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Riesgo



Miércoles 19 de Septiembre de 2018 10:19 am

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EL Ayuntamiento de Colima sigue operando con graves deficiencias en la recolección de basura, llegando al extremo de dejar sin servicio a escuelas públicas de esta capital, lo cual representa un serio riesgo de salud para alumnos y maestros.

EL Ayuntamiento de Colima sigue operando con graves deficiencias en la recolección de basura, llegando al extremo de dejar sin servicio a escuelas públicas de esta capital, lo cual representa un serio riesgo de salud para alumnos y maestros.

En la escuela Libro de Texto Gratuito, ubicada por avenida De los Maestros, donde se imparten clases en tres turnos de enseñanza, la comuna capitalina tardó más de una semana en recoger los desperdicios, pues apenas ayer lo hizo, luego de la publicación que al respecto difundió Diario de Colima. Peor situación prevalece en la primaria 16 de Septiembre, en La Estancia, donde el camión recolector de basura tiene 3 semanas sin aparecer.

Frente a este grave riesgo de salud en escuelas públicas, llama la atención el silencio del secretario de Educación, Jaime Flores Merlo, quien nada ha dicho. Ni siquiera ha hecho un exhorto al alcalde Héctor Insúa García, a que corrija de inmediato la desatención.

En la misma tónica de no hablar se encuentra el secretario de Salud, Miguel Becerra Hernández, pese a que la basura acumulada en planteles escolares es un foco de contaminación que, además, despide malos olores cada vez más intolerables para la comunidad docente y estudiantil de las instituciones afectadas.

Como nadie voltea a ver el problema ni lo resuelve, hay escuelas donde padres de familia, directivos, docentes y alumnos, se dan a la tarea de retirar la basura de los planteles. Sin embargo, esa no es la mejor solución, pues la autoridad municipal tiene que cumplir su obligación de prestar el servicio como lo mandata la Constitución.

Es lamentable que los estudiantes tengan que padecer las consecuencias del irresponsable manejo administrativo que ha tenido la comuna capitalina en manos de Héctor Insúa, quien, perdido en sus ambiciones personales y en su necedad, priorizó gastos en asuntos sin trascendencia y dejó en abandono áreas elementales como la de Servicios Públicos. Lo bueno es que en 25 días más se va.

Editorial



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