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Laura Gutiérrez, ejemplo de talento y disciplina



Domingo 31 de Marzo de 2019 9:35 am

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Es campeona nacional de natación *Con dura rutina y fuerza mental, cristaliza sus sueños


LAURA María Gutiérrez Santillán es una campeona de natación que con disciplina, perseverancia y determinación, ha alcanzado sus metas. A los 19 años de edad, sabe que el éxito no se logra fácil, sino que se tiene que preparar, trabajar y ser perseverante.
Además de ser nadadora de alto rendimiento, estudia la licenciatura en Nutrición y toma clases de inglés. También, hace hielitos para vender y solventar sus gastos económicos.
Laura María se acercó al deporte a los 4 años de edad, y a los 11 años ganó sus primeras competencias estatales. En 2013 y 2014 participó en la Olimpiada Nacional de Triatlón, pero no obtuvo una posición importante.
Sin embargo, en 2017 logró dos medallas de oro en el Campeonato Nacional de Curso Largo, en las pruebas de 50 y 100 metros mariposa. Un año después, conquistó el título Campeona Nacional Juvenil 2018, en la categoría de 100 metros mariposa. Ese mismo año, se coronó bicampeona nacional en el Campeonato Nacional de Natación Curso Corto. Ganó dos medallas de oro y una de plata.
En entrevista con Diario de Colima, Laura se define como una persona muy competitiva y terca. “Lo que quiero, no lo suelto hasta que lo consigo, en todo”, asevera.
LOS INICIOS
De pequeña, siempre buscaba estar en el agua. “Mi mamá dice que me metía a las fuentes de los jardines, que hacía albercas en el baño, como que ya lo buscaba desde chica”. A los 4 años de edad, fue inscrita en clases de natación para que sobreviviera a la alberca, luego entró a gimnasia. A los 6 años, su mamá la motivó a seguir la natación, y entró a un equipo, junto con sus hermanos; entrenaba de lunes a sábado. A los 7 años tuvo su primera competencia estatal, y comenzó a ganar medallas. 
Poco a poco creció su amor por la natación, y se interesó en entrenar. Cuando tenía 11 años, la buscó un entrenador canadiense y se preparó con él. Pasó la primera justa nacional, en 250 y 100 mariposa, 50 y 100 tipo crol, las cuales, dice, siempre son pruebas que pasa, por ser velocista.
A esa edad, Laura María entrenaba mucho, y llegó un punto en el que su preparador no estaba a su nivel, “lo compensaba con entrenar duro el estilo mariposa, pero lo único que hice fue lastimarme los hombros, me los contracturé de tanto entrenar sin planeación”, recuerda.
En 2012 volvió pasar la nacional, pero un año después cambió de categoría y no pudo dar los tiempos, y compitió en la Olimpiada de Triatlón. “Pero vi que eso no era lo mío, pude dar dos Olimpiadas de Triatlón, en 2013 y 2014, pero mi base siempre fue natación, los 6 días de la semana hacía natación, 3 días a la semana ciclismo y otros 3 atletismo, se me hacía muy difícil, porque no son deportes que me gusten, sólo iba por competir”.
En 2014, dejó el triatlón y retomó natación con el entrenador Jorge Uretra, y ese año volvió a pasar la nacional. “Pero lo dejé, me cansé, le echaba muchísimas ganas, estaba dispuesta para hacer todo, pero no veía motivación de mi familia ni del entrenador, no sabía ni para dónde irme, no sabía si lo que estaba haciendo era correcto”, comenta.
EL ORO
Tras abandonar el entrenamiento, Laura María tuvo una vida normal, pero en enero de 2017, un amigo le dijo que vendría un entrenador de los mejores de México y que tenía que acudir. “Decidí aventarme… prefiero pasar el tiempo cumpliendo mis sueños que dejándolo pasar, y empecé a entrenar con Ricardo Fernández, el 2 de enero”.
Empezó a hacer dieta, a ir al gimnasio, a practicar atletismo, a cambiar su estilo de vida. En enero de 2017 ni siquiera estaba ranqueada para pasar a nacionales, pero en junio empezó a dar los tiempos. “Mi entrenador me dijo: ‘creo que puedes sacar medalla”. Y la motivó a seguir echándole ganas.
“Son 40, 50 las –competidoras– que pasan a nacional, y di de todo, en cada entrenamiento lloré muchas veces de dolor, llegaba a mi casa y le decía a mi mamá, ‘me arde todo el cuerpo’, y al siguiente día amanecía sudando por el cansancio”, refiere.
Al pasar el nacional, en las eliminatorias, Laura quedó en primer lugar, y en tercero de primera fuerza, “de todas las categorías quedé en tercero, entonces dije, ‘sé que puedo ganar medalla’, y le metí con todo, y gané dos oros en esa competencia. Fue algo increíble, fue mi primer impulso a decir que sí puedo lograr lo que sea, tome la motivación para seguir logrando mis metas”.
Para entonces, su entrenador le dijo que le quedaba una Olimpiada, pues tenía 18 años. “Me dijo, podemos sacar medalla o simplemente podemos ir. El simple hecho de ir es un súper logro, porque es decir que estás dentro de las 20 mejores del país en tu categoría”.
Al poco tiempo de la Olimpiada, su entrenador le dijo que podía ganar medalla de bronce, pero Laura no lo creyó. “Yo iba con la mentalidad de dar todo”. Ganó la eliminatoria, con el apoyo de su entrenador y el equipo del Instituto Colimense del Deporte.
“Llegaron las finales y gané el oro, fue como un momento súper motivador, el mejor momento de mi vida, y fue cuando supe que todo lo que he hecho vale la pena, así que no voy a dejar de luchar por conseguir mis sueños, y si no lo hago, estoy disfrutando entrenar, me encanta que en unos entrenamientos estoy bajando mis tiempos, esas satisfacciones son indescriptibles”.
DURA RUTINA
Laura tiene una rutina complicada como deportista de alto rendimiento y estudiante de Nutrición. Generalmente se despierta a las 5:50 de la mañana, desayuna, acude a la Universidad y después al gimnasio. Más tarde, prepara su comida, toma un descanso, y entrena 3 horas.
De regreso a su casa, hace hielitos que luego vende en su escuela para solventar económicamente las competencias deportivas, como la compra de trajes de baño. Posteriormente, cena con su familia, compuesta por sus padres y hermanos, a quienes considera su principal motor. Después, descansa. En el transcurso del día, busca un tiempo para hacer tareas.
Los sábados por la mañana entrena, después asiste a clases de inglés. En la tarde del mismo día, vuelve a entrenar y acude al gimnasio. Su liberación mental es salir con amigos.
Pero también hay días que entrena en las madrugadas, por lo que hay que levantarse a las 4 de la mañana, para estar a las 5 en la alberca y después en la escuela.
La exitosa nadadora considera que si no se hubiera tomado el descanso de 2 años, no habría logrado muchas cosas. “Fue un respiro para empezar de nuevo, pero con más ganas… fue muy importante esa caída, porque aprendí muchas cosas”.
Al preguntarle si ahora ya puede visualizarse en los Juegos Olímpicos, responde que no hay imposibles, que tiene posibilidades. Sabe que le faltan más herramientas, pero va bien. “Sí lo voy a lograr, poco a poco se me van abriendo puertas”.
Más que el cansancio corporal, Laura resalta el cansancio mental, y asevera: “todo se basa en la mente, debes tener tu mente lo más saludable posible para que puedas lograr tus metas. Con saludable, me refiero a que estés feliz con lo que haces, tengas distractores para que no te sobre estreses y que tengas amigos y tu familia que te apoye, porque si no, es bien difícil”.
Desde la Olimpiada, dice que ha decidido tomar el deporte de alto rendimiento como parte de su vida. Ahora, Laura María se prepara para clasificar a los Juegos Centroamericanos 2021, tratar de dar buenas marcas y seguir alcanzado sus sueños.

Elena DEL TORO



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