Razones
JORGE FERNÁNDEZ MENÉNDEZ
La oposición que viene
Jueves 11 de Octubre de 2018 6:58 am
LOS partidos de oposición al próximo gobierno
serán, por lo menos en una primera etapa, testimoniales: el PRI y el PAN, tan
disminuidos después de la elección, están en la búsqueda de reconstruirse y con
serias posibilidades de rupturas internas. Nadie sabe qué hará el PRD con buena
parte de sus bases, porque las que quedan están tentadas a irse con Morena.
Movimiento Ciudadano cuidará sus posiciones y tendrá que concentrarse cada vez
más en el Jalisco de Enrique Alfaro. Los demás están, simplemente, en la órbita
de López Obrador, con el Verde como nuevo e incluso poderoso aliado. La oposición futura a López Obrador girará en
torno a causas, a movimientos sociales muy precisos y a las propias
contradicciones del equipo gobernante y sus partidos. Pero en el horizonte, la
principal preocupación opositora para López Obrador debe estar en los
trabajadores que serán despedidos o que verán drásticamente disminuidos sus
ingresos por las llamadas medidas de austeridad, que en el papel están muy
bien, pero que en la realidad pueden paralizar la nueva administración. Son numerosos los casos que se pueden citar.
Ya hemos dicho que en el Banco de México son más de 200 los funcionarios de
carrera que han presentado su renuncia o solicitado su retiro, ante la
posibilidad de perder sus ingresos y ver reducidas drásticamente sus pensiones.
En la Secretaría de Hacienda se está dando un proceso similar, e incluso, según
ha trascendido, Carlos Urzúa y Gerardo Esquivel se están encontrando con serios
problemas para conformar sus equipos. Nuevamente el tema no es político o
ideológico: se trata simplemente de ingresos ridículos para personal altamente
calificado. El martes, se instalaron en plantón frente a
la casa de transición de la colonia Roma, los trabajadores de la Secretaría de
Cultura, exigiendo se les garanticen sus sueldos y prestaciones, aun cuando se
deberán mover de la Ciudad de México a Tlaxcala. Ya sabemos que en el Conacyt
existe casi un levantamiento de la comunidad científica ante la intención de la
próxima directora del consejo, María Elena Álvarez Buylla, no sólo de paralizar
hasta su llegada becas, convenios, promociones, ingresos, sino de cambiar
completamente el rumbo científico de una institución de excelencia con una ruta
definida hace décadas. También el martes, al comparecer ante el
Senado, el secretario de Relaciones Exteriores les pidió a los legisladores que
respetaran y defendieran los derechos de los trabajadores del servicio
exterior. Tiene toda la razón. Simplemente ningún embajador en el exterior
puede vivir con menos de 100 mil pesos, como lo estipula la nueva ley, sin las
prestaciones y servicios básicos del que deben disponer. Y si esa es la
situación de los embajadores, imaginémonos la de los trabajadores consulares
que verán disminuidos también sus ingresos en forma proporcional, cuando desde
hace años su lucha era por un incremento de ingresos y de personal, sobre todo
en consulados que tienen una enorme cantidad de trabajo. Sin esos trabajadores,
nuestra política exterior simplemente se derrumba. En su texto en El Universal, ayer, Alejandro
Hope alerta sobre movimientos en la Policía Federal de elementos que están
dispuestos a irse a paro por la falta de prestaciones, viáticos y bonos. Es un
problema real de recursos que no se entregan a la institución y que se
agudizará en el futuro, porque más allá de lo que describe muy bien Hope, se
olvida algo central: todos los policías federales están en un estatuto laboral
de confianza. En el gobierno de Vicente Fox se trató de limpiar la Policía
Judicial Federal (cuando se creó la AFI), y sus mandos se encontraron con que a
más de 200 elementos no los podían dar de baja porque tenían plaza y eran
trabajadores de base. Desde entonces, se decidió cambiar el modelo, y los
policías federales son trabajadores de confianza. En un contexto en el cual los ingresos de los
policías federales son ya muy bajos, los mismos se compensan con diversas
prestaciones y bonos (lo que ni siquiera así les complementa un ingreso ni
remotamente acorde a las responsabilidades y riesgos que asumen). Esas
prestaciones, viáticos y bonos que ahora están retrasados se perderán
completamente con la ley de austeridad aprobada. Apuntaba Hope que nuestra
inversión en seguridad apenas es del 0.9 por ciento del PIB, una cantidad que,
dice Alfonso Durazo, no se incrementará. Pues bien, países con situaciones
complejas de seguridad como Colombia, tienen un presupuesto para seguridad que
gira en torno al 4 por ciento del PIB, cuatro veces más que nosotros. ¿Qué
policía federal terminará arriesgando su vida y la de su familia por 4 ó 5mil
pesos mensuales?
Y la lista podría continuar en varias otras
dependencias federales, incluyendo un Poder Judicial que está algo más que en
alerta, y un Poder Legislativo donde han despedido, sólo en la Cámara de
Diputados, a 2 mil 400 trabajadores y a varios cientos en el Senado, poniendo en
serio predicamento el funcionamiento del Congreso. Si no se rectifica y adecua
la norma salarial, el Gobierno Federal se paralizará o terminará en manos
ineptas o inexpertas. Esa es la verdadera oposición de corto plazo que tiene
que enfrentar el próximo gobierno.