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Colaborador de Nuño dio luz verde a irregularidades en el Colegio Rébsamen



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Sábado 30 de Septiembre de 2017 8:24 pm

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La supuesta constancia indicaba que el uso de suelo cambió para construir una escuela de mil metros cuadrados, pero se habían edificado 2 mil 500 metros cuadrados, quedando, en ese entonces, nada por cimentar en el predio.


El jueves pasado el secretario de Educación, Aurelio Nuño, presentó al arquitecto Max Betancourt Villaseñor como el responsable de supervisar las estructuras de todas las escuelas de la Ciudad de México, principalmente las afectadas por el sismo del martes 19, pese a que éste, desde el 25 de noviembre de 1983, fue el responsable de la obra y el mismo que gestionó los cambios del uso de suelo del Colegio Enrique Rébsamen, escuela que tras su reciente desplome cobró la vida de 19 niños y siete adultos.

Las copias de las licencias, difundidas el jueves 28 por la delegada en Tlalpan, Claudia Sheinbaum, en la página oficial de la demarcación y en rueda de prensa, apuntan a que la corrupción cimbró desde un principio los cimientos de la escuela ubicada en el terreno denominado Rancho Tamboreo 19, colonia Oriental Coapa, en la delegación Tlalpan, pues el objetivo de la primera licencia de construcción 1/23402/14, con el número de foja 1019, expedida por la Oficina de Planeación Urbana, Sección de Licencias de Construcción de esa demarcación, era para construir departamentos, oficinas de 30 metros y un salón de juegos.

El miércoles pasado, a las 21:47, Nuño compartió en su cuenta oficial de Facebook, operada por la propia SEP, el siguiente epígrafe: “El Arquitecto Max Betancourt, Director Responsable de Obra, y el Ingeniero José Arturo Zárate, miembro del Colegio de Ingenieros Civiles de México, realizaron una demostración pública sobre las revisiones de seguridad estructural que se están haciendo en todas las escuelas de la #CDMX. Nuestra prioridad es la seguridad de la comunidad escolar”.

El propio Betancourt Villaseñor narra en el video que el objetivo de la labor de los arquitectos es verificar las condiciones estructurales de las escuelas que fueron afectadas en la capital del país.

“Tanto la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda, como la Secretaría de Educación Pública, junto con los colegios de Arquitectos e Ingenieros, determinaron que las escuelas tenían que ser revisadas por los arquitectos con más experiencia en la Ciudad de México”, destaca Betancourt en el video de 2:49 minutos.

“La revisión consiste en observar a detalle, de manera minuciosa, las columnas, trabes, muros para, de una manera muy eficiente, darnos cuenta, en función de nuestra experiencia también, si la escuela tuvo un daño importante que le impida su funcionamiento”, agregó.

De esa manera, los arquitectos pueden confirmar si la escuela puede regresar a sus actividades o no, y entonces elaboran un dictamen estructural gratuito, añadió.

Sin embargo, de acuerdo con uno de los documentos que la delegada hizo públicos, Betancourt Villaseñor fue entonces uno de los responsables del posterior derrumbe del Colegio Rébsamen, sitio donde Televisa inventó la historia de la inexistente niña “Frida Sofía”.

En 1984, un año después del primer aval, el ahora colaborador de Nuño expidió otra solicitud de licencia. Fue el 19 de marzo de ese año. De acuerdo con la copia de la licencia 1690, el permiso justificaba la “ampliación de construcción con local de especialidades de tres niveles, con una superficie cubierta de 740.00 m2”.

El 16 de marzo de 1990, con el número de folio 06573, se expidió la solicitud de Constancia de Zonificación de Uso de Suelo en ese terreno. Se le cambió el nombre a la colonia de Oriental Coapa a Nueva Oriental Coapa. El jefe de Registro del Plan Director para el Desarrollo del Distrito Federal, el arquitecto Roberto Rocha García, de nueva cuenta negó el permiso porque, según las leyes vigentes en ese momento, “el uso de suelo para escuela secundaria aparece prohibido”.

La supuesta constancia indicaba que el uso de suelo cambió para construir una escuela de mil metros cuadrados, pero se habían edificado 2 mil 500 metros cuadrados, quedando, en ese entonces, nada por cimentar en el predio.

Agencias



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