Poda perniciosa
DENISE DRESSER
Lunes 22 de Octubre de 2018 7:51 am
EL gobierno de AMLO llega con el ánimo
y la encomienda de podar. Trae tijeras en las manos y recortes en la mente, con
la idea de adentrarse en la maleza de la burocracia federal y depurarla. Por
todos lados llegan anuncios de cómo se arrancarán de raíz las petunias de los
privilegios, las magnolias del mirreinato, las camelias de la cleptocracia.
Desde la perspectiva del lopezobradorismo, el gobierno se parece a los jardines
de Versalles y su intención es volverlo una chinampa. Pero aun cuando la
depuración del huerto es una tarea indispensable, vale la pena recordar que los
recortes y la reorganización son un medio, no un fin en sí mismos. Un jardinero
sabio entiende que se podan las plantas para redirigir su crecimiento, para
mantener su vitalidad, para moldear la dirección de sus ramas; para asegurar
que florezcan. No se poda para dañarlas o para convertir un vergel en un
páramo. Y ése será el resultado
contraproducente de cómo se está pensando aplicar los “Lineamientos de combate
a la corrupción y la aplicación de una política de austeridad republicana” al
personal de confianza en la burocracia federal. Nadie duda que ha habido abusos
ahí; nadie podría justificar los viáticos, los guaruras, los peluqueros, los
aviadores y el amiguismo en la contratación de asesores; nadie podría defender
cómo algunos arribaron al gobierno para distribuirse el botín. Pero la
respuesta del lopezobradorismo ha sido medir a todos con el mismo rasero. Ha
desacreditado a todo el servicio público de tajo cuando entre la paja también
hay espigas de trigo, cuando entre las espinas también hay rosales, cuando
entre la hiedra venenosa también hay árboles frutales. Personal técnicamente
calificado al frente de dependencias que no podrían funcionar sin su formación.
Personal competente y especializado que le permite al gobierno gobernar.
Setenta por ciento a punto de ser cercenado a machetazos. Doscientas 22 mil 600 personas a punto
de ser despedidas sin criterios claros, sin un análisis de las condiciones
específicas en cada institución, sin ver qué plazas son indispensables y qué
plazas duplican funciones, sin determinar cuáles son las áreas de oportunidad
para fusionar entes y aumentar la eficiencia, sin comprender la violación a
principios constitucionales que impiden la retroactividad de la ley, sin tomar
en cuenta los litigios que desatará la afectación a Derechos Laborales. En algunos casos sí se estaría talando
madera muerta, pero en muchos se estaría talando talento. Cualquier persona
puede ser diputado o senador; no cualquiera puede refinanciar la deuda pública,
regular el espectro radioeléctrico, instrumentar procesos de licitación o coordinar
procesos de protección civil. El personal de base que se quedará a hacerse
cargo no tiene la capacidad jurídica ni el entrenamiento para tomar decisiones.
Presenciaremos el éxodo de los capacitados y la permanencia de los
sindicalizados. El resultado de esta política de poda
mal pensada y mal diseñada será previsible. Parálisis administrativa en
numerosas ramas del Gobierno Federal. Continuas fallas e incumplimientos de
normativas complejas. Constantes deficiencias e inobservancias de dirección, inspección,
vigilancia y fiscalización. Un impasse de incertidumbre. Una evisceración de
expertise. Una función pública cada vez más disfuncional y no al revés. Un
exorcismo de la memoria institucional. Un limbo jurídico para miles de personas
cuyo destino será determinado por la politización y no por la
profesionalización. Y el florecimiento de una “ocurrenciocracia” que, con
anuncios sin ton ni son, diariamente desquicia sectores, incrementa la
irresolución, aumenta la arbitrariedad, lleva a calificadoras como Fitch a
cambiar a negativa la perspectiva crediticia de Pemex ante la creciente
incertidumbre sobre el futuro de la petrolera y su estrategia de negocios.
Rocío Nahle necesita profesionales de
la administración pública que la asesoren para no poner en jaque el futuro de
Pemex; Javier Jiménez Espriú necesita un equipo que constriña sus declaraciones
desquiciantes. Ellos y tantos más requerirán ayuda en la toma de decisiones
altamente especializadas, porque la corrupción daña al país, pero la
incompetencia también. Si AMLO/Morena hacen leña con los árboles saludables del
Gobierno Federal, no convertirán a México en un jardín frondoso. Producirán su
desertificación.