Enojarse 30 o 40 minutos al día resulta benéfico para el cerebro
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Jueves 21 de Marzo de 2019 5:17 pm
+ -El enojo se da de forma inmediata y anula la parte más lógica y congruente del cerebro para incrementar la actividad cardiovascular y respiratoria, revela científico de la UNAM.
“El enojo es una
reacción que tiene el sistema nervioso central para manifestarse, estar en
contra, evadir algún tipo de molestia y obtener algún beneficio. De hecho,
llevado a cabo adecuadamente nos hace competitivos, y por eso resulta
benéfico”, dijo Eduardo Calixto González, académico de la Facultad de
Psicología de la UNAM.
¿Qué sustancias del
cerebro se involucran en este proceso? De acuerdo con el especialista el enojo
libera noradrenalina (hormona que aumenta la presión arterial y el ritmo
cardíaco) y dopamina, al mismo tiempo que glutamato y se da una disminución de
los niveles de serotonina y vasopresina.
A diferencia del
enamoramiento, este cambio neuroquímico se da de inmediato. “Prácticamente se
anula la parte más lógica y congruente del cerebro para incrementar la actividad
cardiovascular y respiratoria”, apuntó Calixto González.
Así, el enojo logra que
el individuo se prepare para la lucha o para la huida, donde se incrementan los
procesos memorísticos inmediatamente, acotó el también jefe del Departamento de
Neurobiología de la Dirección de Investigaciones de Neurociencias del Instituto
Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente.
“Al mismo tiempo, nos
engañan con menor facilidad y atendemos con mayor detalle algunos objetos que
en un momento dado no se darían”.
Para el investigador, es
normal enojarse por 30 o 40 minutos y resulta benéfico porque nos vuelve
competitivos, pero cuando dura más de cuatro horas entonces se vuelve
patológico y es nocivo para el cerebro.
Hoy sabemos que en la
segunda etapa del enojo se da un incremento de los niveles séricos de cortisol,
una hormona relacionada con el estrés, y el cambio de glucosa a nivel
plasmático. De hecho, el cortisol buscará adaptarnos bajo ciertas condiciones,
y en consecuencia, el enojo es una respuesta funcional del sistema nervioso
central.
Cuando las personas son
jóvenes el enojo resulta más fuerte y de mayor intensidad que después de los 35
o 40 años, donde el sentimiento es más selectivo y se controla en un periodo de
tiempo más corto.
El peor momento para
pedir a alguien que se tranquilice es cuando está enojado, de hecho, es un
error decir “cálmate” porque se altera más. “Un cerebro enojado lo que quiere
es tener la razón y quiere escuchar que tiene la razón”.
Después de los
siguientes 30 o 35 minutos esta emoción debe autolimitarse. “Aquel que dura más
tiempo enojado es porque está actuando o tiene un proceso de aprendizaje y le
funciona estar enojado para obtener lo que quiere”, concluyó Calixto González.