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Despacho político



ARMANDO MARTÍNEZ DE LA ROSA

50 mil


Viernes 12 de Octubre de 2018 7:56 am


1.- ¿DE qué estudios, cálculos o análisis proviene la cifra de 50 mil jóvenes que pretende reclutar el gobierno de Andrés Manuel López Obrador para darlos de alta en el Ejército, la Marina y la Policía Federal?

El Presidente electo dijo que esos muchachos serían convocados a incorporarse a las Fuerzas Armadas del país –de las que el Ejército es parte– y a la Gendarmería federal. López Obrador no dio detalles.

Para darnos una idea de la cantidad que se propone reclutar el nuevo gobierno, acudamos a un dato: La Secretaría de la Defensa Nacional dispone de 183 mil 525 soldados, más oficiales y personal de servicio, civiles incluidos. Tiene, adicionalmente, una reserva no asalariada de civiles, esto es, ciudadanos que han dado el Servicio Militar Nacional y son actualmente menores de 40 años de edad. Teóricamente, serían llamados a filas en caso de que la seguridad nacional estuviese en riesgo y las tropas profesionales fuesen insuficientes para la defensa del territorio nacional. Los soldados de reserva no reciben remuneración.

Supongamos, primero, que cada soldado nuevo recibirá una remuneración de 6 mil pesos mensuales. Eso significa una erogación de 300 millones de pesos al mes más el pago de prestaciones; 3 mil 600 millones de pesos anuales. Se les debe capacitar, uniformar y armar; asignarles cuarteles, transportarlos y, con frecuencia, avituallarlos. También recibirán servicios médicos, aguinaldos y generarán gastos en los controles administrativos. Es probable que la suma de erogaciones equivalga al presupuesto federal anual para un estado como Colima.

Las condiciones de inseguridad pública en que el nuevo gobierno recibe al país imponen el diseño de políticas de seguridad inteligentes y, por tanto, prácticas. Si las 50 mil nuevas tropas se necesitan, simplemente deben contratarse, aunque cuesten mucho dinero.

¿Cómo se escogerán? ¿De qué manera se garantizará que sirvan al país y no al crimen organizado? ¿Continuarán aplicando los mismos exámenes de confianza cuyos resultados son de dudarse y pueden manipularse a gusto de los jefes?

¿Hay 50 mil jóvenes dispuestos a incorporarse a las corporaciones donde el peligro es grande y frecuente? ¿Qué características físicas, intelectuales, académicas y éticas se les exigirán a quienes aspiren a contrato? Son muchas las dudas todavía.

Este mes, AMLO dará a conocer su política de seguridad pública, su plan para pacificar al país. La atención colectiva estará puesta en ese hecho, uno de los más esperados por la población.

Ojalá, entre otras muchas cosas, se debe de identificar pobreza con delincuencia o como causal directo e inmediato de proclividad a delinquir; y mucho menos como justificante. Además de pobres, ofendidos, insultados.

2.- “Tomando en cuenta el incremento de los precios de los lubricantes y combustibles, se hace necesaria la actualización de la asignación mensual para transporte terrestre”, dijeron los diputados federales. En seguida, duplicaron la cantidad que reciben al mes para comprar gasolina. Eso, para quienes viven en un radio de hasta 300 kilómetros de la sede camaral, en la capital del país. Subieron el subsidio de 12 mil 270 pesos a 24 mil 500 pesos mensuales.

A quienes viven más lejos, les pagarán avión. Ejemplos: Los diputados federales que residen en Baja California Sur, recibirán una “ayuda” de 70 mil pesos mensuales para viajes en avión; los de Oaxaca, 66 mil; los de Colima, 61 mil. En el caso de los legisladores colimenses, la suma es de 732 mil pesos anuales a cada uno por este concepto.

Y una más: las legisladoras y los legisladores no pagarán el Impuesto Sobre la Renta, ese que todos liquidamos porque si no, se nos aparece el fantasmón de Hacienda. El ISR va con cargo al presupuesto de la Cámara de Diputados, claro.

De ahí mismo, del presupuesto, recibirán dinero para pagar la renta de una oficina de atención a los ciudadanos y el sueldo del personal que labore ahí.

Ah, olvidaba: Quienes viajen por tierra, no pagarán las cuotas de las casetas de peaje.

Por supuesto, se conserva el aguinaldo, que es cuantioso por el sueldo y por los días sobre los que se calcula. Hay 500 diputados federales. Saque cuentas.

Estas medidas de la Cámara de Diputados, me hizo releer un párrafo de un libro de AMLO, No decir adiós a la esperanza (Grijalbo, 2012): “Se podría aplicar un plan de austeridad republicana para reducir los sueldos elevadísimos de los altos funcionarios públicos y eliminar los gastos superfluos. Asimismo, con este imperativo ético por delante se recuperarían recursos que hoy se van por el caño de la corrupción y se destinarían al desarrollo y al bienestar del pueblo” (Pág. 125).

 

MAR DE FONDO

 

** “Yo no sé, mirá, es terrible cómo llueve. Llueve todo el tiempo, afuera tupido y gris, aquí contra el balcón con goterones cuajados y duros, que hacen plaf y se aplastan como bofetadas uno detrás de otro qué hastío. Ahora aparece una gotita en lo alto del marco de la ventana, se queda temblequeando contra el cielo que la triza en mil brillos apagados, va creciendo y se tambalea, ya va a caer y no se cae, todavía no se cae. Está prendida con todas las uñas, no quiere caerse y se la ve que se agarra con los dientes mientras le crece la barriga, ya es una gotaza que cuelga majestuosa y de pronto zup ahí va, plaf, deshecha, nada, una viscosidad en el mármol. Pero las hay que se suicidan y se entregan en seguida, brotan en el marco y ahí mismo se tiran, me parece ver la vibración del salto, sus piernitas desprendiéndose y el grito que las emborracha en esa nada del caer y aniquilarse. Tristes gotas, redondas inocentes gotas. Adiós gotas. Adiós”. (Julio Cortázar, argentino-belga, 1914-1984. Aplastamiento de las gotas.)