Movilización social a un año del sismo
RODRIGO MARTÍNEZ OROZCO
Jueves 20 de Septiembre de 2018 8:27 am
“EL 2 de octubre de 1968, el 26 de septiembre
de 2014 y el 19 de septiembre de 2017, como en 1985, son fechas trascendentes
para la historia de nuestro país, que gestaron movimientos que obligaron y
obligarán al Estado a cumplir con su responsabilidad”, fueron las palabras
finales de Francisco Javier Ibarra, de la organización Damnificados Unidos, al
anunciar una jornada de protesta por el aniversario del sismo del 19 de
septiembre de 2017. Hace un año, en este mismo espacio, me
preguntaba, escéptico, si la sociedad mexicana saldría, podría aprovechar la
movilización espontánea de aquel 19 de septiembre para formar organizaciones
permanentes o duraderas de la sociedad civil. A un año de distancia, desgraciadamente
confirmo mis sospechas. Esto no quiere decir, sin embargo, que no haya avance
alguno en este sentido, y la reunión de los movimientos sociales mencionados
por Francisco Javier Ibarra, es una muestra esperanzadora. Recordemos las
circunstancias históricas de cada uno de estos movimientos. Casi por accidente, en el verano de 1968, una
pelea callejera entre estudiantes de preparatorias del IPN y de la UNAM fue
reprimida brutalmente por la policía. El conflicto se transformó rápidamente en
un movimiento estudiantil autónomo que exigía al Estado mayores libertades
políticas. Con los Juegos Olímpicos en puerta, Díaz Ordaz no tuvo la
inteligencia política para lidiar con un movimiento que no podía canalizar por
medio de las estructuras del partido y que desafiaba abiertamente su autoridad.
Todos conocemos el trágico desenlace: el movimiento fue desarticulado de
inmediato, aunque el golpe a la legitimidad del régimen, en el mediano plazo,
fue evidente. Algunos de sus participantes optaron por seguir la lucha por
medio de las guerrillas urbanas y rurales, otros abrazaron la vía institucional
a raíz de la Ley de Organizaciones Políticas y Procesos Electorales (LOPPE). El sismo de 1985 evidenció la falta de
capacidad de reacción del gobierno mexicano. La sociedad, de manera espontánea,
salió a las calles a brindar su ayuda a las miles de personas que lo
necesitaban. De los muchos damnificados se formó la Asamblea de Barrios de la
Ciudad de México, organización que, a su vez, respaldó la candidatura de
Cuauhtémoc Cárdenas en 1988. Otra organización que respaldó a Cárdenas en
aquellas elecciones fraudulentas fue el Partido Mexicano Socialista, liderado
por Heberto Castillo, líder del movimiento de 1968. Cárdenas no logró
convertirse en Presidente, pero sí consolidó una nueva fuerza política, que a
pesar de su decadencia posterior, logró abrir el juego partidista a la
pluralidad. La noche del 26 de septiembre de 2014,
estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa fueron desaparecidos por las
fuerzas del Estado en Iguala, Guerrero. Este hecho generó una ola de
indignación a nivel nacional, que durante el primer año tuvo un impacto
profundo en la hasta entonces popular administración de Peña Nieto. De manera
trágica, los sucesos de Iguala acabaron con el Mexican moment. A pesar del
impulso inicial, el movimiento de los familiares y compañeros de los
desaparecidos fue perdiendo fuerza y no logró tener un impacto, por ejemplo, en
las elecciones intermedias, que volvieron a ser ganadas por el PRI. Sin
embargo, el sexenio de Peña fue en caída libre a partir de entonces, y cuando
tuvo que enfrentar los sismos de septiembre de 2017, ya no pudo recuperarse.
El PRI perdió de manera escandalosa las
elecciones de este año. Le tocará al gobierno de AMLO lidiar con la sociedad
civil autónoma organizada en colectivos de víctimas de desaparición forzada,
con los damnificados de los sismos y con una serie de organizaciones que se
niegan abandonar su autonomía frente al Estado, como el zapatismo en Chiapas.
La alianza anunciada por Francisco Javier Ibarra, en este sentido, nos muestra
que aquellos pocos organizados están dispuestos a compartir experiencias y
aprender del otro. Tendremos que seguir de cerca el curso de esta alianza y sus
alcances.