UNAM confirma que el Aeropuerto de Texcoco se está hundiendo
Sábado 27 de Octubre de 2018 12:32 pm
+ -Estudio del Centro de Geociencias de la UNAM confirma que el Aeropuerto de Texcoco se está hundiendo
De acuerdo con la investigadora del Centro de Geociencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Dora Carreón Freyre, el subsuelo del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), que se construye actualmente en la Zona Federal del Ex-lago de Texcoco, es inestable.
La investigadora universitaria considera que la naturaleza
lacustre del subsuelo no es apta para sostener un proyecto de esa magnitud y
que el tipo de suelo que hace falta para construir un aeropuerto internacional
debe ser más sólido y firme.
El suelo de Texcoco no sólo es el menos apto, es el peor
suelo en el que podrían construir un aeropuerto; una obra de este tipo requiere
un suelo más sólido, firme y esta área es demasiado inestable para una
edificación de esa magnitud”.
Carreón Freyre entiende que se haya elegido esta zona para
construir el NAIM, debido a su cercanía con la Ciudad de México y su viabilidad
aeronáutica, pero también habla de lo inadecuado que es el tipo de suelo sobre
el que se construye.
Otros factores que se tomaron en cuenta para seleccionar la
región que ocuparía el NAIM fueron “funcionalidad, eficiencia, sustentabilidad,
factibilidad técnica y financiera, así como su flexibilidad de crecimiento
futuro e innovación tecnológica.
En el portal de Ciencia UNAM, la investigadora sostiene que
“los materiales del subsuelo, con las vibraciones y las cargas intermitentes
que significan la carga dinámica de un aeropuerto, se pueden comportar de
manera muy inestable ya que no es solo la carga estática sino también la
dinámica; estos materiales pueden llegar a deformarse y a perder su estructura
comportándose como un fluido, porque tienen contenidos de agua muy altos”.
La especialista detalló que los materiales excesivamente
compresibles (amorfos) que componen parte de esta área, hacen que esta registre
la mayor tasa de hundimiento en la cuenca de México: entre 30 y 40 centímetros
anuales.
A diferencia de las arcillas que hay en la Ciudad de México,
las del Ex-lago de Texcoco retienen una cantidad importante de agua y bajo
ciertas condiciones de vibración y de carga, llegan a colapsar.
En otras palabras, estas arcillas, también conocidas como
“jaboncillo”, son altamente deformables, lo que podría dañar la integridad de
las pistas de aterrizaje.