Jurado escucha por primera vez la voz “El Chapo” en su juicio
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Martes 11 de Diciembre de 2018 5:36 pm
+ -Este martes fue proyectado un video de YouTube de “El Chapo” Guzmán como parte del juicio en su contra
La voz de
Joaquín El Chapo Guzmán se oyó por
primera vez el martes en la sala del tribunal donde se celebra su juicio.
Fiscales
estadounidenses mostraron un video de YouTube donde se ve al narcotraficante
mexicano con una gorra hablando a la cámara. Se trata del video que El Chapo grabó para el actor
estadounidense Sean Penn y la actriz mexicana Kate del Castillo y que, según se
dijo en la corte, fue colgado en internet en el 2015.
En él, El Chapo responde a preguntas sobre el
impacto que tiene el tráfico de drogas en la sociedad y la violencia que
genera.
“En parte es
porque algunas personas ya crecen con problemas, alguna envidia, o por alguna
información que dan en contra de la persona. Eso crea violencia”, responde
Guzmán entre cantos de gallo, en lo que parece ser un rancho en las montañas.
La fiscalía
mostró cinco segmentos cortos de ese video en la sala del tribunal, con
subtítulos en inglés.
El Chapo, uno de los narcotraficantes más
conocidos, se ha declarado inocente de la acusación de acumular una fortuna
multimillonaria a través del tráfico de toneladas de cocaína y otras drogas
desde México a Estados Unidos. De ser declarado culpable enfrentaría una
posible sentencia a cadena perpetua. Esta es la quinta semana de juicio en la
corte federal de Brooklyn.
En 2015
Guzmán mantuvo una reunión secreta con Penn y Del Castillo. El encuentro fue
explicado por Penn en un artículo publicado en la revista Rolling Stone justo
después de que las autoridades mexicanas arrestaran a Guzmán en 2016.
El martes,
después del video, el jurado pudo oír el testimonio de un hermano del
narcotraficante colombiano Francisco Pacho
Cifuentes.
Jorge Milton
Cifuentes habló de cómo en 1988 se fue a México para dedicarse al tráfico de
drogas, un negocio con el que dijo llegó a ganar unos 300 millones dólares en
la década de 1990.
En 1998, sin
embargo, huyó del país, temiendo por su vida tras el asesinato de su socio
Humberto Robachivas Ojeda. Regresó a
Colombia donde se dedicó a ayudar a su hermano mayor Pacho con el movimiento de dinero que generaba su negocio de
tráfico de drogas, explicó.
Cifuentes
también dijo que compró 5.000 fusiles AK-47 para el grupo paramilitar
Autodefensas Unidas de Colombia. La jugada, sin embargo, le salió mal: ahora el
grupo quería que Cifuentes fuera su proveedor. Al negarse, tuvo que huir a
México, dijo, y se reunió en el 2003 con El
Chapo para pedirle, entre otras cosas, protección.
Se espera que
Cifuentes prosiga el miércoles con su testimonio.
El lunes y el
martes por la mañana el jurado oyó el testimonio de Tirso Martínez, un mexicano
que trabajó para los carteles de Juárez y Sinaloa desde 1995 hasta 2003 y que
fue arrestado en 2014.
Martínez,
quien se describió como un ex alcohólico y ex cocainómano que no sabe leer bien
porque abandonó la escuela a los 13 años, habló de su trabajo para Vicente
Carrillo, alias Viceroy, ex líder del
cartel de Juárez. Durante mucho tiempo Martínez quiso trabajar para Guzmán pero
cuando éste le pidió que lo ayudara a transportar un cargamento de droga a
fines de 2001 Martínez se puso nervioso.
“Me asusté.
Yo estaba entre la espada y la pared porque yo coordinaba todo con Vicente
Carrillo”, dijo Martínez. En esos momentos, los Carrillo Fuentes trabajaban con
el cartel de Sinaloa de Guzmán pero las tensiones entre ambos empezaban a
emanar. El testigo, conocido como El
futbolista o El ingeniero, dijo
que hizo ese y otros transportes de droga para Guzmán.
A pesar de
haber nacido y crecido pobre en Guadalajara, Martínez subió de rango en el
mundo del narcotráfico y, a un nivel medio, llegó a ganar millones de dólares
de los que, dijo, perdió entre dos y tres millones en peleas de gallos. También
era dueño de varios equipos de fútbol y llegó a hacerse una cirugía plástica en
el rostro para evitar ser reconocido por las autoridades.
Explicó que
uno de los momentos más tensos de su vida fue cuando, en 2001, otro líder del
cartel de Sinaloa, Ismael El Mayo
Zambada, le puso una pistola en la cabeza tras acusarlo de haber cambiado
cocaína buena por mala en un cargamento de más de 300 kilos.
“Me dijo ‘no
lo mato porque mi ahijado (Vicente Carrillo) me dijo que no le hiciera nada’”,
dijo Martínez, citando a El Mayo.
Patas cortas era el apodo que Martínez y
Carrillo usaban para referirse a El Chapo,
testificó Martínez. El mexicano llegó a manejar las rutas de tren que el cartel
usaba para transportar droga colombiana desde México a Estados Unidos. Dijo que
podía ganar entre 200.000 y 300.000 dólares por cargamento.