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En busca de tesoros



Mario Alberto CASTILLO DERBEZ

Domingo 28 de Abril de 2019 12:19 pm

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Al ser Colima referente a nivel nacional en diversos eventos históricos de importancia, hay gente que se ha dado a la tarea de buscar trozos de historia escondidos debajo del suelo


LA búsqueda por encontrar artilugios relacionados con eventos históricos es una actividad que apasiona a muchas personas. Los buscadores de tesoros se dedican a tratar de encontrar creaciones hechas por el hombre en épocas pasadas, las cuales fueron enterradas por el mismo hombre o por el paso del tiempo. Buscan, sobre todo, elementos elaborados con metales, como oro, plata, níquel o cobre, que pueden ser monedas, balas, armas, herramientas, herraduras, etcétera.

Al ser Colima referente a nivel nacional en diversos eventos históricos de importancia, hay gente que se ha dado a la tarea de buscar ese tipo de artículos, trozos de historia escondidos debajo del suelo. Es por eso que hace 3 años, 16 colimenses formaron el Club de Buscadores de Tesoros.

Arturo Palacios, miembro de este Club, cuenta a Diario de Colima que el gusto por buscar tesoros bajo la tierra le fue inculcado desde pequeño. “Nuestros padres y nuestros abuelos siempre nos han platicado las historias de tesoros escondidos en determinados lugares de Colima. Incluso, mi papá estuvo más de 20 años buscando el hipotético tesoro escondido del Rey de Colimán, y es gracias a eso que yo empiezo a adentrarme en este gran y apasionante pasatiempo”.

Habrá que puntualizar el concepto “tesoro” para los miembros de este Club, pues no es un cofre lleno de piezas de oro ni una concentración de riqueza monetaria. “Un tesoro es una parte de la historia que atestigua la huella de nuestros antepasados, son aquellos artefactos antiguos enterrados o escondidos”, explica Arturo Palacios, y precisa que ellos buscan rescatar la historia.


TIPOS DE CAZATESOROS

Existen tres perfiles de buscadores de tesoros: uno es el cazador de metales valiosos, específicamente de oro, que se distinguen más en estados del norte del país, como Sonora o Chihuahua, donde se encuentran los depósitos de oro más grandes de México. Esta actividad puede generar ganancias económicas.

Otro perfil lo componen los buscadores de tesoros de más de un metro bajo tierra, aquí incluso se utilizan modernos y costosos geo-radares para escanear grandes áreas, encontrando en muchas ocasiones objetos que no son necesariamente de metal, como vestigios arqueológicos, donde se incluye cerámica, tumbas o construcciones antiguas. Y el tercer perfil es el de los buscadores de monedas y artilugios de metal.

Para poder realizar esta actividad se necesitan ciertos conocimientos históricos y geográficos de la zona a explorar, como lo menciona Arturo Palacios: “Es muy necesario que se instruya poco a poco, capacitándose, leyendo libros de anteriores buscadores de tesoros en donde plasmen sus experiencias, y es así como te vas a empapando de información.

“Por ejemplo, está la Guerra Cristera, en la que también se vio involucrada Colima, en donde hay diversos documentos y libros que atestiguan los sitios en que hubo batallas; o pueblos enteros que ya desaparecieron, por lo que tienes que buscar las referencias en libros y documentación antigua. Muchas veces se tiene que salir a preguntar a pueblos cercanos, a personas de mayor edad, que son las que nos dan buenas referencias para saber dónde buscar”.

Prosigue Arturo: “No hay que fiarse de las historias que cuentan por todos lados, de las historias que cuenta la gente, ya que casi todo mundo tiene un ‘tesoro escondido en su patio’, o conoce a otra persona que tiene un tesoro enterrado en su finca, es una leyenda muy típica y popular, hay que saber discernir entre la verdad y la ficción.

“Si se informa previamente, puede saber en qué lugar podría encontrarse algún tesoro escondido. Informarse y documentarse previamente a entablar una excursión es sumamente importante para la búsqueda de algún tesoro, no se puede comenzar a buscar en cualquier sitio, ya que puedes poner en riesgo incluso tu vida. Hay casos de buscadores de tesoros que se pierden por varias horas o días en las zonas montañosas o en serranías, y esto se debe a que no se documentaron bien para saber en qué zona buscar específicamente”, explica.


USO DE DETECTORES

Miguel Valles, usuario y conocedor de los detectores de metales, asegura que al tener un aparato de estos en las manos, se requiere de una buena técnica para utilizarlo eficazmente y sacarle el máximo provecho; “hay que tener en cuenta que el detector es, en esencia, un radio y una antena, el cual arroja una frecuencia que rebota en el objeto de metal y esta variación da un tono, dependiendo del tipo de metal, ya sea ferroso o no ferroso, así como de la longitud de onda de la frecuencia, y todo eso nos da un resultado para poder determinar qué tipo de objeto es, como un clavo o un fragmento de oro.

“Además, depende del tipo de metal y a qué profundidad pueda estar el objeto que se busca, para determinar la manera de manejar el aparato. Si se busca algo a profundidad, será casi imposible que detecte objetos pequeños a menor depresión, y viceversa. También es importante la velocidad en la que se escanea el suelo, porque entre más pequeño pueda ser el objeto, más paralelo y cerca tiene que estar el plato del radar, por lo que hay muchas variables que se deben de tomar en cuenta al utilizar un detector de metales”, comenta Miguel Valles.

LOS HALLAZGOS

En Colima se encuentran principalmente monedas de los Siglos XVII y XVIII, que en la actualidad no tienen gran valor monetario, como lo podrían tener otras monedas más antiguas, pero su verdadero valor radica en el sentido histórico. “Tener esa incertidumbre de a quién pertenecía una moneda 200 años de antigüedad que encuentras, cómo se utilizó, qué se compró con ella, quién fue su último propietario, y una serie de preguntas que te surgen al tenerla en las manos, ese es el gran valor de los objetos encontrados”, dice Arturo Palacios.

Asegura que han encontrado balas, ojivas y casquillos de diversas épocas, sobre todo de la Guerra Cristera, en los lugares donde se ha documentado que hubo enfrentamientos. Incluso, añade, se encontró un revólver que data del año 1903, en las inmediaciones de Minatitlán.

Se calcula que en México hay alrededor de 60 mil buscadores de tesoros activos, unos lo utilizan como pasatiempo (el caso de este Club en Colima) y otros más como una forma de ganarse la vida.

Mario Alberto CASTILLO DERBEZ



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