Escenario político
GABRIEL GONZÁLEZ CASTELLANOS
Relevos
Miércoles 17 de Octubre de 2018 7:51 am
LA rebelión electoral de pasado 1 de julio,
trajo consigo un significativo cambio en la correlación de fuerzas del
escenario político local. La Legislatura de Colima, con sus particulares
matices y su peculiar composición, exhibe en la formalidad una mayoría de parte
de quienes formaron la coalición Juntos Haremos Historia, pero en la realidad,
por la trayectoria política de sus integrantes, pueden darse, como ya está
ocurriendo, devaneos de deslealtad que pueden originar otros cambios. Los tribunos de la Legislatura pasada se
significaron por la desventura y media que hicieron en el último mes de su
ejercicio, y le dejaron a la actual una serie de reformas que a su vez deberán
reformarse hacia otro rumbo distinto al pernicioso que le dieron aquéllos. En
circunstancias así, las tareas hacia los tribunos de la nueva Legislatura se
tornan muy arduas. Es indispensable, de parte de la coalición
Morena-PT-PES, la conjunción de fuerzas en torno a una agenda legislativa común
y a los necesarios acuerdos de lealtad, de respeto, que se reflejen en la
composición de las comisiones y en la designación de los espacios que faltan
por nombrar, con gente confiable, honesta, de trabajo y vocación de servicio.
Debe, por convicción y reconocimiento a la voluntad popular, mostrarse lo que
se llama voluntad política, sin ningún otro ingrediente más que ese. Manzanillo tiene una importancia económica y
política, nodal para la entidad federativa, considerando el movimiento
portuario, las actividades económicas primarias y secundarias, a lo que se
agrega el especial sector del turismo. La proyección que tenga algún actor
político que dirija el municipio, resulta trascendente en sus aspiraciones a
futuro. Hay aquí también, por la magnitud política del municipio y por las
veleidades políticas que se han mostrado en la composición de la
administración, necesidad de colocar en primer nivel la actitud madura,
congruente con la trayectoria política que se ha tenido. Tecomán, que unido a Manzanillo se
constituyen como la columna vertebral del estado, económicamente hablando,
inicia con otra administración que recibe pedazos de escombros de un municipio
inmerso principalmente en la inseguridad y en el lastimoso lastre de la deuda
económica. Ahí hay una tarea titánica que requiere de los esfuerzos conjuntos
de quienes desean el desarrollo de la cuarta transformación. No obstante la precisión del enorme trabajo a
realizar por la administración municipal, pareciera que el “fuego amigo” se
coloca como el ingrediente que no es prioritario ni necesario para la labor
conjunta. Vaya, hasta se han hecho presentes los oportunismos nefastos en el
disfraz de las nuevas esperanzas, incluyendo actores de múltiples colores
partidarios, conocidos preferentemente como “chapulines”. Los municipios de Colima y Villa de Álvarez
corresponden a MC, aunque la militancia de sus titulares, hace apenas unos
meses antes de la rebelión electoral, era en el PAN. Los conflictos intestinos
del blanquiazul no les permitió, en su caso, el control total, junto a los
municipios de Comala y Cuauhtémoc. El constantemente vilipendiado senador,
eterno dirigente nacional de MC, alude al recién electo edil principal del
municipio de Colima, como el primer alcalde ciudadano en Colima, y no es que
adolezca de memoria histórica, sino que sus palabras son perniciosas.
Tanto en Colima como en Villa de Álvarez, los
anteriores responsables de la administración municipal dejaron algunos pendientes
nada sencillos para los actuales, como la no aportación de recursos económicos
que correspondían a los trabajadores municipales, de los cuales hay denuncias
respectivas. Cómo hacerle en esas circunstancias, me parece que puede ser una
disyuntiva para quienes fueron correligionarios y estarán cotidianamente en las
reuniones de Cabildo. La retórica sobre el tema es sólo eso, al margen de los
hechos.