Indicador Político
CARLOS RAMÍREZ
Nuevos ricos y la oficialización del chairo
Martes 09 de Octubre de 2018 7:52 am
LA boda de César Yáñez –resumida en el
reportaje de la revista Hola– ha tenido tres efectos en la imagen de gobierno
del presidente electo, López Obrador: 1.- Destruyó buena parte del discurso de
austeridad juarista resumido en el recorte de salarios, prestaciones y
beneficios a funcionarios. 2.- Representó una severa crisis en la
política de comunicación social-política de López Obrador. 3.- Y polarizó aún más la sociedad entre los
que le critican sus contradicciones más evidentes y los que apoyan todo, aun
aquellos deslices que tienen que ver con el viejo régimen priista. Hasta donde se tienen datos, nadie del
entorno de López Obrador les hizo saber el despropósito de los preparativos de
una boda en plena definición social del gobierno lopezobradorista. O el
Presidente electo ha cerrado las puertas a la sensibilidad de su entorno o
simplemente hubo quienes dejaron correr el incidente, a sabiendas del escándalo
previsible. En todo caso, la boda de Yáñez, bendecida con
la presencia formal del Presidente electo y su esposa, ha servido para nuevas
caracterizaciones de una clase política en ascenso en el poder, sobre todo por
los gustos de nuevo rico: pasar del naco de Carlos Monsiváis al chairo,
definido ya por el Diccionario del Español de México de El Colegio de México,
que tanto se maneja en redes como personaje lopezobradorista: “Chairo: sujeto y adjetivo (ofensivo):
persona que defiende causas sociales y políticas contra las ideologías de la
derecha, pero a la que se atribuye falta de compromiso verdadero con lo que
dice defender; persona que se autosatisface con sus actitudes”. Pero lo más importante, en todo caso, fue el
desdén de López Obrador y su primer círculo de poder hacia las sensibilidades
sociales –críticas y aliadas– por sus comportamientos en una zona de
percepciones ante recortes de salarios y bienestar que disminuirá el nivel de
vida de millones de mexicanos. A ello se agrega una enorme falla en la
política de comunicación social y política del nuevo grupo gobernante, sobre
todo de López Obrador, por su discurso de austeridad, basado en un discurso del
gobernador Benito Juárez el 2 de julio de 1852, ante la Legislatura de Oaxaca: “Los funcionaros públicos no pueden
improvisar fortunas ni entregarse al ocio y a la disipación, sino consagrarse
al trabajo, resignándose a vivir en la honrosa medianía que proporciona la
retribución que la ley le haya señalado”. De acuerdo con información del grupo
lopezobradorista, César Yáñez gana 37 mil pesos mensuales y su boda se
ajustaría, según cálculos aproximados, a ingresos de más de 200 mil pesos
mensuales. Y la frase del discurso de Juárez incluye acotamientos claros:
improvisación de riqueza, ocio y disipación, honrosa medianía relacionada con
el ingreso. El problema radicó en el hecho de que todo
político sometido a una observación exagerada carece de vida privada, y más
cuando lo privado se hace de manera ostentosa como pública. López Obrador no
tiene ninguna responsabilidad directa en eventos a los cuales asiste como
invitado, pero desde luego que participa de una corresponsabilidad, si se trata
de un acto de su principal colaborador personal y político. Todo evento que involucre la figura personal
de López Obrador es sujeto de comunicación política; por tanto, el genio
político de López Obrador en el manejo de su figura y sus dichos sufrió una
importante abolladura. Y lo más grave fue el hecho de que el incidente de la
boda involucró nada menos que al vocero principal del Presidente electo y, por
tanto, el encargado de la comunicación presidencial: un comunicador hundido por
un error de comunicación social. Todo evento privado de personajes públicos es
público cuando su realización se promueve con ostentación en la esfera abierta
a las miradas sociales. Muchos de los votantes de López Obrador estaban
marginados detrás de la valla colocada por la policía, para dividir las esferas
del poder: el de la ostentación de un funcionario del propio Presidente electo
y la nueva plutocracia que se configuró la noche del 1 de julio pasado. Los políticos priistas aprendieron y
olvidaron sus propias reglas: la mujer del César no sólo debe ser honesta, sino
que debe parecer honesta. La nueva élite gobernante 2018-2024 tardará en borrar
la imagen de una boda de nuevo rico en un gobierno que prometió ser pobre y que
la austeridad está empobreciendo en los días alrededor de la boda del sexenio
lopezobradorista. Política para dummies: La política es,
también, el sentimiento de la sociedad ante sus líderes. indicadorpoliticomx@gmail.com
@carlosramirezh