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La burocracia de la ciencia



FERNANDO ALBERTO GUTIÉRREZ FERNÁNDEZ


Jueves 11 de Octubre de 2018 7:27 am


HACE poco más de un mes, el equipo de transición de Andrés Manuel López Obrador convocó a la consulta por un Acuerdo Nacional Sobre la Educación, cuyo objetivo es conjuntar la experiencia de diversos actores vinculados a la educación y promover transformaciones pertinentes en la materia, mediante la construcción de propuestas en línea y la participación en foros que se realizarán en los 32 estados de la República.

El espectro de dicha consulta alcanza también el tema de la ciencia y la tecnología, lo cual se convierte en una oportunidad para que los investigadores del país expongan las diversas realidades tras el atraso de nuestro país en dicho rubro, que van más allá del mero aumento al presupuesto destinado al desarrollo de la ciencia y la tecnología, que pocas veces consiguen ser vislumbradas por políticos y funcionarios. Una de dichas realidades son los sinuosos senderos burocráticos por los que se distribuyen y administran los fondos y presupuestos para la ciencia y la tecnología.

Desde sus orígenes, y en correspondencia con la naturaleza política y económica del sistema en aquella época, el financiamiento de la ciencia y la tecnología en nuestro país ha estado determinado por un control mayoritario del Estado, estatismo que no sólo ha generado un obeso y torpe aparato burocrático que perdura hasta nuestros días, sino que también ha sido la causa del paupérrimo desarrollo de lazos de cooperación entre investigadores de universidades públicas y la iniciativa privada para el financiamiento de proyectos científicos y tecnológicos, como ocurre de facto en los países desarrollados.

La dependencia del quehacer científico y tecnológico a dicho aparato burocrático, ha provocado su supeditación a los tiempos y mecanismos de la dinámica financiera estatal, los cuales casi nunca no empatan con los del avance y las necesidades de los proyectos de investigación en nuestro país, provocando no sólo el atraso en el cumplimiento de los objetivos, sino también una redundancia en los gastos, en virtud de la caducidad de los contextos experimentales o reactivos empleados, o bien, por la pérdida de la vigencia del proyecto de investigación ante el rápido avance del conocimiento en diversas latitudes del orbe.

Tal realidad se aúna a la circunstancia de que los aparatos burocráticos tras la ciencia y la tecnología en nuestro país, carecen de continuidad y están sujetos al vaivén de las administraciones gubernamentales, incluyendo a las de las propias universidades, lo cual añade parsimonia e ineficacia al manejo del presupuesto destinado a este elemental rubro para el desarrollo del país.

La perdurabilidad de esta realidad en el dominio del tiempo se debe, en gran medida, a la desvinculación de los científicos con la política y la función pública en general, un distanciamiento que se comprende dado el esfuerzo y tiempo requerido para el desarrollo de proyectos científicos y tecnológicos, pero que ha prolongando el entorpecimiento que el aparato estatal causa en la materia; por lo anterior, es menester que los investigadores aprovechen esta inicial, aparentemente honesta apertura del próximo gobierno para desvelar este tipo de realidades que sólo expuestas por quienes las padecen podrán dar lugar a la construcción de soluciones.

En el corto plazo, urge que un Acuerdo Nacional sobre la Educación del calado que se pretende, sea seguido de un proceso de evaluación de los mecanismos de manejo y distribución de recursos para la ciencia y la tecnología, a través de auditorias, desde la perspectiva de una suerte de ingeniería burocrática que considere la opinión de los investigadores y estudiantes que conocen a fondo el problema en la materia. Asimismo, es menester que las instituciones que administran recursos destinados a la ciencia y la tecnología, consideren personal especializado para las posiciones de primer nivel, que mantengan en relativa estabilidad y continuidad las posiciones de su personal burocrático, para optimizar el manejo y la distribución de los recursos, economizar tiempo y esfuerzo que puede destinarse al desarrollo científico. Sin lo anterior, la fuga de cerebros y el agotamiento por burocracia seguirán siendo rémoras silentes del avance de la ciencia y la tecnología en nuestro país.

 

HOJAS SUELTAS

 

** Cada día se encuentra más próxima la renovación de la dirigencia del PRI en el estado, la cual será completamente comandada por el gobernador Ignacio Peralta Sánchez, quien con su decisión signará su legado político, el cual puede ser el del corporativismo y la continuidad, o el de la transformación que dicho instituto político requiere. Los priistas están atentos.