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Vigilancia



Martes 27 de Noviembre de 2018 8:14 am

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Ante los robos y actos vandálicos de los que son blanco la mayoría de establecimientos de la playa La Boquita, comerciantes demandan a la autoridad municipal vigilancia y recorridos policíacos, para que este escenario no siga afectando su patrimonio.

ANTE los robos y actos vandálicos de los que son blanco la mayoría de establecimientos de la playa La Boquita, comerciantes demandan a la autoridad municipal vigilancia y recorridos policíacos, para que este escenario no siga afectando su patrimonio.

El presidente de la Cooperativa Pesquera Costa de Colima, Mauricio Orozco Villanueva, dio a conocer que principalmente son los fines de semana cuando han notado la presencia de malhechores, que si no roban las sillas, mesas y sombrillas que están instaladas en la playa, las rompen y arrojan las partes a la laguna.

Aunque aseguró que la mayoría de comercios cuentan con servicio de velador, muchas de las ocasiones se ven impedidos en llamarles la atención porque temen a ser agredidos, ya que son numerosos los grupos de vándalos.

Al no ser nueva esta problemática, los quejosos acudieron a la Dirección de Seguridad Pública del Ayuntamiento, pero la dependencia nada ha hecho para ahuyentar a los ladrones que se aprovechan de la falta de vigilancia policíaca para seguir afectando esos negocios.

Es lamentable que este delito no sólo se esté recrudeciendo en zonas habitacionales de distintas colonias, sino ahora también en las playas, que por lo regular son sitios apartados del casco urbano y que por las noches son ideales para que los delincuentes los aprovechen para hacer sus fechorías.

Los elementos de la Policía Municipal no deben desatender este llamado, pues además de que es importante que los comerciantes tengan la certeza de que los robos no seguirán perjudicando sus bolsillos, tienen que cuidar más la imagen de los sitios turísticos y de recreación.

A escasas semanas de que comience la temporada vacacional decembrina, Seguridad Pública tiene que asegurar también que los turistas que acostumbran acampar en las playas no sean víctimas de ningún delito. Bien harían, desde ahora, en asegurar su presencia en estos lugares, para que comerciantes y visitantes se encuentren tranquilos.

Editorial



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