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Ciencia nuestra de cada día



ALFREDO ARANDA FERNÁNDEZ*

Absurdo


Domingo 23 de Septiembre de 2018 8:08 am


AL contemplar nuestro alrededor, nos damos cuenta que existe una multitud de objetos con características muy distintas. Colores, texturas, formas, olores, consistencias, temperaturas y sabores variados, diferentes. Al contemplarlo con calma nos damos cuenta que no es obvio encontrar patrones o semejanzas en dicha vastedad de propiedades. ¿Qué puede tener en común la sangre humana con la pantalla de un televisor? ¿En qué se parece la hoja de papel en que están escritas estas palabras y el ojo de un sapo? ¿La arena caliente y seca del desierto comparada con las escamas de un pez?

Hace mucho tiempo surgió una idea descabellada: todo lo que existe está hecho, conformado, por unos cuantos elementos básicos. Unos cuantos entes fundamentales a partir de los cuales todo –sí, todo– lo que existe en el universo está formado. Estarán de acuerdo en que suena descabellado, demasiado simple. ¡Sencillamente absurdo!

Aunque estamos de acuerdo en que la idea arriba mencionada suena descabellada, no deja de ser interesante y atractiva. De ser cierta, ¡podríamos intentar explicar todo lo que nos rodea a partir de sus elementos básicos! Es obvio que tenemos que averiguar si la idea tiene algo de sentido.

¿Cómo empezamos? Lo primero que se nos ocurre es agarrar una muestra de algún material y cortarla en trozos lo más pequeños posible. Luego podemos hacer lo mismo con otro material y comparar los trozos. Claro está que para poder cortar los trozos cada vez más pequeños, necesitaremos utilizar cuchillos cada vez más delgados y filosos. Llegará un momento en que será imposible utilizar un cuchillo y tendremos que recurrir a algún otro método para cortar. Tendremos que inventar nueva tecnología que nos permita hacerlo.

Los primeros logros en esta dirección se dieron durante el Siglo XIX. La química y la física permitieron ir desentrañando una aparente estructura básica en todos los materiales que se analizaban. Con la tecnología de ese momento se empezó a constatar que existían ciertas sustancias que, al dividirlas, ya no generaban algo diferente. Los científicos de la época se apresuraron a determinar si existía un número finito de dichas sustancias y cuáles eran sus propiedades. Así se fueron descubriendo los llamados elementos químicos: sustancias que ya no pueden ser separadas en otras. Sustancias inseparables, indivisibles. Llenos de entusiasmo por tan impresionante descubrimiento, se emocionaron y declararon haber encontrado los entes fundamentales de la materia. A las sustancias les llamaron elementos químicos (oro, hidrógeno, tungsteno, etcétera) y a los entes fundamentales de cada sustancia átomos (de oro, de hidrógeno, de tungsteno, etcétera).

Entonces, ¿es cierto que los átomos son los bloques básicos fundamentales a partir de los cuales está formado todo? Pues sí y no. Tuvimos un momento de euforia y nos adelantamos a nombrar indivisible a lo divisible y, para que no se nos olvide el error, les hemos dejado el nombre de “átomos” a esas estructuras que encontramos y que parecían indivisibles. En efecto, todos los objetos que podemos ver están formados de átomos, sin embargo, como veremos en otro momento, los átomos son divisibles en entidades aun más pequeñas: quarks y leptones.

Antes de irnos, recordemos qué nos trajo hasta aquí. Partimos de la descabellada y absurda hipótesis de que todo lo que existe en el universo está hecho de algunos entes fundamentales básicos. Al descubrir lo que ahora llamamos átomos, nos percatamos de que efectivamente todo parece indicar que la hipótesis es correcta. Ahora sabemos que los átomos en realidad son divisibles y también conocemos de qué están formados. En el camino hemos desarrollado una impresionante cantidad de tecnología que ha podido ser utilizada en muchas aplicaciones de la vida cotidiana. Es asombroso que una idea tan aparentemente ingenua y contraria a nuestra intuición, al ser explorada científicamente, haya revolucionado nuestro entendimiento de la naturaleza y la forma en que vivimos.

 

*Coordinador General de Investigación Científica de la Universidad de Colima

 

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