Blindarán Nueva York por juicio contra “El Chapo” Guzmán
Domingo 04 de Noviembre de 2018 8:33 pm
+ -Las medidas van desde las condiciones extremas de su encarcelamiento hasta su transporte a la corte, y se extienden más allá para proteger a los miembros del jurado y a los testigos de una posible venganza del presunto capo
Nueva York será escenario mañana de un gran despliegue de seguridad en el inicio del juicio por narcotráfico contra el mexicano Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo“, considerado por el Gobierno de Estados Unido como “extremadamente peligroso” por ser el líder del cartel de Sinaloa.
Las medidas van desde las condiciones extremas de su
encarcelamiento hasta su transporte a la corte, y se extienden más allá para
proteger a los miembros del jurado y a los testigos de una posible venganza del
presunto capo, del que las autoridades temen que use sicarios para secuestrar y
asesinar a quienes se atrevan a hablar en su contra.
Sus abogados rechazan que su cliente represente una amenaza
para testigos o jurado debido a las extremas medidas de seguridad con las que
se le mantiene, en una celda en aislamiento, lo que según uno de ellos, Eduardo
Balarezo, hace imposible que pueda tener contacto con sus socios del
narcotráfico.
Guzmán, de 61 años, está en el ala más segura del
Metropolitan Correctional Center en Manhattan, una de las prisiones más seguras
del país, donde es mantenido 23 horas en una celda de 18 metros cuadrados en la
que nunca se apaga la luz, con una pequeña ventana opaca que no le permite ver
el exterior.
Tampoco tiene contacto con otros presos, ni con su esposa, y
no sale al patio debido a su historial tras haberse fugado en dos ocasiones de
cárceles de máxima seguridad en México, la última de ellas a través de un túnel
al que accedió desde su celda.
Sólo se le permite una hora para ejercitarse y una llamada
mensual de 15 minutos a su madre y hermana que es escuchada por las
autoridades. También cuenta con una Biblia y un diccionario de inglés a
español.
A sus abogados tampoco se les permite tener contacto físico
con su cliente, lo que alegan ha sido un obstáculo para preparar su defensa, y
ni siquiera a sus hijas de siete años que le han visitado, ya que todo ocurre
en una habitación con una pared de vidrio, desde la cual Guzmán sólo puede
mantener una conversación.
Algunos reos que han estado en sus mismas condiciones han
calificado la sección 10 South de la cárcel en la que se encuentra de “cámara
de tortura”.
Sus traslados a la corte federal de Brooklyn, donde se lleva
el proceso en su contra para audiencias previas al juicio, han sido un dolor de
cabeza para los neoyorquinos que utilizan el puente de Brooklyn, cerca de la
cárcel donde “El Chapo” espera su juicio, ya que se cierra mientras dura el
recorrido del convoy de coches y policías fuertemente armados, lo que genera
problemas en el tráfico.
Además, la comitiva del traslado siempre es vigilada desde
un helicóptero policial.
Esas medidas se repetirán ahora dos veces al día, y en horas
punta, mientras dure el juicio, que podría extenderse hasta 3 o 4 meses.
Sus abogados pidieron que a Guzmán se le trasladase a otra
jurisdicción para evitar el aparatoso operativo, que alegan va en contra de la
imagen de su cliente, lo que fue rechazado por el juez Brian Cogan que preside
el caso. Aunque el juez se comprometió a trabajar en una solución con la
policía para aliviar el problema en el puente, el juicio se inicia mañana con
la incertidumbre de si el capo de la droga permanecerá en otra prisión federal
en Brooklyn mientras dure el proceso o si se queda en Manhattan y buscan otras
medidas de transporte.
Las medidas de extrema seguridad que rodean a Guzmán desde
su llegada a Estados Unidos también incluyen a la corte federal, donde se lleva
a cabo el proceso judicial en su contra, que de por sí ya es un lugar que se
mantiene vigilado por los agentes del tribunal.
Allí puede verse a agentes con armas largas y unidades
caninas que custodian el lugar y se ha colocado un segundo detector de metales
frente a la sala de Cogan, un proceso regular para los casos de narcotráfico en
la esfera federal.
El objetivo es también proteger al jurado, que se mantendrá
en el anonimato, y a los testigos en contra de “El Chapo”.