Las huellas del cura Hidalgo
Mario CASTILLO DERBEZ
Domingo 02 de Diciembre de 2018 9:31 am
+ -La casa que habitó el cura Hidalgo en Colima, actualmente alberga el Sindicato de Trabajadores al Servicio del Gobierno del Estado.
TAL vez algunas personas no lo sepan,
pero el cura Miguel Hidalgo, el “Padre de la Patria” radicó en la capital
colimense por varios meses, siendo párroco de la Villa de Colima.
A principios de marzo de 1792, llegó
de Valladolid –hoy Morelia– a esta ciudad, tan sólo 2 meses antes de cumplir 39
años, para encargarse interinamente de su curato, ya que Colima pertenecía al
extenso Obispado de Michoacán. De aquí se retiró en noviembre del mismo año,
según fechas que aparecen en su primera y última firma de los libros de aquella
época.
En algunos documentos históricos se
refleja a Miguel Gregorio Antonio Ignacio Hidalgo y Costilla Gallaga Mandarte y
Villaseñor –su extenso nombre completo– como un hombre en su mejor momento, de
facha campirana, seguidor de los jaripeos y muy cercano con la gente.
Se sabe que fue un estudiante
comprometido con la filosofía, la física y la lógica, sin problemas para
graduarse como bachiller en Artes y titularse ante la Real y Pontificia
Universidad de México. A su llegada a Colima, ya tenía propiedades en
Michoacán, fruto de su trabajo, como la hacienda de Xaripeo y los ranchos de
Santa Rosa y San Nicolás, ubicados en el entonces llamando Distrito de Irimbo,
cerca de Valladolid y Maravatío.
MOTIVOS DE SU LLEGADA
Hay varias conjeturas sobre la llegada
de don Miguel Hidalgo a nuestro estado, una de ellas dice que fue como
“castigo”, al ser removido de su puesto como catedrático y Rector del Colegio
de San Nicolás Obispo, en Valladolid, para convertirse en un párroco más del
Obispado en la remota y lejana parroquia de Colima.
Se cree que fue destituido de la
Rectoría del Colegio y mandado a Colima porque estaba enseñando ideas
“peligrosos” a sus alumnos, pero esto nunca ha podido ser sustentado; además,
hay un documento hecho y firmado por él mismo, en febrero de 1792, en donde
habla de este viaje como una promoción.
En el manuscrito dice ser el
propietario de una capellanía, pero como las fincas de donde sacaba sus rentas
estaban de momento embargadas a raíz de la muerte del tesorero de la mitra y
por otros problemas administrativos, carecía “de los correspondientes réditos”.
En cambio, los honorarios que percibiría en Colima eran atractivos, ganando más
del doble que lo que sumaban sus tres sueldos juntos que tenía como maestro,
administrador y Rector en Valladolid, por lo que la promoción del obispo Fray
Antonio de San Miguel, le resultó económicamente interesante.
Según investigaciones que hizo el
escritor Felipe Sevilla del Río, el cura Hidalgo desempeñó la encomienda del
Obispo para tratar de convencer a los curas de las cuatro parroquias de Colima
para que no cedieran a la incorporación del Obispado de Guadalajara.
Otra creencia de su llegada a Colima,
involucra una mujer. El mismo Sevilla del Río refiere que Hidalgo buscó su
traslado a Colima por ir tras la señora Ana María Pérez Sudayre, joven de no
más de 18 años de edad, esposa del subdelegado Real de Colima y compadre del
cura, Luis de Gamba y González, de 47 años, con la que Hidalgo tenía amistad
desde Valladolid.
Un dato que sostiene esta versión es
que al retirarse Hidalgo de Colima, a finales de noviembre de 1792, le donó a
la señora Ana María unas pequeñas minas que había comprado por los rumbos de
Tecalitlán, de las que ella tomó posesión a principios de 1793, fecha cercana
al nacimiento de su hija, Mariana Francisca Teodosia Paula de Gamba González y
Pérez Sudayre, quien años después fue apodada por los insurgentes como La
Fernandita, cuando en octubre de 1810, llegó a Guadalajara, proveniente de
Valladolid, para reunirse en secreto con el cura Hidalgo. Incluso, en el
ejército insurgente se le llegó a conocer como La Capitana. El que haya sido
hija del cura, queda en suposición.
ACTAS CON SU FIRMA
El oriundo de Pénjamo, Guanajuato,
tuvo un importante desempeño en cuestiones eclesiásticas, testificado una serie
de actas de matrimonio y bautismo. En este rubro, el trabajo de Sevilla del Río
fue muy importante, ya que encontró 3 actas de bautizo firmadas por el cura
Hidalgo y más de 480 de matrimonio, una diferencia abismal.
El libro Miguel Hidalgo en Colima, del
historiador Juan Carlos Reyes, editado por la Secretaría de Cultura de Colima y
el Conaculta, contiene actas de matrimonio y de bautismo firmadas por Miguel
Hidalgo, encontrados en los libros manuscritos del Archivo Parroquial de la
Villa de Colima, en el templo de San Felipe de Jesús, El Beaterio.
Hidalgo también fungió como testigo de
la compra-venta de una hacienda, documento que puede consultarse en el Archivo
Histórico del Estado.
Juan Carlos Reyes plasmó una serie de
documentos que atestiguan la vida cotidiana de Colima en los tiempos de la
estadía de Hidalgo, ya que figuran quiénes eran las personas y de dónde
provenían los que se casaban, además de su nivel social y parentescos.
Se conservan varios documentos en los
archivos del templo El Beaterio, así como en protocolo de instrumentos públicos
del año 1792 del Archivo del Estado de Colima.
SU HOGAR
Se cree que Miguel Hidalgo adquirió
varias propiedades en el estado, pero la finca más conocida se encuentra en el
número 70 de la calle Gregorio Torres Quintero, en el corazón de esta ciudad,
que actualmente alberga al Sindicato de Trabajadores al Servicio del Gobierno
del Estado.
A lo largo de más de 200 años, el
edificio ha sufrido diversas modificaciones, sobre todo en su fachada, a causa
de los múltiples sismos ocurridos en la entidad. No hay mucha información que
ilustre cómo era la parte exterior de la casa, pero todo el interior y el patio
central permanecen casi intactos.
No hay indicios que confirmen si
durante su estancia en Colima, Hidalgo ya tenía ideas liberales, pero hay un
dato curioso: la mayoría de los sacerdotes que había en las cuatro parroquias
del estado, tenían una relación con el cura desde antes de que él llegara a la
entidad, pues habían sido compañeros de estudios o sus alumnos cuando Hidalgo
era catedrático del Colegio de San Nicolás, dato que se aviva al saber que al
momento en que surge el Movimiento de Independencia, años después, estos
clérigos colimenses simpatizaron y se sumaron a la lucha.