México ocupa el primer lugar en embarazo adolescente a nivel mundial
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Lunes 10 de Diciembre de 2018 10:29 pm
+ -La investigadora Claudia Díaz de la Facultad de Medicina de la UNAM señaló que las adolescentes que acuden al sector salud a solicitar métodos anticonceptivos reciben atención deficiente
De acuerdo
con la Organización Mundial de la Salud (OMS), 16 millones de mujeres entre 15
y 19 años, y aproximadamente 1 millón de niñas menores de 15, dan a luz cada
año. En este escenario, México tiene el primer lugar a nivel mundial.
Asimismo,
tres millones de adolescentes entre 15 y 19 años se practican abortos inseguros
o clandestinos en el mundo para interrumpir un embarazo no deseado, acción que
pone en riesgo su salud, dijo en entrevista Claudia Díaz Olavarrieta,
investigadora de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM.
Aseveró que
en nuestro país, en los últimos 15 años, la fecundidad y la proporción de
nacimientos entre adolescentes se han mantenido en niveles altos y
prácticamente sin cambios.
Más de la
mitad de estos embarazos no son planeados y se reportan 77 nacimientos por cada
mil jóvenes entre 15 y 19 años de edad.
Los embarazos
conocidos como muy tempranos, es decir, en el grupo de edad de 10 a 14 años
también van en aumento, con casi 27 por ciento de todos los nacimientos.
La experta,
quien labora en el Programa de Prevención del Embarazo Adolescente a cargo de
Rosalinda Guevara de la FM, mencionó que en 2009, la necesidad insatisfecha de
anticonceptivos entre mujeres adolescentes fue del 24.8 por ciento.
“Es el grupo
más alto del país, aún por encima de las mujeres hablantes de lengua indígena,
cuya cifra es de 21.7 por ciento”, señaló.
En la
actualidad existen servicios de salud que buscan cubrir las necesidades de los
adolescentes, pero es importante reconocer que los jóvenes no acuden a ellos
por métodos anticonceptivos.
No obstante,
las jóvenes que sí acuden al sector salud a solicitar dichos métodos reciben
orientación deficiente. Es decir, pasaban menos tiempo con ellas, les daban
menos opciones y no discutían sus intenciones reproductivas comparadas con las
usuarias de 20 a 44 años.
Estos
resultados apoyan la necesidad de diseñar políticas que permitan a las jóvenes
obtener mayor información y uso correcto de los métodos anticonceptivos,
informar a los prestadores de servicios de salud sobre el derecho que tienen
las jóvenes a ser informadas, y recibir atención al igual que los demás grupos
poblacionales.
De hecho, es
necesario proporcionar mayor información sobre la baja efectividad de los
métodos tradicionales, ya que no existe diferencia entre usar un método tradicional
y no usar ninguno.