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Fábrica de las Innovaciones



Elena DEL TORO

Domingo 15 de Julio de 2018 8:14 am

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Huerto, áreas deportivas y recreativas, todo a disposición para mejorar la vida de las familias.

CON actividades artísticas, deportivas y emocionales, en la Fábrica de Innovaciones Tívoli pretenden que niños, jóvenes y adultos amplíen sus horizontes y tengan la esperanza de una mejor vida.

Los habitantes de esta colonia del sur de la ciudad enfrentan marginación, pobreza y violencia. Por eso, muchos niños y jóvenes sin oportunidades son atendidos por talleristas de la Secretaría de Cultura del Gobierno del Estado y han logrado casos excepcionales de talentos deportivos y artísticos.

Desde el puente peatonal sobre las vías del ferrocarril, se observa esta Fábrica como un espacio colorido y atractivo, que contrasta con los edificios abandonados y destruidos alrededor.

El 29 de enero de este año, el gobernador José Ignacio Peralta Sánchez y la secretaria de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), Rosario Robles Berlanga, inauguraron la obra que tuvo una inversión de 12 millones 698 mil 406 pesos.

La zona tiene un alto índice de inseguridad, vandalismo y desintegración familiar, por ello forma parte de la estrategia “Ciudades Seguras para las Mujeres, Derecho a la Ciudad”, del Gobierno de la República.

La Fábrica de Innovación Tívoli está integrada por la Casa Feliz, la Casa de la Luz, Comedor Comunitario y bodega. Incluye huertos urbanos, juegos infantiles, gimnasio al aire libre, áreas verdes, andadores, plazoleta, banquetas y cerco.

 

CREAR COLECTIVIDAD

 

La historia para crear colectividad, empoderamiento de niños y niñas, equidad de género, y que personas de la tercera edad y mamás tuvieran una parte lúdica, viene desde hace más de 2 años, indica Víctor Chi, encargado operativo de la Fábrica de Innovaciones.

Recuerda que iniciaron en las canchas de la colonia, rodeadas de edificios destruidos y abandonados, y ubicada a un lado en lo que actualmente es la Fábrica de Innovaciones. Los maestros impartían sus talleres, a pesar del rechazo de padres de familia que no creían en estas actividades. También se enfrentaron a la vigilancia de la delincuencia, que los amenazaba.

No obstante, continuaron con el proyecto. Ahora, algunos de los menores que iban a los talleres ya son papás, y “nos da esperanza de que algo puede cambiar”.

Indica que 15 familias tuvieron que irse de la colonia por amenazas de la delincuencia, y los talleristas debieron reinventarse tras entender mejor las circunstancias de los habitantes, pues quienes acuden, en su mayoría, son niños o personas que tienen familiares en riesgo.

El edificio era un taller abandonado, refugio de drogadictos, punto de venta de droga, ahí se cometieron violaciones y se encontraron cuerpos mutilados.

Menciona que la gente del lugar fue la que comenzó la recuperación del espacio para que impartieran los talleres, y actualmente es seguro para que la comunidad tengan una convivencia sana y los pequeños se inicien en las artes. “Que tengan otra visión y amplíen sus talentos, que se reconozcan como personas valiosas, aun cuando están en la marginalidad económica, social e institucional”, y que sea un barrio unido y fuerte, abundó.

En la Fábrica de Innovaciones se busca un desarrollo integral desde el arte, el deporte y lo emocional, “no buscamos cambiarles la realidad, pero que al menos tengan una esperanza, una perspectiva diferente. Hace 3 años querían ser cholos, sicarios, y les dimos una oportunidad para ser talentosos”, comenta Víctor Chi.

Refiere que se encontraron con niños que comían una vez al día, por ello funciona el comedor, con la gestión y con el trabajo de las mamás. Ahí comen 40 menores y personas de la tercera edad.

“Era la calle de la amargura, porque tenían miedo, los de Quinta El Tivolí no se juntaban con los del El Tivolí, pero con este proyecto las colonias se han ido integrando”, cuenta Chi, quien refiere que ahora, unos están en el equipo de tercera división del atlético Tecomán, otros realizan visorías en el equipo América, y algunos están en el Coro de la Universidad de Colima. “Estos son pequeños resultados”.

Mientras continúan con los talleres en el edificio, siguen trabajando con la comunidad llevando lectura a las señoras y haciendo actividades en el jardín de la colonia. Pero también están involucrando a las mamás, pues una de ellas imparte el taller de costura, otra se hace cargo del comedor y da el taller de elaboración de gelatinas.

Aunque Víctor Chi considera que es difícil cuantificar los avances en cifras, indica que hay casos de niños que fueron violentados sexualmente o que trabajan en actividades ilícitas. “Intentamos crear una burbuja de seguridad, que por horas se olviden de su realidad y regresen a ser niños, y creo que vamos bien”, puntualiza.

 

TALLERES

 

Son 12 los maestros que se encargan de impartir talleres, y hay cuatro personas de base.

La Casa Feliz es un edificio de dos pisos, en la parte baja hay una ludoteca, espacio para dibujo y ayuda de tareas; mientras en la parte superior están las computadoras al servicio de estudiantes de secundaria.

En la Casa de Luz imparten talleres de danza, circo, fotografía y edición de fotografía.

El instructor de circo, Kevin Manuel Rosales Velasco, indica que este taller ayuda a los niños a enfocarse en la actividad y que dejen de pensar en lo que hay en la calle o en lo que están viviendo.

La clase inicia con calentamiento y estiramientos, acrobacias en el suelo, y se pueden especializarse en telas, aéreo, trapecio, malabares o zancos. “Ayuda mucho a los niños a conocer su cuerpo, a conocerse ellos mismos”, precisa.

El instructor de música, David Alva González, refiere que su taller tiene la intención de que los niños exploren con diversos materiales para producir sonidos y crear música a partir de lo que hay en su entorno, desde material reciclado hasta instrumentos formales, como guitarra o flauta.

La encargada de la ludoteca, Diana Rivas, explica que realizan actividades para desarrollar la motricidad fina y gruesa, con niños de 4 años hasta los 6 años, aunque también pueden trabajar con más grandes.

Gabriel Martínez Campos está encargado del huerto de plantas medicinales llamado Farmacia Viva, imparte terapias musculares y clases de salón, éstas últimas dirigidas a mujeres.

Con plantas medicinales elaboran pomadas, champú y jarabes; además, dan talleres y capacitación para que las mujeres usen el conocimiento en sus casas o como una opción productiva. Son 25 plantas las que se reproducen en la zona, como mercadela, tomillo, poleo y sábila.

En el jardín botánico también realizan visitas guiadas y se explican sus usos, su importancia ecológica y biológica. Además, brinda el taller de terapias para tratamientos musculares, trastornos óseos y emocionales.

El taller de baile de salón está dirigido a mujeres que están solas y que tienen un espacio limitado de recreación o no tienen un desarrollo artístico recreativo.

En la Fábrica de Innovaciones, los talleres son en turno matutino y vespertino; el primero, de 9 de la mañana a 12 de la tarde; el segundo, de 4 de la tarde a 8 de la noche.

Pero, del 16 al 27 de julio se llevarán a cabo talleres de verano, de 9 de la mañana a una de tarde, en donde habrá talleres ordinarios y extraordinarios.

Elena DEL TORO



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