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Decisión errónea



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Martes 30 de Octubre de 2018 8:45 am

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Como bien dijeron integrantes del sector empresarial mexicano, que rechazan la cancelación de la edificación del NAICM en Texcoco, López Obrador envía “un mensaje grave de incertidumbre” a los mercados e inversionistas porque incumple el marco jurídico.


LA decisión que anunció ayer el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, de cancelar la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM) en Texcoco y trasladarlo a Santa Lucía, donde opera una Base Aérea Militar, tuvo sus primeras repercusiones negativas en la caída de la Bolsa Mexicana de Valores de 4.2 por ciento al cierre, el dólar subió a 20.40 pesos y la empresa Moody’s Investors Service redujo la calificación del Fideicomiso del aeropuerto capitalino.

Derivado de una consulta mal organizada, carente de sustento legal, dirigida por el equipo de transición del próximo Presidente para que se votara contra la obra en Texcoco y en la que incluso se demostró que se podía sufragar más de una vez, López Obrador dio la razón a 747 mil personas que se pronunciaron en ese sentido, aun cuando la inmensa mayoría no tiene conocimientos técnicos ni de aeronáutica y representan apenas 1 por ciento de los electores.

Como bien dijeron integrantes del sector empresarial mexicano, que rechazan la cancelación de la edificación del NAICM en Texcoco, López Obrador envía “un mensaje grave de incertidumbre” a los mercados e inversionistas porque incumple el marco jurídico.

Eso es lo más grave de la situación, que no se observaron procedimientos legales para llevar a cabo la consulta, lo que deja mal parado al próximo Gobierno Federal que en campaña prometió aplicar la ley y sujetarse a ella. Por esa ilegalidad, la dirigencia nacional del PAN anunció que analizará la forma de combatir jurídicamente la consulta.

Aun cuando el presidente Enrique Peña Nieto precisó que la obra continuará hasta el 30 de noviembre, cuando concluye su gobierno, y advirtió sobre futuras afectaciones negativas en las finanzas públicas del país si el próximo Presidente insiste en cancelar la obra en Texcoco, lo más seguro es que López Obrador siga adelante con trasladar el proyecto a Santa Lucía, donde tendrán que empezar a realizar estudios técnicos rigurosos que retrasarán el inicio y la conclusión del aeropuerto.

Habrá que ver si una vez en el gobierno, Andrés Manuel López Obrador procesa legalmente a los políticos y empresarios que él calificó de corruptos por contratos supuestamente amañados, acusación que fue su argumento para acabar con el proyecto de Texcoco.

López Obrador ha marcado, para mal, su estilo de gobierno.

Editorial



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