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De ayer y de ahora



JAIME ROGELIO PORTILLO CEBALLOS

Abuelos cuidadores de nietos


Domingo 07 de Octubre de 2018 8:39 am


DESDE hace meses me ha interesado mucho leer e investigar sobre la realidad que viven los abuelos(as) cuidadores de nietos. Este es un fenómeno, para mí, cada vez más creciente. Una de las transformaciones más importantes que ha experimentado la sociedad de los últimos años es el envejecimiento de la población, que implica que los abuelos sobrevivan durante más años al nacimiento de sus nietos, lo que posibilita que las personas mayores vivan más tiempo la etapa de abuelos en condiciones cada vez más aceptables de salud.

De otro lado, las necesidades de atención de los nietos han aumentado considerablemente en la sociedad actual, debido, fundamentalmente, a la incorporación de la mujer al mercado laboral, al incremento de madres solteras, de familias monoparentales, la escasez de guarderías, escuelas u otros recursos públicos para el cuidado de niños pequeños. También la existencia de problemas sociales, como el embarazo de adolescentes, abuso de drogas, privación de libertad, migración, muerte prematura o la negligencia en el cuidado de los niños, han facilitado la aparición de nuevos escenarios sociales donde actualmente los abuelos deben asumir el rol de padres sustitutos, atendiendo y cuidando a los nietos, bien de carácter eventual o permanente.

El cuidado de los nietos ha sido una actividad constante en las familias durante el transcurso de la historia de las mismas, desarrollándose en situaciones cotidianas como de crisis. Sin embargo, cuando estos cuidados se desarrollan de forma prolongada en alguno de los miembros de la familia, por motivos de enfermedad o dependencias, se producen situaciones de estrés crónico que afectan a los sistemas de apoyo de los cuidadores.

Actualmente para las familias el rol del abuelo ejerce muchos beneficios, como puede ser el considerarse uno de los pilares fundamentales para el mantenimiento de la unidad familiar, ya que son mediadores natos entre los conflictos surgidos entre sus hijos y nietos, además de refugio al proteger a los miembros familiares ante problemas o situaciones de crisis severas dentro de la familia. Son considerados los portadores de la historia familiar, puesto que sus nietos observan que sus abuelos son un puente entre las generaciones presentes y las antepasadas, porque conectan con sus ancestros a través de historias y relatos. Son transmisores de pautas generacionales, culturales y familiares, al contar a sus nietos sus propias experiencias ocurridas en su vida.

Muchas veces es tal el grado de satisfacción que sienten las abuelas por sus nietos, que algunas mostraron más alegría e ilusión cuando nacieron sus nietos que cuando fueron ellas madres, y que el nuevo rol que desempeñan del cuidado de los nietos les hace sentirse jóvenes y, al mismo tiempo, experimentan un enriquecimiento personal y un sentimiento de utilidad para su familia.

Es importante establecer que las relaciones intergeneracionales entre abuelas(os) y nietos son muy diferentes a la relación entre padre y madre con los hijos(as); las primeras se caracterizan por el consentimiento y una permisividad que no tienen lugar en ninguna otra relación que se produzca entre los miembros de una familia. Además, esa distancia generacional que les separa, les permite crear lazos de relación mucho más libres, que favorece extraordinariamente la comunicación entre ellos. Pero dichas relaciones no están exentas de controversia, especialmente cuando los abuelos se encargan del cuidado de sus nietos. En estas circunstancias se suele generar un conflicto por choques entre el modo “educativo” de abuelos con el de los padres. Para evitar tales desavenencias y poder resolver las problemáticas que aparecen, podemos decir, en general, que los abuelos deben mantenerse a una cierta distancia, sin interferencia con los padres, sobre todo en la disciplina, crianza y educación de sus nietos.