Cargando



Bestiario neoliberal



RAÚL PÉREZ OSORIO


Martes 16 de Octubre de 2018 7:58 am


EL bestiario es un tema mitológico de la época medieval, que versaba sobre animales que supuestamente despedían fetideces insoportables, además de peligrosos y letales, por su veneno o su aliento, lo cual los hacía inabordables. Por cierto, había una mítica bestia que en su huida, en aproximadamente una hectárea de terreno, anegaba en su derredor una sustancia que afectaba a plantas, animales y seres humanos.

La irreflexión es un estigma que muchas veces practicamos y compartimos con infinidad de personas, por intereses, motivos religiosos, comerciales o políticos. Esto viene a colación porque se ha proyectado un Aeropuerto Internacional en el Estado de México, que trae de cabeza, sobre todo, a los que pueden resultar beneficiados con los desmedidos negocios que se desprenderían, de llevarse a cabo ese proyecto.

Nadie se opone a que se construya o se amplíe el aeropuerto, pero los más conocedores ambientalistas hablan de un ecocidio extremado; otros sostienen que el hundimiento es paulatino y natural en esa zona, lo que traería como consecuencia un mantenimiento eterno y carísimo que, finalmente, las consecuencias las viene pagando el pueblo, con vidas y condiciones económicas adversas. Los ejemplos abundan: rescates bancarios, rescates carreteros, Fobraproa, saqueos a Pemex y miles de actos delictivos que tienen directamente su nacimiento en las cúpulas de un poder corruptísimo, que supuestamente en un bimestre llega a su término. Pero el sistema neoliberal que padecemos va dejando, como aquella bestia medieval, un sinnúmero de impudicia, donde el país queda atado de pies y manos a los emporios extranjeros y nacionales.

Como se piensa construir en el Lago de Texcoco, esperemos que no vayan a demoler las pirámides de Teotihuacán que pusieron a México como una de las más grandes culturas de milenios pasados. Digo esto, porque el empoderamiento de los dueños del dinero con lo desechable, pueden llegar a la conclusión de que vivamos a tono con lo moderno y vayan a demolerlas para que no seamos nacos y estemos viviendo en el pasado. Las opiniones son encontradas, las que abordan los beneficios económicos, daños ecológicos, problemas implacables de agua en la parte más poblada de nuestro país, como es la Ciudad de México y el Estado de México.

Por otra parte, los afines a la construcción del aeropuerto y los dueños del comercio, argumentan que no existe razón para preguntarle a las personas, torpes, ignorantes, y demás adjetivos propios de una élite estúpida e inconsciente en lo relacionado a lo ecológico y humano. Esta postura me parece claramente torpe y totalmente irreflexiva. Efectivamente, es necesaria la adecuación del aeropuerto, pero el sentido común y estudios de personas respetables, indican que ese no es el lugar propio para ese fin; la sordidez de los intereses económicos no da para más. A todos nos consta que la faz de la República Mexicana está quedando cacariza, porque se ha concesionado a empresas nacionales y extranjeras el 30 por ciento del territorio nacional para la extracción de minerales.

Quienes hayan colaborado o permitido desde las más altas responsabilidades, dejando al país en estas circunstancias, para que sea objeto de saqueo de todos los minerales (y como consecuencia, las temerarias violaciones de artículos constitucionales), esto no puede pasar desapercibido, el gobierno que entrará el 1 de diciembre está obligado a informar a todo el país en qué circunstancias lo recibe.

Existen temas muy delicados y que constitucionalmente han sido una traición al pueblo de México. Todos los partidos que estuvieron de acuerdo en que se modificaran los artículos de la Constitución para que los privados procedieran al saqueo, son responsables por haber firmado el Pacto por México. La petrolera brasileña Odebrecht otorgó dinero por millones de dólares en 2012 y 2014 a un funcionario mexicano, para que posteriormente le otorgara contratos multimillonarios a dicha empresa, pero es tiempo que no se recibe la información de Brasil de ese ilícito, porque México no quiere firmar un convenio que está obligado a hacerlo, y así poder tener en manos de la justicia mexicana toda la información relacionada con ese asunto del ex titular de Pemex, Emilio Lozoya Austin.