Maldonado dice
CARLOS MALDONADO VILLAVERDE
La sociedad civil contra la corrupción
Jueves 11 de Octubre de 2018 7:30 am
HAY dos maneras de combatir la corrupción: la
primera, la más evidente, es castigando a quienes se corrompen, creando leyes
más estrictas, vigilando, atajando los posibles huecos que deje la ley o los
procesos de gestión. En pocas palabras, defendernos con todas las armas a
nuestro alcance de los estragos de la corrupción. La segunda es premiando la honestidad, la
integridad, el cumplimiento cabal de la responsabilidad. Dicho premio, más allá
de lo que pudiera entregarse en incentivos materiales, sería el reconocimiento
social de quienes valoran el trabajo de aquellos que no se dejan corromper y
fomentan la honestidad, la eficiencia y el respeto a los ciudadanos desde sus
espacios de participación. Ese trabajo de fomentar la actitud correcta
de atención y servicio a los individuos que solicitan servicios del gobierno,
es un trabajo que debe ser asumido por la sociedad civil organizada. ¿Por qué?
Porque la evaluación del servidor público “desde dentro” no sirve. La métrica
objetiva y las valoraciones subjetivas solamente pueden partir de la
apreciación del mismo consumidor de los servicios de gobierno. Los elementos objetivos a considerar son: cantidad
y utilidad de los requisitos para disparar un proceso, tiempo de respuesta,
transparencia en el proceso de atención a la solicitud y nivel de conformidad
de los solicitantes. Como habitualmente se habla de corrupción en
los procesos de licitación de adquisiciones y obra pública, los tomaremos como
ejemplo: muchas convocatorias se llenan de requisitos que han sido subsanados
por los licitantes con antelación, por ejemplo, entregar copias que acrediten
la personalidad jurídica, cuando esto ya se acreditó en el registro ante el
padrón de proveedores. Cada requisito adicional inhibe la
participación y complica la integración y revisión de expedientes. Tanto las
actas de nacimiento como las actas constitutivas –por poner un ejemplo– son del
conocimiento de la autoridad, al tener acceso al Registro Público de la
Propiedad, así como al Registro Civil. La existencia de procesos de
recuperación digital hace absurdo solicitar documentos accesibles para la
dependencia convocante. El tiempo de respuesta es un arma de dos
filos que debe analizarse con cuidado: ¿los tiempos establecidos en la
convocatoria tienden al interés de promover o de inhibir la participación?
Porque si no hay tiempo para integrar el expediente, probablemente podemos
asumir colusión entre quienes convocan y quienes, a pesar de lo corto del
plazo, son capaces de atender a la convocatoria. Esta sospecha puede replicarse
en los “requisitos” que, resultando innecesarios, se traslapen para complicar
aún más la participación activa de más proveedores. En cuanto a la transparencia, está claro: la
transparencia y máxima publicidad inhiben o al menos dificultan los actos de
corrupción y facilitan la transición hacia una mejor forma de hacer las cosas:
sin ocultamientos, la verdad fluye y se puede ver si tal o cual obra se la
asignaron a quien ofreció mejor precio o a quien estuvo más cerca del
presupuesto base de la cotización o… al compadre del funcionario. La corrupción tiene muchas facetas y ningún
rostro, a la sombra de la “lealtad”, por miedo a perder el empleo o simplemente
porque suponen que así está bien, empleados, proveedores y hasta observadores
aceptan o toleran los actos que llevan a que el erario o los intereses de los
particulares se vean afectados. Y no es poca cosa, la estimación de la ONU es
que la corrupción se lleva el 10 por ciento de Producto Interno Bruto de las
Naciones, pero –júrelo– en México el nivel es mucho muy superior a eso. La corrupción no solamente requiere del
Sistema Anticorrupción que se ha formado para ser erradicada, necesitamos de la
participación activa y comprometida de todos los ciudadanos, reconociendo al
servidor público que trabaja de manera honesta y eficiente, y señalando con la
crítica más severa a quien trata de usar un puesto público para su beneficio
personal.
carlos.maldonado.v@hotmail.com