Tarde gris en La Petatera
Miércoles 22 de Febrero de 2017 9:58 am
+ -Su majestad, el toro, brilló por su ausencia; Pablo Hermoso de Mendoza y Joselito Adame cortaron una oreja cada uno, respectivamente
Afirmar que el triunfador de la segunda y última corrida formal de La Petatera fue el rejoneador navarro Pablo Hermoso de Mendoza es un decir; simple y sencillamente, fue un regalo del juez Pablo Goicochea.
Pero es cierto y de justicia decir que el también arquitecto se resistió a otorgársela, aunque el rejoneador español, prácticamente al pie del burladero de matadores, le echó encima al respetable, y no le quedó más remedio que regalarle el trofeo.
Hay que destacar la irresponsabilidad de la autoridad municipal, al haber permitido que se vendieran más boletos de los lugares que le caben a la plaza, porque más de 500 aficionados se quedaron afuera, y otros tantos más, con boleto en mano, no alcanzaron espacio en los tendidos; por eso suceden tragedias irreparables, por la voracidad de las empresas y la complicidad de autoridades.
Ahora, vayamos de lleno a la reseña de esta infame corrida de toros de ayer, una tarde en que la concurrencia que llenó La Petatera esperaba buenas actuaciones de los estoqueadores y de la ganadería. Dos ganaderías se sortearon los tres lotes de Pablo Hermoso de Mendoza, Uriel Moreno, El Zapata, y Joselito Adame.
Se cambió el orden de la lidia, correspondiendo el primero de la tarde a El Zapata, quien enfundado en un precioso terno, obispo y oro, no hubo nada en el primer tercio de capote, haciéndose de los garapullos, deja dos pares al violín en todo lo alto; en la parte final de su faena, con la muleta nada pudo hacer ante la pobre embestida de “Petatero”, dejando una estocada defectuosa, escuchó un aviso del juez, tuvo que descabellar para deshacerse del de Los Cué. Silencio para El Zapata.
En su segundo, “Mil Soles”, un sardo, salinero, capacho, el de Tlaxcala menos pudo hacer, ante un burel reservón, manso y soso como sus hermanos, aunque con las banderillas enciende al público, repitiendo la suerte del violín, galleando se sale de la suerte, con un toro pegado a la arena; nada pudo hacer en el tercio final, los muletazos sin temple, sin mando, y un toro para el arrastre. A la hora de entrar a matar, sufrió una violenta embestida del toro, incorporándose para matar de media estocada y tres descabellos, no sin antes escuchar un aviso.
Segundo en la lidia fue el rejoneador español, quien lució, eso sí, su cuadra de bellos animales, destacando las yeguas Manizales, Januca y Cayena, quienes junto a los experimentados caballos toreros, como “El Dalí”, “Donatelli” y “Brindis”, hicieron las delicias con cabriolas, suertes al estribo y a la grupa, aunque no estuviera acertado con los rejones. Nada que destacar a la hora del rejón de muerte, con dos bajonazos que hicieron daño a los dos toros de Bernaldo de Quirós, en los pulmones de “Don Yeyo” y “Don Pedro”, que hay que reseñarlos como toros chicos, por abajo de la edad y con el testuz de novillos.
El tercer espada, la máxima figura de la baraja mexicana, Joselito Adame, quien se presentó con hermoso traje albo y oro, tuvo una tarde nada para el recuerdo, a su primero de nombre “Cantinero”, un negro entrepelado, en el que no hubo nada de nada, así literalmente; un toro manso, rajado, sin casta ni bravura, y del que nada se puede decir, se va cabizbajo al burladero de matadores, y sin la fortuna de otras tardes en La Petatera.
En su segundo y último de la lidia, al igual que su hermano Luis David Adame, el pasado martes, en el último de la tarde, Joselito Adame le costó trabajo hacer algo con “Mofletudo”, otro toro negro, pero sin raza, trapío y bravura; les sacó partido con dos buenas tandas de muletazos con temple y poder, lanceándolo por el pitón izquierdo, que es donde le pudo sacar provecho, y en la suerte de matar, deja una buena estocada, y es premiada con una oreja.
Así cayó el telón taurino de ayer; cuando no hay toros y tienes a tres toreros con clase, voluntad y vergüenza torera, no puedes más que salir pensando: ¿Qué pasa con los toros, qué pasa con los ganaderos? Tenemos buen rato que vamos a las corridas de toros y no hay toros, tanto así, que los aficionados hicieron cinco veces la futbolera ola por toda la plaza, distraídos seguramente porque no veían nada en el ruedo, pero eso sí, la Alcaldesa suspendió la corrida, para entregar reconocimientos a quién sabe quién.
¿Qué veremos el próximo año? A una empresa que arriesgó a La Petatera, vendiendo boletos de más y puso en peligro a los aficionados, contratando ganaderías a modo. Tienen mucho por hacer y un año para mejorar. Y como dicen los diputados: ¡Es cuanto! Hasta la próxima.