucional, Nueva Alianza, así como de partidos políticos con registro local, como Chiapas Unidos y Mover a Chiapas. Aquí el asunto llegó hasta el Consejo General del INE, el cual sumió su facultad de atracción y determinó que las sustituciones de las renuncias serán por el mismo género y que en caso de que algún partido político no tuviese mujeres que pudieran asumir el cargo, entonces se les asignaría a mujeres que también participaron en la misma circunscripción plurinominal y que hayan obtenido la mejor votación, aunque no se haya ganado. La idea central es que la representación por género quede respetada.

Y es que el caso de Chiapas nos coloca en la necesidad de reflexionar de fondo varios temas, como si verdaderamente una norma puede ser suficiente para acabar con una cultura de resistencia a la igualdad y que seguimos viviendo en un contexto completa y abrumadoramente machista y patriarcal. Pareciera que estamos en riesgo a una regresión que vulnera el principio constitucional de paridad, ¿o qué se necesitará para evitar este tipo de acciones que lesionan y violentan derechos, no cuotas estipuladas en marcos internacionales?

Garantizar la paridad de género es un gran logro, pero nos topamos con pared cuando entendemos que estamos paradas en un país donde reina la impunidad en todos los niveles. De manera cotidiana y simple, observemos cuántas mujeres están presentes dirigiendo cámaras empresariales, rectorías en universidades, secretarías de Estado, fiscalías o cualquier otro espacio que no sea “obligado” estipular paridad. Dudo mucho que no existan mujeres que tengan los merecimientos suficientes para ocupar cualquier espacio que –como siempre– de manera abrumadora e histórica han venido ocupando los hombres.

 

iselauribe@gmail.com