Cinco esquinas
RAÚL PÉREZ OSORIO
Martes 09 de Octubre de 2018 8:05 am
UN amigo me acaba de regalar un libro
titulado Cinco esquinas, de Mario Vargas Llosa, Premio Nobel de Literatura. Es
un excelente texto. Desde su punto de vista, el escritor peruano escudriña de
manera minorizada la forma en que se trama el poder, en este caso, se refiere a
Perú, su país natal. Aunque creo que en México ya rebasamos las siete esquinas
en cuestión de atrocidades. Las cinco esquinas debe ser un barrio de muy
baja calidad, donde viven todo tipo de personas del bajo mundo, pero
estrechamente ligadas con el mundo político y económico de una sociedad en
total descomposición. Se refiere a la forma en que ejerció el poder un
personaje muy oscuro, alguien a quien le llamaban El Doctor. Además, hace un
análisis riguroso de lo que es realmente un periodismo despreciable, donde lo
único que logra es desacreditar a los enemigos de quienes ostentan el poder,
sean políticos o empresarios. Se trata del director de un periódico amarillista
y detestable, totalmente al servicio del famoso Doctor. Sucede que el director
de ese periódico quiso extorsionar a un personaje muy poderoso, económicamente
hablando, pero cometió el error de no hacer partícipe a ese siniestro
personaje. Luego entonces, lo mandó asesinar, culpando al personaje
extorsionado, cosa totalmente infundada y falsa; lo único que perseguía era
castigar la desobediencia de su cómplice y aterrorizar a todas las personas que
se le opusieran en su camino. Es interesante la forma en que desmenuza el
poder y todas las maldades que de él se derivan. Las personas que se
desarrollan o viven en ese mundo, son incapaces de concederle razón a los
demás, parece que se les erosiona la sensibilidad y la inteligencia,
convirtiéndose en fieros y brutales gorilas. La verdad, es un libro
recomendable que nos puede ser útil como manual, para darnos cuenta de lo que
sucede a nuestro alrededor. Pasando a otro tema, existe una buena
intención por parte del magisterio colimense, y creo que lo mismo sucede en
todo el país. Los actuales representantes sindicales doblaron totalmente las
manos ante la imposición de la llamada reforma educativa, que no era otra cosa
que el sometimiento del magisterio, de generaciones completas a una economía
salvaje que no ve ni justicia ni cultura, sino únicamente utilidades. Los
representantes en nuestro estado de la Coordinadora Nacional, exigen que de la
manera más inmediata se convoque a un Congreso, para nombrar representantes de
la Sección 6. Creo que es el momento oportuno para que todo
el magisterio verdaderamente elija a sus representantes, para que en lo
sucesivo no se sometan a intereses patronales de ninguna especie. Esto está muy
lejos de negar una verdadera reforma educativa, que contribuya a fortalecer la
identidad de nuestro pueblo, a través de la cultura, que debe ser fuertemente
impulsada en todos los niveles de la sociedad mexicana. Es indudable que para
este fin participe absolutamente todos los representantes de las instituciones,
medios de comunicación, padres familia y jóvenes de todo el país. Por cierto, transcribo este hermoso texto de
Carlos Noriega Félix, El ego me da ternura: “Tan jaloneado, a veces humillado,
otras enlazado y tan poco comprendido. Es como un niño engreído instalado en
las piernas de su padre, cuando éste va manejando, y al pasar junto a ti, te
mira orgulloso como diciendo: ‘mira, voy manejando’. Pero también es el orgullo
de su padre, que siempre lo cuida y lo pone al frente para que disfrute el
arcoíris en una hermosa tarde de lluvia, que admire la belleza de las flores, las
estrellas de la noche, el vuelo de un colibrí, el caminar de un ciempiés y el
trabajo de las abejas.
“El pequeño ego puede sufrir cuando olvida de
su padre está. Puede ser un niño berrinchudo lleno de ‘quiero’. Puede ser un
niño enojado, vacío de ‘gracias’. En su madurez, el ego puede ser un joven
sabio que admira y ama a su padre, porque sabe que también es el padre de todo
lo que existe. El ego es el intento de Dios para contemplar y disfrutar su
creación. Es la conciencia que puede ver y admirar con asombro las estrellas de
la noche y la belleza de un amanecer. El ego es el más grande regalo, porque te
convierte en el invitado de honor en la galería infinita del gran artista,
creador de estrellas y pintor de amaneceres”.