Con rezos, sin comida, ni agua… grupos buscan curar homosexualidad
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Jueves 11 de Octubre de 2018 4:00 pm
+ -Iván Tagle, director de Yaaj México, relata la pesadilla a que lo sometió su familia para ser una persona ‘normal’; ‘no hay nada malo en mí’, señala
Dejarlos sin
comer, sin beber agua, ni dormir y obligarlos a estar parados durante 48 horas,
además de rezar “por ellos”, son los métodos que utilizan algunos grupos de
apoyo que buscan “curar” la homosexualidad, como la que acudió Iván Tagle,
cuando tenía 15 años de edad.
Y es que,
cuando tenía cuatro años de edad, se dio cuenta de que los niños llamaban su
atención; sin embargo, el vivir dentro de una familia religiosa y conservadora,
su niñez, pubertad y adolescencia las pasó reprimido y “enfermo”, y cuya
“enfermedad” era “su homofobia internalizada”, la que le obligaron a sentir por
el mismo.
Esta
homofobia se aprende, se enseña, se hereda y pasa de generación tras generación
como enfermedad, resaltó el director de Yaaj México, asociación civil dedicada
a proteger los derechos de las personas de la comunidad Lésbico, gay, bisexual,
transexual, transgénero, travesti e intersexual (LGBTTTI), así como acompañar a
las personas en su proceso de desarrollo humano.
El pasado 4
de octubre senadores de los partidos Morena, Movimiento Ciudadano y del Partido
Verde Ecologista de México (PVEM), presentaron una iniciativa para modificar la
Ley General de Salud y el Código Penal, a fin de tipificar como delitos las
llamadas “terapias de conversión”, que buscan “corregir la conducta” de
personas de la diversidad sexual.
Los
legisladores proponen establecer penas de cárcel hasta de tres años, a quienes
participen en esta clase de actividades, que buscan “curar la homosexualidad”.
La iniciativa
impulsada por la organización Yaaj México, dirigida por Iván Tagle, víctima de
dichas terapias, también propone suspender de uno a tres años la licencia de
trabajo a todos los profesionales de la salud que participen en dichas
acciones, y de forma definitiva si reinciden, bajo el principio de que terapias
de este tipo lesionan los derechos humanos.
Incluso, el Consejo
para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México (Copred) se
pronunció en contra de todas y cada una de las prácticas que promueven la
supuesta cura de la homosexualidad, pues de acuerdo con la Organización Mundial
de la Salud (OMS), ser lesbiana, gay o bisexual no es ninguna enfermedad.
Todo esfuerzo
por corregir la homosexualidad y la identidad de género es una manifestación de
discriminación ya que intenta inhibir, violentar y obstaculizar el derecho que
tienen todas las personas a ejercer su sexualidad, sostuvo la presidenta del
organismo, Jacqueline L´Hoist Tapia.
Iván
combinaba toda la homofobia que vivió en su casa con el autorechazo, y al
convivir en una sociedad y un núcleo familiar conservador, religioso y
homofóbico aprendió que si eres homosexual habrá un castigo: “es malo y te vas
a ir al infierno”.
De acuerdo
con el psicoterapeuta y sexólogo, Fernando Álvarez Vázquez, las terapias de
conversión son métodos no aceptados por la ciencia de la salud y están
enfocadas hacia el cambio de la orientación sexual homosexual o bisexual, e
intentan convertirlos en el mal llamado término personas "normales",
al tratar de eliminar o disminuir su deseo y comportamiento homosexual.
Resaltó que
los métodos que utilizan atentan contra los derechos humanos, ya que van desde
castigos físicos, aislamiento, no dejarlos comer o dormir, o incluso más
agresivos, como el uso de electrochoques o lobotomías, que es como una incisión
a nivel cerebral, además de trabajos forzados.
Terapias psicológicas que desarrollan la
heterosexualidad con el “poder de Dios”
Nosotros
damos terapia para desarrollar la heterosexualidad, no son de reconversión,
nosotros sólo sabemos que la persona es heterosexual por diseño, y ha
desarrollado un sentimiento de atracción homosexualidad que no viene en el ADN
ni en los genes”, es el lema de una clínica que aparece en Internet.
De acuerdo
con personal de una clínica psicológica, ubicada en Jalisco, la terapia para el
“desarrollo de la heterosexualidad” como ellos la denominan, es psicológica, no
tiene que ver con ningún tema “religioso” ni basado en ninguna práctica, aquí
se evalúan factores que ocasionan el sentimiento de atracción homosexual,
trabajan con dinámica familiar y hacen una evaluación.
Detalló que
quien requiera de la atención, se permite a los padres acudir a una primera
sesión, ya que ellos podrían ayudarlo, siempre y cuando identifiquen qué
factores tienen que ver con esta dinámica o el tipo de relación que tienen con
su hijo.
La duración
del proceso terapéutico depende de los factores, así como del compromiso que
tenga la persona, de que cumpla o no con las tareas que pida el psicólogo, pero
funciona en todos los casos, y puede estar en terapia de cuatro a seis meses o
hasta uno o dos años, para después darlos de “alta”, recalcó.
Nosotros no
usamos el término de curar, más bien vemos la homosexualidad como un síntoma
que la persona tiene, no es una enfermedad, y la garantía del tratamiento
depende del compromiso de parte de la persona interesada sino, no”, reiteró.
Sin embargo,
en su página en Internet, donde se presentan como psicólogos cristianos, en el
apartado de Homosexualidad, el fundador de dicho centro escribe que asisten al
movimiento evangélico para el rescate de las personas atrapadas en esa
inclinación y lo manejan como un “pecado”.
Según ellos,
existen causas que provocan dicho “sentimiento” como la familia, y de acuerdo
con su experiencia, el 80 por ciento de las causas de confusión sexual es por
diferentes factores como son: roles enfermos de los padres, vivir en un
matriarcado, tener una madre dominante o sobreprotectora, padre pasivo o
ausente, entre otros.
En este
sentido, Iván Tagle mencionó que no todas las terapias de conversión son
similares, por eso desde su asociación civil lo denominan como Ecosig,
esfuerzos para corregir la orientación sexual o identidad de género.
Y en dichos
esfuerzos, se encontró que en algunas organizaciones hay privación de la
libertad, terapias de conversión, medicación de los cuerpos, violaciones
correctivas, tortura, tratos crueles, inhumanos y degradantes, todo ello con el
objetivo y fin de modificar la orientación sexual, la cual no se modifica sino
sólo se reprime.
Mientras que
el especialista Álvarez Vázquez, indicó que en estas terapias, también
interviene la religión, sobre todo en Latinoamérica que es regida por la
católica, aunque hay otras que están en contra de la homosexualidad, en
especial las monoteístas como el judaísmo o cristianismo, las cuales hacen que
las personas con esta condición generen culpas.
Muchos de los
movimientos exgay o exhomosexuales tienen la misión de hacer sentir culpables a
las personas, someterlos a ciertas técnicas fundamentadas en la
“evangelización”, a través de la palabra de Dios, la lectura de la Biblia, así
como de charlas reflexivas, donde la persona empieza a tener una creencia de
que hubo un cambio en su orientación sexual, lo cual no sucede.
Usan métodos
manipuladores, donde la culpa es muy importante para ellos, y tiene que ver con
una sociedad basada, en lo moral y en las creencias religiosas, y eso lo
aprovechan estas organizaciones para mandar este tipo de mensajes que son
negativos, recalcó.
Precisó que
muchos psicólogos están influenciados por estas ideologías religiosas, pero
abogan de que su práctica está basada en la ciencia, lo cual es falso, porque
organismos como la Asociación Estadounidense de Psicología (APA) o la
Asociación Psiquiátrica Americana, han recalcado que dichas prácticas están
prohibidas y no tienen ningún resultado.
ENTRE LA REPRESIÓN Y EL CASTIGO
Iván Tagle
detalló que durante esos tres días de terapia, todos le decían que era un
"enfermo" y que lo ayudarían, “yo estaba aterrado en ese momento y no
podía ir a ningún lado, quería echarme a correr, pero no sabía en dónde
estaba”.
Recordó que
había 30 personas en ese lugar, quienes daban su testimonio con palabras
altisonantes y contaban sobre como ellos habían sido abusados sexualmente y que
por eso su sexualidad se descoyuntó, y que la sexualidad era de gente
pervertida.
“Ese tipo de
cosas funcionan, en el sentido en que te despersonaliza, te quiebra, y como
cualquier torturador, al final la víctima confiesa cualquier cosa y hace lo que
le digan, para que cese la violencia”, precisó.
Para el
domingo, después de gritar que lo perdonaran, la gente mostró compasión, lo
dejaron dormir, le dieron de comer y tomar agua; en ese momento le dijeron que
iba bien y cómo lo hacía bien, habría un premio.
La
Organización de las Naciones Unidas (ONU) no respalda este tipo de prácticas,
en ningún sentido, afirma que los métodos que se utilizan como “terapia
correctiva”, para tratar de cambiar a los miembros de la comunidad LGBT va
desde tratos crueles, degradantes e inhumanos y, en algunos casos, equivale a
un acto de tortura.
LA ACEPTACIÓN: “NO HAY NADA MALO EN MÍ”
Ahora como
víctima, activista y defensor de derechos humanos, Iván detalla que se dio
cuenta que todos estos esfuerzos para corregir la orientación sexual, tienen un
componente religioso, no existe una terapia que, en su fundamento, no tenga
como base este argumento.
“Te hacen
meterte a esta religión castigadora y esta religión que pena cualquier tipo de
relación que no tenga como fin la procreación”, puntualizó.
Asimismo,
recordó que en este grupo imperaba el machismo, ya que también miraban mal
aquellas mujeres que se divorciaban o eran madres solteras.
“Años más
tarde, cuando alcanzó la mayoría de edad, Iván Tagle caminaba por la calle,
mientras hablaba con su ser superior, lloraba y le reclamaba: “Dios mío yo no
lo elegí, tú sabes mejor que nadie, qué está pasando en mí. Tú sabes que no me
pasó absolutamente nada, por qué si condenas a los homosexuales, me hiciste
así”.
Fue hasta los
22 años que, por fin, pudo tomar de la mano a un hombre en la calle, y
comprendió que estaba bien, y que no hacía nada malo.