Los beneficios de los pistaches te harán incluirlos en tu dieta
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Miércoles 27 de Febrero de 2019 4:57 pm
+ -Son numerosos los estudios epidemiológicos y de intervención que demuestran los efectos benéficos de los frutos secos para la salud, y los pistaches son los reyes de la fiesta
Existe un
estudio realizado con mil empleados, en el que se observa que el consumo de 42
gramos de pistaches a media mañana, momento conocido como “Crunch Time”, mejora
la función cognitiva, la capacidad de aprendizaje la memoria y el recuerdo, lo
que conlleva una mayor concentración en el trabajo.
La Fundación
Dieta Mediterránea coloca a los pistaches, o pistachos, en la cúspide de los
frutos secos de la nueva pirámide oficial, según informó el director del
estudio Prevención con Dieta Mediterránea (PREDIMED) y miembro del servicio de
Medicina Interna del Hospital Clínic de Barcelona, Ramón Estruch.
Por ello, el
doctor destacó la importancia de incluirlos en este patrón alimentario, a la
vez que recordó que los frutos secos son una parte fundamental de la dieta
mediterránea y ha recomendado consumirlos a diario.
Entre los
distintos beneficios saludables del pistache, el doctor ha asegurado que puede
ayudar a prevenir enfermedades oculares. “Comparado con otros frutos secos,
tiene una menor cantidad de grasa y contenido energético, junto a una alta
proporción de fibra (tanto soluble como insoluble), potasio, vitaminas E y K,
tosteroles y determinados carotenoides, como la luteína y zeaxantína, de gran
importancia en la prevención de enfermedades oculares”, dijo.
En este
sentido, prosigue, aparte de sus efectos protectores sobre el sistema
cardiovascular, probablemente relacionados con su contenido en polifenoles y
vitamina E, llama la atención el elevado contenido en dos carotenoides, la
luteína y la zeaxantína, del pistache. Un hecho que le confiere una “importante”
acción protectora a nivel ocular.
Estas dos
substancias son precisamente las responsables del color tan característico de
los pistaches y se ha señalado su eficacia en la prevención de las lesiones
fototóxicas y sobre todo sobre la degeneración macular relacionada con la edad,
que es la principal causa de ceguera en los ancianos.
Por otra
parte, Estruch comentó que son numerosos los estudios epidemiológicos y de
intervención que demuestran los efectos benéficos de los frutos secos para la
salud y, en especial, para la prevención de enfermedades cardiovasculares y
otras patologías crónicas. De ahí, que numerosas sociedades científicas, como,
por ejemplo, la Sociedad Americana de Cardiología, recomienden el consumo
regular de frutos secos, en el marco de una dieta saludable, como es la dieta
mediterránea.
“El consumo
regular reduce la presión arterial (al facilitar la síntesis de óxido nítrico,
un potente vasodilatador); facilita la función endotelial y reduce la rigidez
arterial (nuevos factores de riesgo vascular); mejora el perfil lípido (al
reducir el colesterol total y sobre todo el colesterol perjudicial -
LDL-colesterol); reduce la incidencia de diabetes (al tratarse de un alimento
con bajo índice glucémico); y, también promueve el crecimiento de las bacterias
saludables de la flora intestinal (gracias a su alto contenido en fibra que al
fermentar se convierte en ácidos grasos de cadena corta, como el butirato)”,
comentó el doctor.
Todos estos
mecanismos, argumenta, explican que las personas que consumen con frecuencia
estos frutos secos presenten una reducción de casi un 20 por ciento en la
mortalidad total y una reducción cercana al 30 por ciento en el riesgo de
sufrir complicaciones cardiovasculares mayores, como infarto de miocardio,
accidente vascular cerebral o muerte de causa cardiovascular.
Los
nutricionistas clásicos recomiendan tomar cinco comidas al día, incluidos un
almuerzo a media mañana y una merienda a media tarde. “Se han observado efectos
protectores sobre la mortalidad en general y sobre la enfermedad cardiovascular
con el consumo de una ración de frutos secos (28 gramos) que equivale a 49
pistaches entre 1 y 7 días a la semana se consigue una reducción de 40 por
ciento del riesgo de sufrir esta enfermedad”, señaló.
El doctor
Ramón Srtuch durante la entrevista, vestido con su ropa de médico.
No obstante,
la mayoría de estudios en los que se han demostrado los efectos de los
pistaches sobre el perfil lipídico, hipertensión y diabetes por ejemplo se han
utilizado hasta 3 y 4 veces esta dosis (entre 70 y 100 g al día). “A efectos
prácticos, nuestra recomendación sería consumir un "puñado",
idealmente a media mañana y/o media tarde”, recalcó.
NUEVA PIRÁMIDE DE LA DIETA MEDITERRÁNEA
La Fundación
Dieta Mediterránea decidió adaptar la pirámide alimentaria tradicional a los
nuevos estilos de vida. El nuevo esquema incorpora elementos cualitativos y
cuantitativos en la selección de alimentos.
La pirámide
sigue la pauta anterior y sitúa en la base, los alimentos que deben sustentar
la dieta, como los pistaches; a la vez, que relega a los estratos superiores,
gráficamente más estrechos, aquellos que deben consumirse con moderación.
Además, añade
indicaciones de orden cultural y social, íntimamente ligados al estilo de vida
mediterráneo desde un concepto de la dieta entendida en un sentido amplio.
También refleja la composición y número de raciones de las comidas principales.
“Actualmente,
está considerada como una de las dietas más saludables tanto por organismos
como la Organización Mundial de la Salud (OMS), como por la mayoría de
sociedades científicas de todo el mundo. Este patrón de alimentación se basa en
un elevado consumo de aceite de oliva (mejor virgen extra), fruta, verdura,
legumbres, pescado, cereales (mejor integrales) y frutos secos como pistaches,
almendras, avellanas y nueces; en la ingesta moderada de pollo, aves, huevos y
productos lácteos; en un bajo consumo de carne roja; y, en un consumo moderado
de vino, siempre en las comidas”, detalló.
Asimismo, el
experto aludió a estudios recientes en los que se ha demostrado, “con el mayor
nivel de evidencia científica”, que el seguimiento del patrón de la dieta
mediterránea alarga la vida y reduce la incidencia de las principales
enfermedades crónicas como las cardiovasculares o la diabetes, las enfermedades
neurodegenerativas, así como numerosos tipos de cáncer.