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Estado de Derecho y sociedad inerme



RODRIGO MARTÍNEZ OROZCO


Jueves 11 de Octubre de 2018 7:33 am


EL Índice de Estado de Derecho 2017-2018, elaborado por el World Justice Project, fue publicado y no trajo buenas noticias para los mexicanos. El Índice mide ocho factores: límites al poder gubernamental, ausencia de corrupción, gobierno abierto, derechos fundamentales, orden y seguridad, cumplimiento regulatorio, justicia civil y justicia penal. De los 113 países estudiados, México ocupa la posición 92, lo que representa una caída de cuatro lugares con respecto a 2016, con una calificación de 0.45 en una escala de 0 a 1, en la que 1 representa mayor desarrollo de un Estado de Derecho. Los ocho factores mencionados se dividen en subcategorías, por lo que los datos a interpretar dan para un largo análisis. Aquí, sin embargo, intentaré guiar un análisis superficial a partir de una relación en concreto, la siempre tensa relación entre la sociedad y el Estado. Esto implica reconocer los mecanismos de los que dispone o carece la sociedad para influir en la esfera pública.

El mejor desempeño de nuestro país fue en materia de gobierno abierto, con 0.61 de calificación y el lugar 36 de 113. Este factor, por sí solo, podría sugerirnos que la sociedad mexicana goza de mecanismos institucionales efectivos para exigir al gobierno que rinda cuentas. Desde el gobierno de Fox, se han hecho importantes avances en materia de transparencia y acceso a la información. De las cuatro subcategorías en las que se divide el factor de gobierno abierto (publicación de información gubernamental, derecho a la información, participación cívica y mecanismos de reclamación), México se encuentra por encima del promedio de Latinoamérica y de los países de ingreso medio-alto. Lo interesante es que en participación cívica nos encontramos por debajo del promedio de Latinoamérica. ¿Qué interpretación podríamos aventurar? Que la participación es baja, porque la ciudadanía la considera peligrosa y poco efectiva. Y es aquí donde vale la pena establecer relaciones con los otros siete factores.

Considerando que existe acceso a la información y mecanismos de reclamación, ¿por qué México se ubica tan abajo en el ranking? En el factor de ausencia de corrupción, México se encuentra muy por debajo del promedio en las cuatro subcategorías (ausencia de corrupción en el Ejecutivo, en el Judicial, en la policía y Fuerzas Armadas, y en el Legislativo), especialmente en la subcategoría del Poder Judicial. Esto implica que cuando los ciudadanos acuden al Poder Judicial –el encargado de cumplir y hacer cumplir la ley–, se topan con un poder altamente corrupto y, por lo tanto, ineficaz. Esta afirmación se refuerza cuando vemos que en todas las categorías, menos una, de los factores justicia civil y justicia criminal, México se encuentra por debajo del promedio.

La relativamente baja participación civil también puede resultar peligrosa. En el factor de orden y seguridad, dividida en tres subcategorías (ausencia de crimen, ausencia de conflicto civil y ausencia de desagravio violento), México tampoco está muy bien calificado. Si bien obtuvimos calificación de 1 en ausencia de conflicto civil, al igual que casi todas las Naciones latinoamericanas o de ingreso medio-alto, en las otras dos subcategorías nos encontramos por debajo del promedio.

En suma, en México hay pocos incentivos institucionales para ampliar la participación cívica de la población, pues las condiciones de inseguridad la tornan peligrosa, y la corrupción de los Poderes gubernamentales –especialmente el Judicial– la vuelven ineficaz. A pesar de los avances en materia de transparencia y acceso a la información, además de la formación de instituciones autónomas en teoría, la ciudadanía aún carece de canales funcionales para el ejercicio de sus libertades políticas, más allá de las elecciones. En cuanto a la corrupción, se vuelve evidente la necesidad de un servicio profesional de carrera, para formar una burocracia de mejor calidad. En cuanto a la inseguridad, a ver quién nos ayuda.